Recientemente uno de los programas de Cuba dice lo dedicaron al tema del trabajo en nuestro país, y los que vimos la televisión ese día, pudimos darnos cuenta que muchas opiniones positivas a favor del trabajo, coincidieron con la de la mayoría de los cubanos que escuchamos a diario en nuestros barrios, centros de trabajo y demás, de que la vagancia injustificada en Cuba, es un mal que hay que atacar con firmeza y acabar de resolver, para que sea el trabajo honrado de todos juntos, el que nos permita desarrollar nuestro sistema social.
Es indigno escuchar a alguien, sea viejo o joven, muchos incluso, formados por la Revolución con expresiones tan equivocadas como: ¡Trabajar..! ¿para qué?, o peor aún, el único que no le dispara un chícharo a este gobierno soy yo..!, o, “aquí no vale la pena trabajar”, y se pudieran citar más, pero mi criterio personal es que dada su falta de fundamento no amerita ni que le dediquemos un mínimo de tiempo.
A mi modo de reinterpretar el asunto, lo más doloroso de todo no es solo escuchar los conceptos erróneos de los que piensan así, lo triste es ver cómo, mientras en otros lugares del mundo, miles de hombres y mujeres luchan desesperadamente por obtener un empleo digno con que sustentarse, en este país a muchos ni siquiera les preocupa el tema con tantas oportunidades diferentes como tenemos; por el contrario, se dan el lujo de rechazar cuantas opciones el Estado les brinda de ganarse honrosamente la vida, prefiriendo adquirir dinero de manera ilícita o parásita denigrándose ante la sociedad y tratando de burlar las leyes, para vivir a costa de los que sí aportamos, y me refiero, a esos ciudadanos que no es que sean desempleados, ni desocupados sino más bien, unos vagos conscientes y muchos hasta confesos.
¿Cómo nadie dice que en la Cuba de hoy, tan criticada y asediada a diario por nuestros enemigos jamás a nadie se le ha ocurrido la idea de promulgar una ley donde se distinga a los que aman a la Revolución y luchan por su desarrollo, de aquellos que prefieren no hacer nada? Aquí todos los beneficios del sistema social nuestro son por igual para todos, incluyendo al famoso vago, por lo que con mucha razón algunos han llegado a decir de mal agrado que hasta viven mejor que los que trabajamos, porque sus vidas dependen más de la suerte que del trabajo, porque contrario a los demás que nos sacrificamos, carecen de responsabilidades públicas interesándose solo por su bienestar personal, y al no trabajar, por supuesto, no aportan al desarrollo del país y entonces ¿de qué viven?
La respuesta es sencilla, esa misma falta de responsabilidad que tienen es lo que les facilita disponer de tiempo necesario para estar en las calles pendientes a lo que se saca en las tiendas, y si encima de eso la mercancía es una de las tantas deficitarias que hay en este país, entonces la acaparan en cantidades, y luego lucran con ellas explotando a los demás.
Me sumo como buen cubano al análisis del tema y comparto las preocupaciones de los demás, ¿qué vamos a hacer para acabar de solucionar este flagelo social que tanto daño nos está haciendo? ¿Quién realmente es el responsable de adoptar las medidas que todos esperamos? ¿Qué se puede hacer para que el trabajo se vea realmente como una necesidad y un deber ciudadano? y por último, ¿qué tiempo más habrá que continuar denunciado esta situación para que la preocupación que tenemos todos surta el efecto deseado y se dé una respuesta como la que esperamos?
Por último y sin el ánimo de pretender inmiscuirme en la forma de pensar de nadie me gustaría instar a la reflexión a algunas de las personas que hoy están en esta situación para que se respondan a sí mismas, ¿será justo lo que hacen?; ¿para qué y para quién creen, que deben trabajar?, ¿podrán seguir viviendo toda una vida así?
Nuestro Héroe Nacional en una oportunidad refiriéndose al trabajo afirmó: La Suerte anda mirando a ver qué surge y el Trabajo siempre con el ojo listo y el ánimo fuerte, hace que surja algo. La Suerte se está en la cama, deseando que el cartero le traiga la noticia de una herencia, mientras que el Trabajo se levanta a las seis, y con la pluma o el martillo pone los cimientos de un seguro bienestar. La Suerte se atiende al fracaso, el Trabajo a la buena conducta… y terminó su escrito con una pregunta ¿Qué os gusta más, la Suerte o el Trabajo?
Sin duda alguna la respuesta correcta es la primera, porque los vagos para mí, que al igual que muchos vivimos preocupados por el futuro de la especie humana que está al punto de extinguirse por causa de las guerras, el hambre, y el daño que a diario se le ocasiona al medio ambiente, son los únicos que no nos iba a doler que desaparecieran, porque nadie los extrañaría jamás.
Jorge Llorente López
16 Norte e/ 5 y 6 Oeste, Edificio 29, apto. 172-A. Reparto Caribe, Guantánamo
COMENTAR
Ramon dijo:
6
29 de noviembre de 2014
13:24:27
Ralf dijo:
7
1 de diciembre de 2014
13:53:37
Siguaraya dijo:
8
1 de diciembre de 2014
14:34:28
Rafael dijo:
9
2 de diciembre de 2014
10:26:06
Judith dijo:
10
2 de diciembre de 2014
12:05:27
Responder comentario