Si el béisbol es pasión e identidad nacional, porque es un sello de nuestra cultura, no se pueden permitir deslices –por pequeños que estos sean– en su organización, y mucho menos en su imagen. Cuba desarrolla su 60 Serie Nacional con mucho esfuerzo, con una etapa previa de preparación que contempló los mínimos detalles y eso ha dado un inicio de temporada muy reñida, por lo tanto, atractiva, al margen de un significativo desbalance entre ofensiva y pitcheo.
Es frustrante para el hecho comunicativo, que sabemos es prioridad en la Dirección Nacional, que al amanecer de este domingo no se haya podido mostrar en la web de la pelota cubana el cierre de la jornada anterior, lo cual priva a los aficionados de los valiosos datos contenidos en ella, y que son la comidilla de los amantes de este deporte, no solamente en el país, sino también en el exterior. Eso, que pudiera ser insignificante, no lo es, y además echa por tierra el esfuerzo de los peloteros en el terreno.
En temporadas anteriores, el funcionamiento de ese sitio resultó entre los aspectos más negativos de nuestras campañas, sin embargo, en esta, hasta lo ocurrido en el programa sabatino, había actuado como un reloj suizo. Esperemos que no caiga en un slump.
Mencionábamos la disparidad en el comportamiento de la ofensiva y el pitcheo, que inclina considerablemente la balanza a favor de los maderos. Sin incluir la velada dominical, se habían celebrado 164 encuentros, y de ellos, en 82, exactamente el 50 %, se batearon 20 o más jits; hasta esa fecha, los bates promediaban 301, con seis conjuntos por encima de esa media y dos de ellos, Camagüey y Cienfuegos, en 353 y 351, respectivamente, lo cual hace pensar en que más que buenos bateadores, hay un pitcheo muy deficiente.
Hasta el sábado, solo tres de los 16 cuerpos de lanzadores permitían menos de diez jits por partido: Matanzas (9,13), Granma (9,15) e Industriales (9,94). Están arrugados los desempeños de la contienda en cuanto a promedio de carreras limpias permitidas (5,55) y el whip (1,67), o lo que es lo mismo, el pitcher pone en circulación casi a dos corredores por entrada, debido a sus acciones negativas.
¿Nos hace esto bien? Claro que no, ni es favorable en torno al espectáculo, y mucho menos de cara a los compromisos que hay que emprender en 2021, el más retador de todos, la clasificación olímpica. Si nos acostumbramos a batear a un pitcheo dócil, como hasta ahora en la actual justa, volveremos a sufrir ante los serpentineros en los torneos internacionales, como ha ocurrido en los últimos diez años. Por suerte, en la etapa de play off de cuartos de finales, semifinales y disputa del título, se concentrará la calidad, y es probable un mejor desempeño desde la lomita.
A propósito del certamen bajo los cinco aros en Tokio, nos escribe Radamés Echemendía González, quien, al opinar sobre la permanencia del béisbol en los Juegos Olímpicos –abordado en la pasada entrega de Tirándole–, cree que otras de las razones por la cual no se mantiene son el excesivo tiempo de duración de los partidos y cierto eurocentrismo del coi. Al respecto, la wbsc ha tomado sus medidas y ya aprobó los partidos a siete capítulos, y ha puesto la sede de sus oficinas en la mismísima Lausana, ciudad que aloja al ente rector del deporte, un sitio, además, con visión europea del mapa atlético mundial.









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Andres dijo:
1
12 de octubre de 2020
12:32:21
Armando gutierrez dijo:
2
17 de octubre de 2020
19:43:51
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