ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Estos días han sido muy intensos en las redes sociales. Una entrevista al reconocido intelectual cubano Enrique Ubieta, aparecida en Granma (7 de julio del 2017), donde sostiene que el llamado «centrismo» no es más que un disfraz de los que hoy pretenden restaurar el capitalismo en Cuba por la puerta de la cocina, desató la ya conocida maquinaria de fango contra su persona. Junto a los improperios y la manipulación, han salido a la palestra pública, contaminando en muchos casos la posibilidad de un debate serio y respetuoso, los oportunistas, resentidos y hasta «conversos»; esos que antes fueron defensores a ultranza del dogma y ahora se presentan como abogados de la mayor pluralidad de ideas posibles.

Muchos de los que atacaron con vehemencia el uso de cualquier etiqueta, respondieron con todo un rosario de ellas.

Hasta se llegó a hablar de una campaña, de una cacería de brujas, del regreso del «Quinquenio Gris» y otras elucubraciones, todo lo cual elude lo esencial del debate y muchas veces hace gala del viejo recurso de la victimización.

No me cuestiono que compañeros honrados y revolucionarios, estén siempre alertas para criticar y enfrentar cualquier manifestación que pretenda renovar algunas de aquellas prácticas lastimosas del pasado que por suerte extirpamos de nuestra política cultural; estamos juntos en esa batalla, pero pensar que porque se discrepe sobre determinados asertos, juicios e ideas sobre la base del argumento –no puede haber otro camino– estamos de nuevo en aquellos años grises me parece una exageración o un recurso que precisamente busca lo mismo que se condena: cercenar el pensamiento diverso.

En un texto anterior que fue publicado en Granma (6 de junio del 2017), La tercera vía o centrismo político en Cuba, hice el siguiente comentario: «Cuando se pondera la moderación frente al radicalismo revolucionario cubano –que es ir a la raíz, para nada asociado al extremismo que es otra cosa–, me es inevitable no encontrar determinadas analogías entre ese “centrismo” que hoy se intenta articular en Cuba, con el autonomismo decimonónico». Al parecer, esta reflexión no fue bien comprendida por algunos o sencillamente ha caído en terreno de la manipulación. Es cierto que la historia no se repite miméticamente –aunque en ocasiones lo haga como tragedia y otra como farsa, para decirlo con Marx–, pero muchos de sus procesos y tendencias políticas han tenido una evolución hasta nuestros días. Ignorar eso, es sencillamente una barbaridad. El anexionismo de hoy por supuesto que no es el mismo del siglo XIX, ¿pero acaso podemos decir que no lo hay en nuestra realidad nacional? Muchos de los autonomistas del siglo XIX terminaron reciclándose en el anexionismo al producirse la intervención estadounidense en 1898 y siendo funcionales a la dominación neocolonial instaurada a inicios del siglo XX. No fue casual que el primer gabinete de Estrada Palma fuera copado prácticamente por antiguos autonomistas. Nuestra cultura patriótica, independentista, nacional-revolucionaria y antimperialista, tampoco es exactamente igual a la del siglo XIX o del XX; se trata de un fenómeno vivo, pero cuyas claves solo se entienden al profundizar en su evolución histórica.

Cuando señalo que veo analogías entre el autonomismo del siglo XIX cubano, con cierta derecha que hoy asume la máscara de centro –de proyecciones socialdemócratas–, es porque ambas corrientes se adhieren a ese nacionalismo de derecha que tiene una larga acumulación cultural en la historia de Cuba.

