
La flakka le llaman, porque su nombre químico es casi imposible de pronunciar y por tanto, poco práctico comercialmente: Alfa-pyrrolidinopentiophenone, nombre científico cercano al de la droga caníbal (metiendoxipirovaleriana) cuyos consumidores presencian aterrorizados como se desprenden de sus huesos, las masas musculares gangrenadas. Ambas drogas ya están al acecho en las calles de la Florida, Alabama, Mississippi y Nueva Jersey, así como en países europeos.
Las víctimas de Flakka (también conocida como Alpha-PVP) son mayoritariamente jóvenes y crecen por día. En los últimos dos años el número de estas, se multiplicó siete veces y aún se desconocen las estadísticas del primer semestre del 2015.
Su condición es todavía legal, a pesar de que ya existen pronunciamientos en su contra. Las autoridades advierten que la flakka es homicida, pero ella, implacable y libre, sigue reclutando gente que por codicia, egoísmo y carencia total de compasividad con usuarios y familiares, se enriquecen con el sufrimiento de otros.
 
ENTRE LA FLAKKA Y LA MUERTE
La flakka —también conocida como grava por su aspecto de trozo de cristal blanco o rosa, con mal olor, que asemeja a la piedra utilizada en peceras y acuarios— es una droga hecha por el hombre.
Sus efectos, según Jim Hall, epidemiólogo del abuso de drogas en la Universidad Nova Southeastern en Fort Lauderdale, Florida, son similares a los de la cocaína, con potencial para ser incluso más peligrosa que esta, pues pasa más tiempo en el cerebro. “Es muy difícil controlar su consumo, pues solo una pequeña variación en la cantidad puede ser la diferencia entre conseguir drogarse y morir, es así de crítica”, ha dicho el especialista en un artículo publicado en el sitio web de la televisora norteamericana CNN, el pasado 27 de mayo.
La realidad es que una mínima sobredosis de la Flakka puede llevarte a la morgue de un hospital. Es también químicamente semejante a otras drogas del tipo catinona sintética, popularmente llamadas “sales de baño”. La flakka —explicó Hall— contiene sustancias químicas presentes en esos narcóticos, que se unen e interfieren con los neurotransmisores; y afectan los niveles adecuados de dopamina y serotonina. “El resultado es ‘inundar el cerebro’ con estos productos químicos”, enfatizó el experto.
“Aunque una típica reacción a la flakka puede durar de una a varias horas, es posible que los efectos neurológicos puedan ser permanentes. No solo el fármaco se asienta en las neuronas, también podría destruirlas. Y como el efecto de esta droga, al igual que las ‛‘sales de baño’, pasa más tiempo en el cerebro que la cocaína, la magnitud de la destrucción podría ser mayor”, previno el epidemiólogo.
Justamente la condición llamada ‘delirio con excitación’, aparece entre las reacciones inmediatas que puede causar, la cual implica la hiper estimulación, paranoia y alucinaciones, agresión física violenta y auto-lesión. De acuerdo con un reporte sobre drogas emergentes del Nacional Institute on Drug Abuse de los Estados Unidos, publicado el 6 de abril del 2015, “la sustancia se ha relacionado con las muertes por suicidio, así como ataques al corazón.
También puede aumentar peligrosa y rápidamente la temperatura del cuerpo hasta 106 grados Fahrenheit (equivalente a unos 41 grados Celsius) y determinar daños sobre el riñón, que puede llegar a la insuficiencia renal”. Los expertos temen que algunos sobrevivientes de sobredosis de flakka puedan estar en diálisis por el resto de su vida.
La venta por lo general se realiza a través de Internet, estaciones de servicio u otros distribuidores. Su precio es algo menor que el de la cocaína. Los distribuidores a menudo se dirigen a jóvenes, pobres y también tratan de reclutar personas sin hogar para comprar y vender, dijo el epidemiólogo norteamericano. Estas son “personas que ya están en desventaja en términos de enfermedad crónica y el acceso a la atención médica”, añadió.
