ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
Anacaona, en la presente edición de Cubadisco, promocionando Gracias por la música, nominado en tres categorías del evento Foto: Adrián Juan Espinosa

Cuando en 1997 un nuevo evento nacía en el entorno musical cubano, quizá sus promotores –sin saber exactamente la trascendencia de este– estaban moldeando el curso de la industria fonográfica nacional.  Algunos hitos, referentes anteriores a esa fecha, ya habían establecido los rumbos por los que debía navegarse en estas aguas en la que debían protegerse, a como diera lugar, los grandes avances que, desde la música, tenían que obligatoriamente ser recogidos en un soporte sonoro: lo más valioso por defender sería la obra, aunque comenzaba a tener peso la forma en que aquella era llevada al disco físico.

Un antecedente de Cubadisco tal vez podamos hallarlo en los extintos Premios Egrem, que durante varios años y teniendo en cuenta su contexto, respondieron a determinados códigos, uno de ellos que la Egrem era la única casa discográfica del país.

Ya en los 90 comenzaron a radicar en Cuba sellos disqueros foráneos, que agrandarían las posibilidades comerciales para nuestros músicos tanto en el mercado nacional como en el internacional, tales como Caribe Productions, ArtColor, Tumi Music, Magic Music, Eurotropical y otros que, unidos a los cubanos Egrem y Bis Music (creado en 1993) estaban edificados con conceptos y estructuras parecidas a las nuestras en algunos casos, pero que dinamizaron el consumo y sus formas para con el producto discográfico hecho en Cuba.

Fue entonces que Ciro Benemelis, nombre muy ligado a estos procesos de promoción, desarrollo y gestión de la música, conformó un equipo de musicólogos y profesionales, para lanzar un proyecto que vería la luz en 1997, bajo el nombre de Cubadisco.

¿Pero qué significaba y aportaba el nuevo certamen fonográfico? Su papel aglutinador fue determinante, toda vez que, con la variedad de sellos en el país, se diversificaron propuestas sonoras, y se redefinieron posturas estéticas desde el diseño y la fotografía, todo ello también acompañado de conceptos de grabación que podían competir a nivel global.

Cubadisco, presidido por Jorge Gómez, y el Comité del Premio dirigido por la reconocida musicóloga Cary Diez, mantienen su cauce amén de modas y encrucijadas del mercado, sorteando los escollos del retroceso que aqueja al soporte físico ante la llegada del consumo virtual. Las nominaciones, los premios de honor y los internacionales, los eventos de debate, así como la inserción de materiales con diversas posturas experimentales, son pautas que Cubadisco sigue dictando, aun cuando las tempestades por las que atraviesa la industria a nivel internacional tengan eco en el evento, así como, también, las grandes exclusiones de nuestros artistas y sellos de los circuitos de distribución mundial, a causa del bloqueo estadounidense. Por ello, Cubadisco se actualiza y continúa su bregar para seguir fortaleciendo el hecho cultural detrás de cada disco, y de consolidar la idea de una academia inherente a estos tiempos, capaz de blindar nuestras entregas ante tanta chatarra musical a escala global, símbolo de mal gusto y degradación sonora globalizante.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.