El 7 de mayo de 1985 un equipo de especialistas del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI) conformado por los doctores Elvira Dorticós, Alejandro González, Porfirio Hernández y Catalino Ustáriz, y la licenciada en enfermería Mercedes Reboredo, efectuó el primer trasplante de médula ósea (TMO) en Cuba con todos los requisitos recomendados en aquel tiempo a nivel internacional, bajo la dirección del profesor Doctor en Ciencias José Manuel Ballester Santovenia.
Si bien el injerto prendió bien en un paciente que sufría de una aplasia medular grave, poco después de recibir el alta falleció debido a una sepsis severa provocada por un germen gram negativo.
La histórica operación fue el punto culminante de varias tentativas realizadas en décadas precedentes en distintos centros médicos asistenciales de la capital, así como de estudios hechos en animales de experimentación.
Según aparece en un artículo publicado en 1997 por la Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, el primer antecedente conocido de TMO en nuestro país data de alrededor de 1956, cuando en el hospital Calixto García trató de aplicarse en tres niños. En uno de ellos estuvo el doctor Wilfredo Torres Yríbar, quien en 1985 integró el colectivo de especialistas del hospital Hermanos Ameijeiras que llevó a cabo el segundo trasplante de médula acorde con las normas establecidas entonces, conformado entre otros por los doctores José Carnot, Raúl de Castro, Adalberto Ballester, Bastanzuri Bages, y la enfermera Odalis Duvergel.
Se le hizo a un paciente con linfoma no hodgkiniano utilizando médula ósea de su propio cuerpo, y la evolución fue favorable.
También el referido texto señala que de 1959 a 1984 hubo aproximadamente 15 intentos en enfermos con aplasia medular. De esa etapa es justo reconocer la participación destacada de los doctores José F. Corral Almonte y José M. Ballester Santovenia, los que posteriormente pertenecerían a la dirección del Instituto de Hematología e Inmunología.
Como indicó a Granma el Doctor en Ciencias Porfirio Hernández, vicedirector de Investigaciones y Docencia del IHI, la introducción del TMO ha sido una labor compleja, pues si bien la técnica para obtener y administrar la médula ósea es relativamente sencilla, las mayores complicaciones suelen aparecer durante la etapa posterior a la operación.
“Por lo general después del trasplante bajan las plaquetas y aumenta el peligro de sufrir hemorragias. Igualmente disminuyen los leucocitos y crece el riesgo de sufrir infecciones, lo cual obliga a mantener al paciente en un entorno lo más aséptico y aislado posible”.
Esto requiere de una atención hospitalaria de excelencia, que más allá del aspecto humano demanda contar con medicamentos y tecnologías de primer nivel, puntualizó.
“Los avances científicos alcanzados en los últimos tiempos en el campo de la hematología y la inmunología repercutieron de manera favorable en el aumento de la supervivencia de las personas sometidas a trasplantes de médula ósea, convirtiéndolo hoy en la opción terapéutica más efectiva y conveniente para tratar dolencias malignas de la sangre (leucemias, linfomas), que con otra conducta tendrían sin remedio un desenlace fatal.
Datos ofrecidos por el doctor José Carnot, coordinador Nacional del Programa de Trasplantes de Células Hematopoyéticas, indican que hasta el cierre del 2014 se habían practicado un total de 423 en cinco hospitales de La Habana, Villa Clara y Holguín.
De ellos 119 son del tipo alogénicos (se emplea la médula de un donante que sea compatible) y 304 autólogos, es decir hechos con tejido del propio paciente.
Una de las ventajas con que el país cuenta en la actualidad radica en poder realizar una mejor selección de la pareja donante-receptor para las distintas variantes de trasplantes, pues ya se hacen en el Centro de Ingeniería Celular y Trasplante de Órganos y Tejidos, perteneciente al IHI, las pruebas de compatibilidad de alta tecnología, similar a las efectuadas en instituciones especializadas de países desarrollados.
En cuanto a las perspectivas durante el resto del 2015 deben iniciarse en el Instituto de Hematología e Inmunología los de tipo haploidéntico, basados en el empleo de la médula ósea de un familiar con compatibilidad parcial.
Lo anterior requiere adoptar medidas más específicas para evitar el rechazo y las complicaciones, pero abre la posibilidad de disponer de un mayor número de potenciales donantes.
Asimismo y gracias a la prevista construcción del primer Banco de Sangre de Cordón Umbilical como dependencia del IHI, el país estará en condiciones de emprender dentro de unos pocos años el trasplante de células progenitoras hematopoyéticas procedentes de ese mencionado tejido, uno de los métodos más promisorios a nivel internacional para combatir enfermedades de la sangre.
Pese a ser el TMO uno de los más complejos de la trasplantología en el mundo, Cuba se insertó de manera definitiva en esa línea de la medicina moderna hace tres décadas. Sus resultados le han ganado un merecido reconocimiento en la región.
Las vidas salvadas desde entonces ameritan la inclusión del recordado hecho entre los hitos de la ciencia nacional en la etapa posterior a 1959.

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Patricia dijo:
1
7 de mayo de 2015
07:04:45
Bettypc dijo:
2
7 de mayo de 2015
09:15:14
Jorge l Vicente dijo:
3
7 de mayo de 2015
11:20:58
Dra. Dunahisy dijo:
4
7 de mayo de 2015
11:36:33
ENRIQUE RODRIGUEZ dijo:
5
7 de mayo de 2015
12:24:46
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