«Misión cumplida, aquí está la cuarta medalla de oro para mi pueblo», le dijo Mijaín López, el luchador más laureado del planeta, ya cuatro veces consecutivas campeón olímpico y con cinco coronas mundiales, al Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien lo felicitó vía telefónica en cuanto el gigante de Herradura rubricaba su hazaña en esta capital.
Eres muy grande, sensacional, no te pudieron marcar ni un solo punto, el pueblo está orgulloso, le comentó Díaz-Canel visiblemente emocionado. «Vimos a nuestra delegación, a la prensa, saltando apoyando con tremendo entusiasmo, así está toda Cuba, que también aplaudió a su saltadores y a Leuris Pupo, con otra gran medalla», compartió el Jefe de Estado.
¡Qué grande eres Mijaín! Cuatro medallas de oro olímpicas para tu Patria. ¡Ni un solo punto te han marcado en #Tokio2020! Cuánto coraje, cuánta valentía, qué gran respeto y admiración sentimos por ti! #Cuba te admira y te abraza. #HagamosloPorCuba pic.twitter.com/OGWOCLKSw4
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) August 2, 2021
Transmitió, además, un mensaje a la delegación en el que aseguró que «vendrán más triunfos, aquí no dormimos viéndolos a ustedes, han llenado de alegría a Cuba».
En la zona mixta del Makuhari Messe, sede de los torneos de lucha, todos corrían a hacerse una foto con el invencible gladiador, y peguntaron: ¿con quién está hablando?, «con el Presidente cubano», les respondimos.
—¿Con el del país?, preguntaban incrédulos, y entonces la férrea y organizada estructura de la OBS, el Comité Organizador y los auxiliares de sala, se dieron el lujo de compartir ese momento y permitieron que los cubanos accediéramos al celular desde donde el mandatario se dirigía a los deportistas, entrenadores, directivos y periodistas, y, sencillamente, no salían del asombro. Incluso, una amiga cronista española insistió: ¿Es el mismo Díaz-Canel?
Antes, Mijaín había dicho que «lo prometido es deuda, aquí está la cuarta. Nunca dudé de que viviría, junto a ustedes, mis compañeros, mi familia y mi país este momento».
Con ternura, sin abandonar su firmeza, respiró profundo por la emoción: «Le dedico este día a Fidel. Si nosotros hemos podido es por él, que concibió al deporte desde la participación, yo soy un fruto de esa sabía decisión. Ella nos ha permitido ir por el mundo honrando a nuestra bandera que es muy poderosa
—¿Mijain seguirá encima del colchón de la lucha?
—Vuelvo a recordar a Fidel, hasta que tengamos la fuerza no dejaré de luchar por Cuba.
—Luis Orta te agarró la delantera con la primera dorada…
—Él me inspiró, me llevó a hacer las cosas mejor. Siento un sano orgullo de alcanzar, en una noche así, mi cuarta medalla de oro, el día que un joven como él logra su primera. De la manera en que lo hizo es continuidad.
—Cuánto pesan estos tres nombres en este instante: Leonor Núñez, Bartolo López y Pedro Vals.
—Mi mamá y mi papá, ellos sí son campeones. El beso grande de siempre a ellos, a mis hermanos, a la gente de Herradura, a Cuba… ¿Pedro? Él está aquí, mi profesor va en el corazón, como Trujillo ahora, quien ha continuado el camino; o Filiberto Azcuy, también en mi esquina. Busquen qué país puede reunir en una esquina a seis medallas de oro, porque Filiberto agarró dos.
—Miras y sientes la gloria olímpica de manera diferente. ¿Con qué ojos la ves, con qué manos la tocas?
—La veo con los ojos de mi gente, con los de mis padres, mis abuelos, quienes me enseñaron todo lo que soy hoy; la toco con las manos de nuestro país, de su gente humilde, guapa y combativa, pero noble. Las veo y las tocó así, porque creo que estoy cumpliendo con esos valores. El pueblo me ha enseñado que por muy grande que uno sea, siempre la humildad te va a hacer más grande aún.
—Con cuál de los cuatro títulos te quedas, le peguntaron.
—Con todos, cada uno de ellos me exigió, tuve que prepararme; cada uno de ellos lo disfruté y lo disfrutaron. ¿Se imaginan que lío sería dejar uno afuera, o que injusto?
«Me lo han preguntado varias veces, pero el recuerdo más grande que llevó de Tokio es el esfuerzo de todos los deportistas del mundo para competir aquí, pese a la COVID-19. Los felicito a todos, medallistas o no, y les deseo que encuentren felices a los suyos al regreso, como nosotros lo haremos muy pronto».
—Si vas a seguir luchando. ¿Estarás en París-2024?
—Denme un tiempo.
Hoy recuerdo el día en que volábamos desde Atenas a La Habana, en el verano de 2004, luego de los Juegos de aquella urbe fundacional del olimpismo.
Entonces no traía ninguna presea, fue quinto lugar. Aquel día, del octavo mes, Pedro Val, su entrenador, a quien jamás Mijaín despidió, dijo: «Será el mejor luchador del mundo y va a fundir en oro lo que nadie es capaz de imaginar». Hoy aquella profecía, dicha con certeza, es una realidad.
Luis Moises figueredo Pérez dijo:
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2 de agosto de 2021
14:33:12
Bravo, Mijain, toda cuba se siente orgullosa de tu actuación y de los demas atletas tambien, gracias por poner en alto el nombre de Cuba, gracias por hacernos sentir orgullosos de ser cubanos, gracias por darnos aliento para gritar más alto que nuca.Patria o Muerte, Venceremos, Hasta la Victoria Siempre