ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Marlon Vega. Foto: Roberto Morejón

Habíamos dicho el pasado 25 de abril que el número de 40 victorias se convertía en una especie de llave «mágica» para entrar a la fiesta de los play off de la 61 Serie Nacional. El resultado pasó de un cálculo a una sentencia: todos los que llegaron al convite alcanzaron esa cifra o la rebasaron, y los que no, quedaron fuera.

Aquella aseveración exigía jugar para un promedio superior a 533, y esa máxima se cumplió a raja tabla: el séptimo y el octavo en estos momentos, Matanzas y Pinar del Río, rindieron exactamente para ese indicador. Y si los Leones de la capital cayeran dos veces frente a los Cazadores, durante sábado y domingo, finalizarían con ese mismo resultado.

Para este fin de semana, las expectativas habitan los pechos de los aficionados azules. Ellos aspiran a que sus peloteros ganen los dos partidos ante los artemiseños, única manera de comenzar el play off de cuartos de finales, contra Mayabeque, en su cuartel general del Latinoamericano.

La exigencia es un resorte motivacional, pues, aunque los únicos dos desafíos que los Huracanes les ganaron a los capitalinos fueron, justamente, en el coloso del Cerro, los choques de postemporada no se parecen en nada a los del calendario regular. Siempre es un plus competitivo presentarse en casa, pero si se está discutiendo el campeonato, más todavía.

Pero hasta que se resuelva totalmente el enigma de este fin de semana, vale un pequeño espacio para algunas individualidades que le dieron brillo a la temporada, aun cuando algunas de ellas no estarán en los play off.

Marlon Vega: Es el pelotero que más calibre mostró en la temporada. El lanzador de Mayabeque, de 20 años, en su segunda campaña fue todo un equipo: líder de efectividad, con excelente 2,81; en juegos ganados (11) y segundo en salvados (12). Intervino en 23 de los triunfos de los Huracanes, es decir, por su brazo pasó el 56 % de los éxitos de los mayabequenses. Sus rivales le produjeron para un anémico 213 y su whip (parámetro que mide las acciones positivas de un pitcher) de 1,18, es el segundo de la justa, igualado con el pinareño Yosvani Torres, y solo superado por otro de los Vegueros, Erlis Casanova (1,09). Vega fue la mejor imagen de la contienda, y coincido con aquellos colegas que lo dan como el jugador más valioso de esta Serie Nacional.

Frederich Cepeda: premio a la constancia, al pelotero referencia del beisbol cubano en este siglo. Puntero en average ofensivo (406), en porciento de embasado (574) y segundo en ops, que mide la integralidad del bateador, con 1 151, solo superado por otro veterano de mil kilates, el vueltabajero William Saavedra (1 189).

Pedro Pablo Revilla: el guantanamero nos trajo de vuelta los jonrones, esos que tanto animaron los clásicos cubanos cuando estaban preñados de sluggers. Sus 26 cuadrangulares son una señal que nos hace pensar en que podemos retornar a las emociones de esos batazos.

Yoelkis Guibert: fue siempre el hombre clave de las Avispas. Nadie remolcó más carreras en la lid que él, al traer para home a 78 compañeros. Fue uno de los tres hombres que alcanzó 20 o más vuelacercas, y de los 89 jits que logró, casi la mitad (42), fueron extrabases.

Alexander Ayala: no se podía obviar, aunque sea una apretada síntesis, al único jugador que sobrepasó la barrera de cien imparables, 107 en total. El camagüeyano hizo de todo para que los Toros llegaran al rodeo final: 361 de average, 15 dobles, 14 jonrones, 56 empujadas y 41 anotadas.

Otros muchos son merecedores de reconocimientos, como lo serán también los que brillen en la épica batalla de los play off.

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