Asimismo, lo de «centrismo» o «tercera vía» no es una invención nuestra, llama la atención que personas ilustradas se lo pregunten, cuando está ampliamente documentado por la historia, que ha sido un instrumento eficaz hasta nuestros días utilizado en distintas variantes por los sectores dominantes del sistema capitalista, para mantener o recomponer su hegemonía sobre la base de mejores consensos, para evitar el triunfo de revoluciones, disminuir la influencia de las ideas comunistas, o para –como es el caso de Cuba en la actualidad–, restituir el capitalismo. No es un fenómeno insignificante como algunos pretenden hacer ver, utilizando como engañifa para esquivar el debate, que hay otros temas más urgentes o señalando que deberíamos concentrarnos en resolver los problemas de la vida cotidiana del pueblo cubano antes de estar buscando «fantasmas». ¿Qué se pretende, que abandonemos el campo de la lucha ideológica, tan imprescindible para nuestro proyecto, como el de la batalla económica? Estoy consciente que la mejor manera de hacer ideología es cuando esta se materializa en la práctica, pero jamás se puede menospreciar el terreno de las subjetividades. Si los revolucionarios cubanos hubiéramos esperado a tener todos los problemas de nuestra vida cotidiana resueltos para hacer ideología, ni siquiera este debate estuviera teniendo lugar, pues no existiría la Revolución. Nuestra visión tiene que ser siempre totalizadora, al tiempo que nos recuperamos económicamente –cuestión de vida o muerte para nosotros–, debemos ir generando una cultura –en su sentido antropológico– diferente y superior a la del capitalismo.

De varios textos leídos en estos días surge una inevitable interrogante: ¿se puede ser anticolonialista y antimperialista, bases sólidas de nuestro movimiento revolucionario sobre las cuales se ha tejido la unidad y al propio tiempo simpatizar, promover o divulgar las ideas y símbolos del capitalismo, ya sea en su variante socialdemócrata o neoliberal? Imposible.

La hegemonía cultural socialista y liberadora que defendemos, es a contracorriente de la hegemonía dominante del capitalismo. Esa es la verdadera pelea de león a mono. Es cierto que nuestra limitada dominación debe estar siempre en función de la emancipación, ¿pero cómo entender que alguien se considere hereje frente a todas las dominaciones posibles cuando consciente o ingenuamente le hace el juego a las plataformas que se están utilizando hoy en Cuba para introducirnos las ideas capitalistas por vías mucho más artificiosas?

Cada cual es libre de profesar y sentirse heredero de determinadas ideas, pero es muy difícil imaginarse un martiano, si asumimos el proyecto martiano en su totalidad, y aspirar al mismo tiempo a que Cuba abrace en pleno siglo XXI la socialdemocracia. No se puede olvidar que José Martí encarnó lo más radical y auténtico del nacionalismo revolucionario del siglo XIX, opuesto totalmente a las opciones autonomistas y anexionistas. Hablar de nacionalismo a secas solo contribuye a la ambigüedad. Resulta también un sinsentido, en el mejor de los casos, aspirar a una Cuba socialdemócrata al estilo de los países escandinavos y al propio tiempo defender la soberanía de Cuba. Esto es obviar olímpicamente la historia de Cuba y de América Latina en sus relaciones con los Estados Unidos, así como el orden vigente del sistema capitalista, donde los centros impiden a toda costa que los países subordinados rompan su condición periférica, si no, miremos Brasil y Argentina.

En el caso de Cuba, Estados Unidos jamás permitió la existencia de una burguesía nacional durante casi 60 años de república neocolonial burguesa. Pero no solo es una cuestión de permisibilidad, sino que el sistema capitalista para funcionar como tal se internacionaliza, establece sus reglas. Dentro de esas reglas, a Cuba no le correspondería otro destino que el de la subordinación a poderes foráneos, aunque ya no existiera bloqueo ni base naval estadounidense en Guantánamo. Cuba no sería otra Suecia, ni Dinamarca –como de forma idílica expresan algunos autores, desconociendo incluso los males que hoy también aquejan a esos países–, sus modelos de comparación estarían en El Salvador, Honduras o República Dominicana, si es que aspirara a algún lugar dentro del sistema mundo del capitalismo. Solo el socialismo, como se ha demostrado en estos ya casi 60 años de Revolución, constituye garantía de nuestra independencia y soberanía.

