ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El pasado 20 de noviembre el periódico Gran­ma, en su sección Cartas a la dirección, publicó la misiva dirigida a ese diario por la compañera María Elena García Díaz, en la que manifestó su preocupación por el estado de deterioro en que se encuentran los libros de radicación de asuntos del Tribunal Municipal Popular de La Habana Vieja y su insatisfacción por la manera incorrecta en que fue atendida por el personal del referido órgano de justicia al solicitar una certificación de divorcio.

Al conocer el contenido de la queja, la d­i­rección del Tribunal Provincial Popular de La Habana procedió de inmediato a investigar los pormenores expresados por la remitente, a cu­yo fin se practicaron verificaciones tanto en el lugar de los hechos como mediante entrevistas con la propia compañera María Elena y con los implicados en la situación referida, con el ob­jetivo de obtener más detalles de lo acontecido.

La conclusión a que arribamos es que le asiste razón a dicha compañera en sus plantea­mientos y que ciertamente lo sucedido pone de manifiesto fisuras y debilidades en nuestra labor de dirección y faltas de disciplina y de éti­ca por parte de algunos integrantes del Tri­bu­nal en cuestión, que no tienen justificación.

En consecuencia se han realizado los análisis pertinentes y depurado las responsabilidades correspondientes, incluyendo la adopción de las medidas disciplinarias y organizativas que el asunto requería y que consideramos in­ne­cesario detallar.

Como elemento adicional de interés, que en modo alguno justifica lo sucedido, resulta im­portante informar a los lectores que, hace va­rios meses, el local en que radicaba el Tri­bunal Mu­nicipal Popular de La Habana Vieja, donde su­cedieron los hechos que dieron lugar a la queja, fue declarado en peligro inminente de derrumbe y; desde entonces, en coordinación con las autoridades del territorio, se gestiona una posible solución para el traslado de esa sede judicial, lo que debe concretarse en los próximos días y posibilitará mejorar las con­diciones en que presta servicio ese órgano ju­risdiccional.

Ofrecemos nuestras disculpas a la compañera María Elena García Díaz por las molestias ocasionadas durante la tramitación de su so­licitud y le aseguramos a ella y a los lectores de Granma que redoblaremos los esfuerzos pa­­ra que los jueces y demás trabajadores de los tribunales populares de la capital, sean ejemplos de disciplina y comportamiento éti­co en la pres­­tación del servicio judicial.

 

Eusebio Osmany Palacios Miranda
Presidente Tribunal Provincial Popular
La Habana

 

COLETILLA

María Elena no solo se quejó por la forma en que fue tratada, dijo también que se atiende so­lo dos días al público y tiene que ser después que la jefa de archivo haga otras tareas en la se­de del Tri­bunal. Además, señaló que no hubo atención por­que estaban preparándose para una visita, se­gún expresó en su texto a esta Sec­ción. Más allá de las medidas tomadas, lo cual es correcto, al igual que las disculpas de la institución, vale la pena reflexionar en es­tos otros dos planteamientos de María Elena.

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Zayas dijo:

6

14 de enero de 2016

12:15:38


Y siguen briilando por su ausencia los días de término que tienen la obligación de contestar, pero no solo en los Tribunales, eso pasa en todos los organismos de la Administración Central del Estado, que llevamos nuestras cartas y en muy pocas ocasiones, por lo menos contestan, porque, además, en muy pocas ocasiones dan la solución debida a la población.

hary dijo:

7

14 de enero de 2016

16:31:46


Es muy alentador cuando la verdad sobre las inquietudes de las personas es correctamemnte atendida y sobre todo cuando la solución beneficia a tantos. Gracias

Fernando dijo:

8

16 de enero de 2016

13:18:04


Sin embargo cuando juzgan algún delito, las personas sancionadas no gozan del anonimato y discreción sobra la sanción recibida, la persona sancionada, si es que lo fue, se sentirá amparada pese a su falta, no me parece justo y no es chisme, deberia ser parte de la sanción conocer quién fue la persona que empañó el buen hacer de la instalación, pues ahora la mala fama cae sobre todo el colectivo.