ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El viaje de Tamayo y Romanenko duró siete días y poco más de 20 horas. Foto: Archivo de Granma

El 18 de septiembre de 1980, el teniente coronel y piloto de la Fuerza Aérea cubana, Arnaldo Tamayo Méndez, pasó a la historia al convertirse en el primer ciudadano latinoamericano en viajar al espacio sideral.

A las tres y once minutos de la tarde de ese día, hora de Cuba, despegó sin contratiempos desde el cosmódromo de Baikonur, en la antigua Unión Soviética, el cohete portador que puso en órbita a la nave Soyuz 38, en la cual viajaba la tripulación conjunta soviético-cubana, integrada por nuestro compatriota y el cosmonauta Yuri Romanenko, al mando del vuelo.

La misión tenía el propósito de acoplarse al día siguiente con la estación Saliut 6-Soyuz 37, en la cual se unirían a los dos tripulantes permanentes de ese complejo orbital, Leonid Popov y Valeri Riumin, para realizar un intenso programa de experimentos científicos. Más de 20 de los planificados fueron diseñados por investigadores cubanos.

Es justo reconocer que aquel relevante acontecimiento ocurrió gracias a la existencia del Programa Intercosmos, iniciativa creada por la extinta Unión Soviética y los países del campo socialista europeo, enfocada en promover la colaboración multilateral y las investigaciones en la utilización del espacio con fines pacíficos.

De igual modo, figuraba, entre sus objetivos, impulsar la participación de ciudadanos de los Estados que lo integraban (Cuba y Mongolia pertenecían también al Programa), en misiones espaciales conjuntas.

Así, la primera tripulación internacional partió el 2 de marzo de 1978, y la integraron el piloto cosmonauta soviético Alexei Gubarev y el cosmonauta investigador checo Vladimir Remek.

El viaje de Tamayo y Romanenko duró siete días y poco más de 20 horas. Culminó el 26 de septiembre, dieron en total 128 vueltas alrededor de la Tierra y realizaron los estudios previstos.

Como expresó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 15 de octubre de 1980: Es todo un símbolo que un hombre de origen tan humilde haya alcanzado tan extraordinario éxito, porque, desde luego, solo la Revolución y únicamente la Revolución, habría hecho posible que un joven como Tamayo tuviera esa posibilidad.

 

RELEVANTES EXPERIMENTOS    

En entrevista concedida a Granma, en ocasión de celebrarse un aniversario cerrado del histórico vuelo conjunto soviético-cubano,  el Héroe de la República de Cuba, general de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, explicó que los temas de los experimentos realizados estuvieron relacionados con la medicina espacial, las comunicaciones, la exploración de los recursos naturales de nuestro país, incluida la plataforma insular, así como otros que se proponían beneficiar importantes renglones de la economía nacional.

Resaltan el denominado Azúcar, concebido para evaluar la cristalización de la sacarosa en condiciones de ingravidez, y el Córtex, cuyo propósito fue registrar la respuesta cerebral a estímulos visuales en esas condiciones ambientales.

Figura, asimismo, en la relación, el Hatuey, que consistió en evaluar la influencia de la ausencia de gravedad sobre la velocidad de la división de las células de levadura, y el nombrado Soporte, que, mediante la confección de unas zapatillas o sandalias especiales para calzar por la tripulación del vuelo conjunto durante un determinado número de horas, buscaba contrarrestar el efecto de la ingravidez y propiciar una recuperación más rápida de la estabilidad motora, al regresar a la Tierra.

Los resultados fueron tan efectivos, que los soviéticos determinaron mantener su uso en los futuros vuelos espaciales. Está considerado uno de los trabajos investigativos que más impacto favorable produjo en la salud de los cosmonautas, tanto en aquel momento, como en los viajes posteriores.

También se investigó la influencia de la ingravidez sobre el sistema inmune y el metabolismo.

Según narró hace varios años a este rotativo el doctor en Ciencias Técnicas José Altshuler Gutwert, presidente entonces de la Comisión Nacional del Programa Intercosmos y vicepresidente de la Academia de Ciencias de Cuba en el periodo 1976-1982, en la preparación de los experimentos tomaron parte alrededor de 200 investigadores y técnicos de varias instituciones.

Entre ellas estuvieron el Instituto Cubano de los Derivados de la Caña de Azúcar, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, el Instituto de Investigación Técnica Fundamental, la Universidad de La Habana, el Instituto Técnico Militar, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, y el Instituto de Hematología e Inmunología.

Muestra del desarrollo científico alcanzado por el país para esa fecha, es que la mayoría de los equipos utilizados en las enunciadas investigaciones fueron diseñados y fabricados por los propios especialistas cubanos.

Visto a la luz de los 45 años transcurridos de aquel memorable suceso, es ineludible resaltar que la ciencia cubana se vistió de largo ante tan inmenso desafío. Estuvo a la altura de las exigencias del momento y mostró al mundo la notable capacidad innovadora de su ya pujante capital humano.

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