Un libro que saldrá próximamente por la Editorial Ocean Sur, del periodista y diplomático Pedro Prada, quien vivió personalmente el derrumbe del socialismo en la URSS, aporta una reflexión muy importante para este debate: «Una de las lecturas más complejas, contrarrevolucionarias y subversivas de la historia que esas generaciones –se refiere a la generación de Gorbachov– hicieron fue que la socialdemocracia europea y latinoamericana eran portadoras de la simiente de “un socialismo con rostro humano” –en el entendido de que el propio no lo tenía–, capaz de deslumbrar por proveer, per se, mercados abarrotados de productos de alta calidad y competitividad que no podían adquirirse en el cerrado mercado soviético».

(…) «Así, cuando Gorbachov llega al poder, quiere cambiar las cosas, pero se compara con los modelos capitalistas de bienestar escandinavos, (...). Quiere despertar al periodismo para que sea portavoz de los necesarios cambios y convierte la profesión en un grosero ejercicio de striptease. Saca al genio de su lámpara, destapa la caja de Pandora y no alcanza a reunir valor, talento ni intención de pararlo porque al final, lo va a confesar: “Había que cambiarlo todo”… ¿Todo?».
(…) «Por eso hay quien se afila los dientes y hace planes para sembrar las semillas del mal entre nuestro pueblo, hacerlas germinar en las elecciones generales del 2018, y que empiecen a dar flores y frutos venenosos en la Asamblea Nacional y en los comicios del 2023 o más tarde, sin apuro, como cáncer.

«El reformismo es ahora la realpolitik. Lo revolucionario es contrarrevolucionario. Las derechas, incluidas las ultras, son ahora el centro –que es ¡nos dicen!, lo correcto, porque es sinónimo del equilibrio. Las izquierdas, nos explican, son extremistas».
También entiendo que colegas y amigos, se preocupen por la división que estos debates puedan generar, pero ello no puede constituir nunca una barrera infranqueable para la discusión y polémica entre revolucionarios. Por supuesto, está claro que este tema es sensible, pues se trata de militancias y de alertas que algunos interpretan como paranoia, o pretexto para exclusiones. Pero siempre es necesario que nos preguntemos de qué unidad se está hablando, pues ahora está de moda también cierto relativismo extremo que utiliza como argumento la idea «Con todos y para el bien de todos», del discurso de 1891 pronunciado por Martí en Tampa, en plena campaña revolucionaria, restándole su verdadero significado. Está claro que para Martí quedaban excluidos de ese «todos», los autonomistas y anexionistas, los incorregiblemente contrarrevolucionarios, para usar la frase de Fidel en sus históricas Palabras a los intelectuales del 30 de junio de 1961. Pero siguiendo las enseñanzas de Martí y Fidel, debemos tratar de sumar a todos los que sea posible, a los que tengan dudas o anden confundidos. En palabras del Apóstol: «El templo está abierto, y la alfombra está al entrar, para que dejen en ella las sandalias los que anduvieron por el fango, o se equivocaron de camino».1 El tiempo se ocupará en definitiva de sacar a flote la verdad y colocar a cada quien en su verdadero lugar.

La unidad hay que construirla sobre bases antidogmáticas, pero sólidas en cuanto a los principios y esencias políticas que se defienden, sin desconocer las circunstancias históricas. El 14 de diciembre de 1957, al denunciar el Pacto de Miami, Fidel escribió: «Pero lo importante para la Revolución, no es la unidad en sí, sino las bases de dicha unidad, la forma en que se viabilice y las intenciones patrióticas que la animen».

