
Cienfuegos.–«Es el lauro más importante de mi carrera». Así define Eduardo Julio López Bastida el Premio Nacional de Medio Ambiente 2025, que recibió en el acto por el Día Mundial, efectuado el pasado 5 de junio, en la provincia de Sancti Spíritus.
Durante estos días, amigos, familiares y compañeros no han parado de felicitarlo por tan prestigiosa distinción, la máxima conferida por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en materia de actividad ambiental, y que en el caso de Eduardo reconoce su entrega de casi medio siglo a la educación, la ciencia y la investigación.
El profesor de 71 años, ufano por este premio en virtud de la obra de su vida, cuenta a Granma cómo, ya en la niñez, poseía el interés por los campos que han definido su existencia profesional.
A esa inclinación y talento natural le añadió preparación diaria, sin la cual nada habría sido posible. Su vida laboral inicia en la Termoeléctrica de Cienfuegos, en 1976, y desde hace décadas ejerce el magisterio en la Universidad de Cienfuegos (ucf), en la que ha transitado por las facultades de Ingeniería y Economía.
En la actualidad, forma parte del Centro de Estudios de Energía y Medioambiente, adscrito a la casa de altos estudios, en la que, además, dirige la revista Universidad y Sociedad, con excelentes resultados científicos. También preside la filial cienfueguera de la Academia de Ciencias de Cuba, amén de otros cargos.
«Siempre he buscado ser interdisciplinario, pues considero que la ciencia debe abordarse con ese enfoque», explica. Así, figuran en su currículo una licenciatura (Química), dos maestrías (Eficiencia Energética y Diseño Técnico, y Manejo Integrado de Zonas Costeras) y un doctorado (Ciencias Técnicas).
Tales saberes los ha vertido el experto en innumerables artículos, ensayos y libros impresos o digitales.
Para obtener su Doctorado en Ciencias Técnicas, su investigación se centró en la combustión, corrosión y contaminación ambiental de los petróleos crudos cubanos (el medio ambiente, la energía y el desarrollo sostenible son los temas más abordados en su ejecutoria).
La fábrica de cementos fue el campo de pruebas. Lo experimentado ahí le permitió llegar a una metodología para quemar crudos nacionales en fábricas de cementos, la cual todavía se usa, cuenta Eduardo.
No obstante, considera como obra más importante su libro ¿¡Bienestar en el siglo xxi!?, publicado por la editorial Universo Sur en 2015, «que analiza los diferentes estados de bienestar a lo largo de la historia, en el que, además, planteo los factores que ponen en peligro este concepto», aclara.
En esas páginas, y en su discurso, arremete contra lo que considera uno de los mayores frenos para el desarrollo humano: la tiranía de una visión económica obsoleta. «Uno de los graves problemas que tiene el mundo es ver el concepto de economía desde la época de David Ricardo y Adam Smith, en el que todo se reduce a números y a ser eficiente», argumenta.

Frente a esa lógica, defiende la urgencia de abordar modelos como la economía ambiental, la ecológica y la circular, que integran el respeto a los límites del planeta y el bienestar social como variables indispensables.
Para él, este cambio de paradigma es inseparable de una profunda revolución en la conciencia. Insiste en la diferencia crucial entre la sobreinformación que nos satura y la sabiduría.
«El conocimiento que es bueno, que es sostenible, es el que se llama sabiduría», reflexiona.
Y para forjarla en las nuevas generaciones, López Bastida considera vital una cruzada pedagógica: rescatar el pensamiento de Félix Varela. «Hoy, más que nunca, necesitamos sus lecciones sobre virtudes cívicas para formar a la juventud».
Al aplicar esa mirada crítica a la realidad cubana, su diagnóstico es nítido. Si bien el país enfrenta los tres grandes desafíos ambientales del planeta –cambio climático, pérdida de la biodiversidad y contaminación–, señala este último como el problema más grave.
No lo atribuye únicamente a la obsolescencia industrial o a la falta de tecnologías, sino también a una deficiente educación ambiental.
Eduardo Julio López Bastida sigue en la primera línea de batalla. Su jornada no ha mermado con los años, y su compromiso se mantiene igual de firme.
Al concluir la entrevista, resume la misión que lo ha guiado durante casi cinco décadas, y que lo impulsa a seguir adelante, con una frase tan sencilla como profunda: «A mí me restan dos cosas por hacer en los años por delante: ayudar al que lo necesita y educar al que no sabe».
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Leonel Martínez Díaz dijo:
1
28 de junio de 2025
08:00:13
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