Como casi todas las drogas la flakka es altamente adictiva, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Las historias sobre ella comienzan a publicarse en la sección de noticias o necrológicas de los diarios: “un hombre en el sur de la Florida que rompió las puertas a prueba de huracanes de un departamento de policía admitió haberla consumido. Una chica en Melbourne, Florida, corrió por la calle gritando que era Satanás tras ingerirla”...
Lo peor es que se trata de una droga de la que todavía hay muy poco conocimiento. “No es fácil determinar nada por su apariencia, forma o tamaño”, aseguró Hall.
“Es una droga de dosis muy específicas, y muchas veces los consumidores no saben qué están consumiendo ni cuánto y, en la mayoría de los casos, el vendedor tampoco lo sabe”.
“Aunque la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) ha colocado una prohibición temporal de flakka, los fabricantes pueden evitar esta prohibición, con solo pegar una etiqueta en la droga de ‘no para el consumo humano’, alertó Lucas Watterson, investigador postdoctoral en la Escuela de Medicina de la Universidad de Temple Centro para la Investigación de Abuso de Sustancias, en el citado artículo de la CNN. Probablemente tomará varios años obtener los datos necesarios para poner una prohibición federal sobre la flakka. Y la prohibición puede ser eficaz, al menos en desalentar a los usuarios potenciales, agregó.
“El problema es cuando uno de estos productos se declara oficialmente como prohibido o ilegal, el fabricante responde produciendo una serie de diferentes alternativas”, dijo Watterson. “Es una especie de sabor del mes”.
Y como otras drogas, esta se puede camuflar en disímiles apariencias: “Droga conocida como flakka tiene ahora aspecto de caramelo”, alerta un titular reciente del Nuevo Herald.
Este medio de prensa atestigua que en los últimos meses, las autoridades de la Florida han hallado productos similares a golosinas que contenían la droga sintética Etilone, otro de los alias de la flakka. La policía de Miami-Dade donde se encontraron los dulces, advierte para que la comunidad se mantenga atenta, sobre todo las familias que tienen niños.
¿Solo en la Florida? “Vemos que esto no está confinado a nuestra región. Lo que lo hace única a nuestra región es el nombre de origen hispano ‘flakka’. Pero la droga como tal está en todo el país, y literalmente en todo el mundo”.
“Un reciente reporte de las autoridades europeas indica que en el 2013 fueron incautados 1 500 kilos de alpha-PVP”, subraya Jim Hall en entrevista para la cadena de noticias BBC Mundo el 9 de abril del 2015.
Definitivamente nadie está a salvo de la lógica imperante: las adicciones son buenas para los negocios; y en esas circunstancias, sustituir y compensar productos por otras drogas de diseño es cuestión de poco tiempo. El crimen organizado se sofistica; y en la era de la globalización y el consumo todos somos potenciales blancos.
Las noticias dan cuenta del uso de la flakka en todo el planeta, pero esencialmente en la Florida, tierra de la que nos separan apenas 90 millas.
Resta entonces prestar atención al peligro, y como parte de ello informar, educar y continuar el estricto control de la entrada de estas sustancias al país.
De acuerdo con cifras de la Agencia Antidroga de EE.UU. en el 2013 
en Florida 132 personas murieron con diagnósticos relacionados a su consumo, y en 31 de ellos, se consideró la flakka, como la causa directa 
de muerte.
Desencadena graves estados de ansiedad, paranoia y delirios, lo que lleva a un estado psicótico, caracterizado por un aumento de la violencia asociada a una mayor fortaleza y pérdida de conciencia de la realidad.




    
    



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julio castillo dijo:
1
24 de julio de 2015
08:02:15
Anibal "Revolución" dijo:
2
24 de julio de 2015
14:41:28
Nébuc dijo:
3
25 de julio de 2015
16:02:30
Noel Ascanio Montero dijo:
4
9 de marzo de 2016
08:48:20
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