(La versión original del texto fue publicada en el blog del autor Dialogar, Dialogar)
Notas
1
José Martí: El lenguaje reciente de ciertos autonomistas, en: Obras completas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, t.3, p.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

emilio Fernández lobeiras dijo:

1

21 de julio de 2017

00:40:28


Es tema complejo, y lo reconozco, "el auto criticismo" de lo propio, en el contexto de lo ajeno. La Revolución Cubana es proceso genuino, fraguada en mil batallas, mambisas primero, y anti capitalista después. Acosada, perseguida, y con intentos, de derribamiento frustrado en múltiples ocasiones. No es lo mismo, que un estado, declare libre y soberanamente su destino socialista, a noventa millas de un imperio interventor, como el norteamericano, que declarar ser socialista, por ejemplo en las antípodas. Será cuestión de geopolítica, o de fatalismo geográfico, pero lo cierto, es que se ha construido. Y no sólo se ha construido, si no que se ha resistido"numanticamente ", como dijera el comandante, FIDEL con estoicismo, el asedio, empezando por un criminal bloqueo.¿Que estado, pueblo o nación ha tenido en los anales de historia de la humanidad, un cerco tan brutal y despiadado, como el bloqueo o embargo?...ninguno...sin embargo aquí estamos, con nuestro humanismo solidario, llame se socialismo justo, equitativo cubano. No hay peor mal, para un proceso, que el llamado " revisionismo", el cambiar las esencias, las etiquetas políticas. A partir del Glasnot o Perestroika Soviética, de la etapa de Gorbashov, tal como mencionas Elier, cunde el cambio de las etiquetas políticas europeas. Lo que sucede, en cambio conviene, pues queda demostrado que no eramos satélites de ningún otro estado, eramos y somos, una estrella nova, en medio de una galaxia politica, que brillamos con luz propia, luz encendida como faro y guía de ejemplo hacia otros pueblos, y cuya antorcha de luz, nos fue entregada por una generación de revolucionarios, con un máximo líder, FIDEL.

ricardo dijo:

2

21 de julio de 2017

01:49:02


Gracias y felicidades por su artículo. Se intenta confundir al cubano de hoy, como al de ayer, para caer el las manos del imperio. Es "el mismo perro con otro collar". ¿si el centrismo es tan bueno por qué EUA que es tan democrático, libre e independiente, no se mueve al centro?. Elier, hombres como usted aseguran el futuro de la REVOLUCIÓN. Los que hemos luchado por ella hasta hoy, y seguiremos haciendiola mientras abramos los ojos, contamos con usted para que nuestros nietos tengan un país mejor. Gracias.

Amanda Sofia dijo:

3

21 de julio de 2017

11:49:30


En esas discusiones si yo entrara, dijera dos bandos solo existen los que quieren el pan compartido y los que no.Los del pan compartido pasaran mas trabajo comeran menos pero estan tranquilos por que son justos porque en Cuba las riquezas faltan. LOS OTROS LOS DE CUBA QUIEREN LO MISMO PERO SIN RECORDAR SU HISTORIA. Los que eijan

aleida gutiérrez dijo:

4

22 de julio de 2017

13:09:51


Qiero destacar que aquí no hay ofensas ni llamados a dañar a nadie, que es algo que se reitera por los que critican a Elier

Alexis Triana Hernández dijo:

5

22 de julio de 2017

13:21:58


Tu blog por algo se llama Dialogar, dialogar. No cejes en el empeño, e ir de universidad en universidad, y de tertulia en tertulia, ayudará a los más jóvenes a conocer que siempre existieron los que llamaban a conciliar con el poderoso y eludir lo revolucionario en toda época, quienes predicaban con aceptar el destino manifiesto de que Cuba era el traspatio de los Estados Unidos, los mismos que terminaran tratando de convencernos que fue un exceso tumbar de un cañonazo el águila imperial del monumento al Maine. Y si han chillado tanto los muy orgullosos de su centrismo, es que les dolío el callo. Y somo en los tiempos bajo los árboles de Baraguá, cuando parecía imposible desafiar a los imperos, que se rompa el corojo

aleida gutiérrez dijo:

