Nacida en Güines, el 20 de octubre de 1949, la hoy profesora principal de Gerontología y Geriatría del Servicio de Geriatría de la Facultad de Ciencias Médicas Salvador Allende, doctora Mayra Rosa Carrasco García, tuvo desde pequeña una clara inclinación hacia la Medicina.
Muestra de ello es que, previo al Día de Reyes, la niña siempre pedía que le trajeran como juguete predilecto un set de médico para «curar» a las muñecas y amiguitas de la vecindad. La vocación se afianzó más mientras cursaba la secundaria básica y el preuniversitario, etapa en la cual sus asignaturas predilectas fueron la Física, la Matemática, la Biología y la Química.
A nadie en su familia sorprendió entonces que, al terminar la enseñanza media superior en el Instituto Juan Borrell, de su ciudad natal, la joven matriculara con absoluta convicción la carrera de Medicina.
Graduada en 1973, cursó la residencia en la especialidad de Medicina Interna en el hospital Calixto García, de la mano de los eminentes profesores Cuqui Gueche, Fernández Mirabal, Rabel y Antonio San Martín.
Como relató a Granma, estando en el segundo año de la residencia hizo una estancia en el Policlínico Reina, en el que tuvo el privilegio de conocer y trabajar junto al profesor Evis Devesa Colina, considerado por ella el padre fundador de la Geriatría en Cuba. «Él me enseñó la importancia y el valor humano de esa rama de la Medicina. Incluso, fue el tutor de mi tesis, titulada Morbilidad general del anciano en el Policlínico Reina, la primera en el país de un internista sobre problemas de la ancianidad».
Una vez terminada la especialidad, la doctora Mayra Carrasco permaneció en el Calixto García. Allí fue jefa de la sala de dengue, durante la epidemia de la variante hemorrágica de esa enfermedad, en 1981.
Su abrazo definitivo con la atención al anciano ocurrió en 1987, cuando se trasladó al Hospital Docente Clínico Quirúrgico Doctor Salvador Allende, con la finalidad de apoyar al profesor Devesa en la reorganización del servicio de Geriatría. Dos años después, se convirtió en la primera mujer del país en ser Especialista de Segundo Grado de Geriatría.
ENTRE LA DOCENCIA Y LA INVESTIGACIÓN
Doctora en Ciencias Pedagógicas, vicepresidenta del Capítulo Cubano de Demencia y miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Gerontología y Geriatría, la profesora Mayra Carrasco tiene una reconocida trayectoria profesional.
Vicepresidenta del Capítulo de Alzheimer de la Sociedad Cubana de Neurociencias desde 1996, es autora o coautora de numerosos artículos publicados en revistas científicas y libros, entre los que figuran, por ejemplo, Gerontología y Geriatría, Demencia y Cómo lograr una buena longevidad.
En el plano investigativo, destaca su participación en decenas de proyectos. Recientemente, y como parte de un colectivo de autores principales, recibió el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba 2024, por el resultado Stimul W: Dos décadas como alternativa efectiva a la curación de heridas de difícil curación.
Su principal aporte a esa investigación radicó en promover con rigor la aplicación clínica de ese estimulador eléctrico –desarrollado en la Empresa Combiomed Tecnología Médica Digital– en úlceras por presión y venosas, una de las complicaciones frecuentes en personas de avanzada edad y con alta prevalencia en Cuba.
El doctor en Ciencias de la Salud y máster en Bioingeniería Juan Enrique Suen Díaz, investigador titular de Combiomed, precisó que el dispositivo tiene la patente y su certificado de registro sanitario vigente hasta 2027, y ha sido utilizado en miles de pacientes cubanos y foráneos a lo largo de cuatro lustros, con resultados favorables.
Para la doctora Carrasco García, ejercer la Medicina significa compromiso, entrega, altruismo y sentir pasión por lo que se hace, sin reparar en horarios y privaciones. «Un geriatra debe distinguirse por la ética y la sensibilidad más profunda. Debe tener un profundo conocimiento de los cambios producidos por la vejez en la salud física y mental del individuo, en sus relaciones con la familia y la sociedad, desde la dimensión sicológica, biomédica y funcional. Le corresponde, de igual manera, hacer acciones de promoción y prevención para un envejecimiento satisfactorio».
A sus casi 76 años, proyecta notable energía y goza de la admiración de sus colegas «covadongueros», como suelen llamarse entre sí los médicos, técnicos, enfermeras y demás personal que se ha formado o dedicado gran parte de su vida a trabajar en la emblemática institución de Salud.
El doctor Francisco de Asís Rosell, actual jefe del servicio de Geriatría, destacó su labor docente, asistencial, investigativa y de proyección comunitaria a lo largo de más de 40 años de permanencia ininterrumpida en el hospital Salvador Allende. «Para mí –recalcó–, es hoy un pilar fundamental de la especialidad, tanto en Cuba como en otros países. Su obra la ha hecho acreedora de importantes reconocimientos nacionales e internacionales».
De acuerdo con lo expresado por la doctora Raisa Hernández Baguer, al frente del servicio de Oftalmología, en ella la dedicación y la vocación trascienden desde su corazón más que de su intelecto. Ponderó, asimismo, los cambios pedagógicos que ha propuesto al programa de formación integral en Gerontogeriatría.
Imposible terminar la entrevista sin pedirle a la doctora que hablara del significado de la Covadonga en su vida profesional. «Me siento muy honrada de trabajar aquí durante tanto tiempo, de mis compañeros y de quienes dirigieron el hospital en diferentes etapas. Es una gran escuela de formación médica y humana; un inmenso orgullo pertenecer a este colectivo».
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