6

22 de julio de 2017

14:23:03


aquí no hay ofensas, hay argumentos, no sé por qué otros dicen que hay descalificación

Fidel Vascós González dijo:

7

23 de julio de 2017

16:23:52


Saludo la decisión del periódico Granma al publicar los artículos de los compañeros Enrique Ubieta y Elier Ramírez. Los temas abordados resultan de interés en el debate de ideas acerca del perfeccionamiento de nuestro socialismo. Una observación preliminar. Existe una tendencia a considerar que todas las noticias y trabajos periodísticos que se publican en Granma son aprobados explícitamente por el Buró Político, el Secretariado o el Comité Central del Partido. Esta suposición limita en extremo los opiniones que los lectores podamos exponer con conclusiones distintas a las difundidas en esta prensa. Los revolucionarios nos autocensuramos si nuestras opiniones públicas pudieran considerarse diferentes o críticas contra las autoridades partidistas. Confío que los artículos de los mencionados autores son de su exclusiva responsabilidad y, cuando más, de la dirección del periódico. Concuerdo con mucho de lo expuesto por Ubieta y Elier; pero prefiero abordar aspectos en los que discrepo. No es saludable etiquetar con denominaciones preconcebidas a quienes participan en los debates, cualquiera que estos sean. Las etiquetas no conminan al juicio fundamentado, sino a la respuesta emocional. Me considero socialista, antiimperialista, de izquierda. No soy socialdemócrata, ni de “centro”, ni de derecha, y no pretendo introducir el capitalismo neoliberal en nuestro país, ni por la puerta de entrada a la casa, ni por la cocina. No obstante, creo que el capitalismo puede ofrecernos aspectos positivos de aplicación en el socialismo. Un ejemplo es su flexibilidad para adaptarse a los cambios en el entorno. Nuestro actual modelo de construcción socialista es demasiado rígido. Se requiere introducirle radicales cambios en los métodos de dirección y planificación de la economía y en la gestión de las empresas. La descentralización en la toma de decisiones está a la orden del día en este aspecto. El socialismo no cayó del cielo. Sus antecedentes se remontan a todo lo largo de la historia de la humanidad y, en consecuencia, otras sociedades pueden aportarle elementos positivos. La Antigua Grecia y la Antigua Roma acumularon experiencias de importancia en el campo de la organización política y del sistema de gobierno, las cuales pueden ser aprovechadas. El sistema que tenemos no debe ser “afianzado” sino modificado a tenor de las condiciones actuales y sus perspectivas. En Cuba nos encontramos en una transición socialista sui géneris, no concebida así en la historia de nuestra Revolución y de nuestra Patria. Desde hace tiempo nos hemos planteado la construcción del socialismo. En aquellos momentos contábamos con el apoyo de la Unión Soviética y el llamado campo socialista. Hoy no contamos con ninguno de los dos. El referente principal era el modelo soviético de socialismo de Estado altamente centralizado, que fracasó. En la actualidad hay que repensar el modelo socialista que queremos, lo que demanda una amplia libertad de expresión. Debemos concebirlo entre todos. La premisa insoslayable es que sea del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. De ahí que no se pueda descalificar la idea que no coincida con el discurso oficial. Tiene que haber un espacio no oficial para el intercambio de criterios; se impone la cultura del debate. La línea roja que no se puede traspasar en este empeño es pretender el derrocamiento del gobierno revolucionario constitucionalmente establecido en nuestro país. El triunfo definitivo e irreversible de la Revolución Cubana ocurrirá cuando se alcance la plena institucionalización democrática del poder del pueblo. Junto al criterio oficial se necesitan espacios de debate no oficial en importantes temas del acontecer nacional e internacional. Diferentes organizaciones de la sociedad civil cubana se proyectan en este sentido. Hay que apoyarlas. Las conclusiones de sus debates van dirigidas a las autoridades económicas, políticas y sociales con capacidad de decisión, las cuales deben atenderlas. Saludo de nuevo que Granma publique artículos de fondo sobre temas de interés para la Revolución y que admita comentarios de los lectores. La Habana, 23 julio de 2017 “Año 59 de la Revolución”

jpuentes dijo:

8

24 de julio de 2017

10:07:53


Estimado periodista: yo creo que el debate siempre va hacer bueno. Vulgarizado o no, siempre va hacer bueno. Este es un debate que a poco se ha puesto en la palestra publica. Y es normal que se vulgarize, porque son precisamente los medios los que no lo promulgan bien. Publicar uno o dos articulos de este tema no es promulgar. Los medios no solo tienen una misión que es la de informar, sino también la de educar. Y este no ha sido, hasta el momento, un tema recurrente, cuando hace mucho rato que debería serlo. Este debate debería ser el mas importante y el mas intenso de los ultimos años. Intenso sí, porque en nada se parece al debate desatado cuando el nacimiento de la republica, ni cuando la decada de los ´70. Este es un debate donde confluyen una corriente despolitizadora que ha sido el remanente cultural mas importante de una epoca de crisis. Una corriente, por demas, inédita. Espacios hay y bastante para la concurrencia. Lo que hace falta que el el debagte emerga como un debate inteligente. Cree usted, periodista, que los medios tengan a bien colaborar con ese tipo de debate?.

jpuentes dijo:

9

24 de julio de 2017

10:08:08


Hablemos pues conceptos: Este pais ha pasado por tres etapas conceptuales del Socialismo: “Construcción del Socialismo” (1961-1993), “Nuestro Socialismo”, (1994-2010), “Un socialismo prospero y sostenible” (2011-presente). En la primera: bloqueo, actividad ilicita contra el Estado, bonanza economica, copia del modelo socialista de la URSS, inmovilismo, problemas migratorios, rectificación de errores, reforma constitucional, burocracia, centralización, gratuidades. En la segunda: bloqueo, crisis economica, influencia de la crisis en en pensamiento y en la cultura de la nación, problemas migratorios, burocracia, centralización, gratuidades, doble moneda. En la tercera: bloqueo, conceptualización y reactualización del modelo social, politico y economico, inversión extranjera, reforma migratoria, eliminación de gratuidades, alta actividad diplomatica, restablecimiento de las relaciones diplomaticas con los EU, mayor participación ciudadana, menos burocracia, menos centralización, cooperativismo, baja actividad legislativa, lo individual ya no se vé como un comportamiento burgués sino como parte inseparable del desarrollo. Nos estamos acercando a una nueva interpretación del socialismo. Se avanza en algunas cuestiones pero estamos estancados en otra, se mantienen las conquitas sociales en la salud y la educación. Se avanza en las relaciones exteriores, en la eliminación de la burocracia y en la descentralización (debe llegar al municipio). Se estanca la actividad legislativa y la eliminación de la doble moneda. Se precisa de reformas constitucionales y hay que seguir avanzando en el marco legal de la inversión extranjera. Estancada las nuevas y buenas practicas gerenciales y la atención a la cultura organizacional y de servicios. Persisten prejuicios entre las relaciones de las fuerzas productivas privado-estatal. Existen problemas en las relaciones de producción y productores campo-ciudad. Se me queda algo? Entonces periodista reencante usted a los rezagados en el pensamiento. Reencantemolos con la mejor arma: la cultura.

gina dijo:

10

24 de julio de 2017

10:22:37


todo cambio social necesita acompañarse de pensamiento y por eso son importantes los debates de ideas, pero en correspondencia con las transformaciones de la realidad, incorporemos nuestras experiencias al debate de ideas para que hablen los actores del cambio hoy en Cuba, salgamos de la academia y de la autocomplacencia intelectual y caminemos las calles que es donde se está disputando el futuro de la revolución cubana.

jpuentes dijo:

11

24 de julio de 2017

12:09:07


Elier: Este debate y estas diferencias de opinión que algunos llaman de "derecha" tiene también su genesis en un pensamiento reformulado en epoca de crisis, no sólo de la crisis cubana de los ´90 sino de la crisis del socialismo tal y como la conocieron o mejor dicho la leyeron los que se formaron en esa epoca y algunos que sí la conocieron pero que no poseian las herramientas culturales para llevarse la opinión que aduce este articulo. Es ahí donde entra a jugar el papel de los medios en el contexto educativo, y en especial el papel de la cultura. No se puede reencantar a un los grupos de personas sino se eliminan y a la vez producen el impacto necesario y esperado, soluciones fácticas a los problemas que contribuyeron a la crisis del socialismo en la segunda mitad de los ´80 y principios de los ´90 en la cuna del socialismo mundial: europa y que fueron practica común copiarlas hacia el contexto cubano y que ademas también en la segunda mitad de los ´80 se copió hasta el inmovilismo que caracterizó a estos modelos socio-politicos. Es verdad que no es posible importar "ideas y símbolos del capitalismo" hacia el socialismo. Pero los sistemas sociales se componen de subsistemas. Ir a lo particular (subsistemas) para comprender mejor lo general (el sistema) es una aptitud positivista. Aunque, obviamente, el pensamiento holistico, tan poco comprendido es una cuestión cultural y educativa que los medios deben contribuir a su promulgación. Pero el debate, Elier, es importante siempre y cuando seamos capaces de argumentar, demostrar, persuadir, convencer. Escriba por ejemplo, lo que usted piense de los comentarios aquí expuestos. Participe del Debate.

julita dijo:

12

24 de julio de 2017

12:09:54


Me gusta tu texto, Elier y rescato: "¿pero cómo entender que alguien se considere hereje frente a todas las dominaciones posibles cuando consciente o ingenuamente le hace el juego a las plataformas que se están utilizando hoy en Cuba para introducirnos las ideas capitalistas por vías mucho más artificiosas?". Has sido claro y profundo. No creo en las mediastintas. A veces en un afán paranoico de ir en contra de todom lo establecido somos "ingenuos" pero la "ingenuidad" se paga muy caro. Nuestra hstoria y la de Latinoamerica tiene ejemplos claros. Sigamos dialogando pero no perdamnos el rumbo.

Joaquín Álvarez dijo:

13

24 de julio de 2017

12:32:41


Sigue ahí Elier, estoy seguro que somos muchos los que estamos contigo en este debate, aunque sea una gran pena que no pueda llegar a muchos más para que tus análisis se multipliquen. Yo soy de los que tienen una gran fé en la juventud, en esos jóvenes como tú que están bien aferrados a la bandera con profunda convicción y fuertes argumentos que son verdaderas trincheras de ideas. Adelante hijo, en jóvenes como tu está la continuidad de Revolución que no dejarás perder.

aleida gutiérrez dijo:

14

24 de julio de 2017

17:13:37


Ubieta y Elier han puesto los puntos sobre las íes: si Ud. propone la democracia de la burguesía, está proponiendo una concesión a los enemigos de la nación. Es secundario el argumento de su calidad humana o el de su patriotismo, que pueden ser muy encomiables. Otra cosa es que objetivamente puede haber apoyos a la democracia burguesa:eso solo debiera ser un acicate más para el combate al imperialismo y a sus maniobras.

Rubert Dominguez dijo:

15

24 de julio de 2017

21:24:06


Totalmente de acuerdo con Fidel Vascos Gonzalez, En mi opinion el artículo sobre el centrismo causó controversia, lo quitaron y 2 días después Lo pusieron de nuevo. No se si es solo apreciación mía pero los artículos que más diversidad de opiniones y comentarios genera, no duran más de 24 horas y muchos comentarios no se Publican, no podemos tapar el sol con un dedo la diversidad de opinión existe y hay que escucharla, seria cerrar los ojos a ala realidad, hay noticias que se quedan por semanas y nadie comenta simple y llanamente por que es mas de lo mismo, solo deseo para mi país lo mejo aunque no viva en el donde la emigración sea al revés, el regreso y la aportación de todos los que un día buscaron un futuro mejor fuera de su Cuba, no soy político, solo soy un cubano mas.espero publiquen mi humilde opinión. Gracias

Isabel dijo:

16

25 de julio de 2017

12:03:16


Coincido con el comentario de Fidel Vascós González. Muy atinado.

Isabel dijo:

17

25 de julio de 2017

12:04:50


Me identifico totalmente con su comentario. Gracias.

El Zurdo dijo:

18

25 de julio de 2017

14:54:14


Lo que le pasa a muchos "sinceros" centristas, socialdemócratas, aspirantes al modelo sueco, o como se llamen ahora, es que dejaron de creer en la obra de Fidel y Raúl, y tienen que enmascararlo, a veces hasta de si mismos, algunos de ellos fueron responsables económicos y su "modelo" no funcionó.

emilio Fernández lobeiras dijo:

19

27 de julio de 2017

00:52:29


"Las ideas en el centro del debate", nunca mejor dicho, " nuestras ideas, dentro del socialismo", son muy diferentes a las ideas, o concepción de las mismas, en sistemas capitalistas. ¿Que existe en el capital?...es un viejo conocido, que arrastra tras de si, hambre, precariedad, y miseria. Dónde el reparto de la riqueza, es desigual, existe la marginalidad, la xenofobia, el desahucio. Estados Unidos o USA, como algunos quieran llamarle, el índice de pobreza alcanza al 46 % de la población, según datos publicados, por organismo de la ONU, donde dicho nivel se alcanza para grupo familiar de cuatro personas, donde la renta de ingreso familiar está por debajo de los 23000 dollares anuales. Donde la sanidad, es lucrativa, y forma parte del negocio, el individuo es la víctima, dónde prima el tipo de seguro, según el nivel de renta. En Cuba no, y pese al bloqueo, se es equitativo. Que se lo digan, a las minorías étnicas, a las barriadas del Bronx, Alabama, Missisipi, dentro del propio Miami, las reservas de nativos indios americanos. No nos remontemos a la década de los cincuenta en Cuba, con el 60% de analfabetismo en la población, los parques y ómnibus con asientos para blancos y para los que no lo fueran, con una mortalidad infantil impresionante.¿ Hay justicia en el capital? ...si la hubiera, ¡que no la hay!..se viera hasta en los reclamos judiciales, dónde el dinero escoge al abogado de fama que te defenderá. Si eres pobre, perderás. Luego, y por muchas razones más, es que ha aumentado el retorno de cubanos a la patria. El imperio es sólo eso, bienestar para un selecto grupo, y precariedad y miseria para la mayoría.

Kitty dijo:

20

28 de julio de 2017

07:45:37


Grandes y revolucionarios intelectuales cubanos vienen debatiendo en el blog de Segunda Cita del poeta Silvio Rodríguez Domínguez el tema del "centrismo". Es lamentable que otras opiniones que difieren a las oficiales no sean publicadas en sitios como este. Hay escritos de Humberto Pérez, el mismo Silvio, artículos de Eusebio Leal y otros tantos que merecen un espacio en este sitio y otros de la prensa oficial al igual que la cabida y "promoción" que tienen Elier Ramírez y Enrique Ubieta. Alguien pudiera explicar por qué? ¿Le temen a un debate franco y revolucionario donde tengan espacio opiniones diferentes a la de los mencionados autores tan divulgados? Espero que me publiquen y agradecería, por parte de la redacción de este medio alguna aclaración. Cubanos somos todos y podemos debatir con respeto y argumentos sin tener que levantar la mano y votar por "unanimidad"