ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Estos días han sido muy intensos en las redes sociales. Una entrevista al reconocido intelectual cubano Enrique Ubieta, aparecida en Granma (7 de julio del 2017), donde sostiene que el llamado «centrismo» no es más que un disfraz de los que hoy pretenden restaurar el capitalismo en Cuba por la puerta de la cocina, desató la ya conocida maquinaria de fango contra su persona. Junto a los improperios y la manipulación, han salido a la palestra pública, contaminando en muchos casos la posibilidad de un debate serio y respetuoso, los oportunistas, resentidos y hasta «conversos»; esos que antes fueron defensores a ultranza del dogma y ahora se presentan como abogados de la mayor pluralidad de ideas posibles.

Muchos de los que atacaron con vehemencia el uso de cualquier etiqueta, respondieron con todo un rosario de ellas.

Hasta se llegó a hablar de una campaña, de una cacería de brujas, del regreso del «Quinquenio Gris» y otras elucubraciones, todo lo cual elude lo esencial del debate y muchas veces hace gala del viejo recurso de la victimización.

No me cuestiono que compañeros honrados y revolucionarios, estén siempre alertas para criticar y enfrentar cualquier manifestación que pretenda renovar algunas de aquellas prácticas lastimosas del pasado que por suerte extirpamos de nuestra política cultural; estamos juntos en esa batalla, pero pensar que porque se discrepe sobre determinados asertos, juicios e ideas sobre la base del argumento –no puede haber otro camino– estamos de nuevo en aquellos años grises me parece una exageración o un recurso que precisamente busca lo mismo que se condena: cercenar el pensamiento diverso.

En un texto anterior que fue publicado en Granma (6 de junio del 2017), La tercera vía o centrismo político en Cuba, hice el siguiente comentario: «Cuando se pondera la moderación frente al radicalismo revolucionario cubano –que es ir a la raíz, para nada asociado al extremismo que es otra cosa–, me es inevitable no encontrar determinadas analogías entre ese “centrismo” que hoy se intenta articular en Cuba, con el autonomismo decimonónico». Al parecer, esta reflexión no fue bien comprendida por algunos o sencillamente ha caído en terreno de la manipulación. Es cierto que la historia no se repite miméticamente –aunque en ocasiones lo haga como tragedia y otra como farsa, para decirlo con Marx–, pero muchos de sus procesos y tendencias políticas han tenido una evolución hasta nuestros días. Ignorar eso, es sencillamente una barbaridad. El anexionismo de hoy por supuesto que no es el mismo del siglo XIX, ¿pero acaso podemos decir que no lo hay en nuestra realidad nacional? Muchos de los autonomistas del siglo XIX terminaron reciclándose en el anexionismo al producirse la intervención estadounidense en 1898 y siendo funcionales a la dominación neocolonial instaurada a inicios del siglo XX. No fue casual que el primer gabinete de Estrada Palma fuera copado prácticamente por antiguos autonomistas. Nuestra cultura patriótica, independentista, nacional-revolucionaria y antimperialista, tampoco es exactamente igual a la del siglo XIX o del XX; se trata de un fenómeno vivo, pero cuyas claves solo se entienden al profundizar en su evolución histórica.

Cuando señalo que veo analogías entre el autonomismo del siglo XIX cubano, con cierta derecha que hoy asume la máscara de centro –de proyecciones socialdemócratas–, es porque ambas corrientes se adhieren a ese nacionalismo de derecha que tiene una larga acumulación cultural en la historia de Cuba.

Asimismo, lo de «centrismo» o «tercera vía» no es una invención nuestra, llama la atención que personas ilustradas se lo pregunten, cuando está ampliamente documentado por la historia, que ha sido un instrumento eficaz hasta nuestros días utilizado en distintas variantes por los sectores dominantes del sistema capitalista, para mantener o recomponer su hegemonía sobre la base de mejores consensos, para evitar el triunfo de revoluciones, disminuir la influencia de las ideas comunistas, o para –como es el caso de Cuba en la actualidad–, restituir el capitalismo. No es un fenómeno insignificante como algunos pretenden hacer ver, utilizando como engañifa para esquivar el debate, que hay otros temas más urgentes o señalando que deberíamos concentrarnos en resolver los problemas de la vida cotidiana del pueblo cubano antes de estar buscando «fantasmas». ¿Qué se pretende, que abandonemos el campo de la lucha ideológica, tan imprescindible para nuestro proyecto, como el de la batalla económica? Estoy consciente que la mejor manera de hacer ideología es cuando esta se materializa en la práctica, pero jamás se puede menospreciar el terreno de las subjetividades. Si los revolucionarios cubanos hubiéramos esperado a tener todos los problemas de nuestra vida cotidiana resueltos para hacer ideología, ni siquiera este debate estuviera teniendo lugar, pues no existiría la Revolución. Nuestra visión tiene que ser siempre totalizadora, al tiempo que nos recuperamos económicamente –cuestión de vida o muerte para nosotros–, debemos ir generando una cultura –en su sentido antropológico– diferente y superior a la del capitalismo.

De varios textos leídos en estos días surge una inevitable interrogante: ¿se puede ser anticolonialista y antimperialista, bases sólidas de nuestro movimiento revolucionario sobre las cuales se ha tejido la unidad y al propio tiempo simpatizar, promover o divulgar las ideas y símbolos del capitalismo, ya sea en su variante socialdemócrata o neoliberal? Imposible.

La hegemonía cultural socialista y liberadora que defendemos, es a contracorriente de la hegemonía dominante del capitalismo. Esa es la verdadera pelea de león a mono. Es cierto que nuestra limitada dominación debe estar siempre en función de la emancipación, ¿pero cómo entender que alguien se considere hereje frente a todas las dominaciones posibles cuando consciente o ingenuamente le hace el juego a las plataformas que se están utilizando hoy en Cuba para introducirnos las ideas capitalistas por vías mucho más artificiosas?

Cada cual es libre de profesar y sentirse heredero de determinadas ideas, pero es muy difícil imaginarse un martiano, si asumimos el proyecto martiano en su totalidad, y aspirar al mismo tiempo a que Cuba abrace en pleno siglo XXI la socialdemocracia. No se puede olvidar que José Martí encarnó lo más radical y auténtico del nacionalismo revolucionario del siglo XIX, opuesto totalmente a las opciones autonomistas y anexionistas. Hablar de nacionalismo a secas solo contribuye a la ambigüedad. Resulta también un sinsentido, en el mejor de los casos, aspirar a una Cuba socialdemócrata al estilo de los países escandinavos y al propio tiempo defender la soberanía de Cuba. Esto es obviar olímpicamente la historia de Cuba y de América Latina en sus relaciones con los Estados Unidos, así como el orden vigente del sistema capitalista, donde los centros impiden a toda costa que los países subordinados rompan su condición periférica, si no, miremos Brasil y Argentina.

En el caso de Cuba, Estados Unidos jamás permitió la existencia de una burguesía nacional durante casi 60 años de república neocolonial burguesa. Pero no solo es una cuestión de permisibilidad, sino que el sistema capitalista para funcionar como tal se internacionaliza, establece sus reglas. Dentro de esas reglas, a Cuba no le correspondería otro destino que el de la subordinación a poderes foráneos, aunque ya no existiera bloqueo ni base naval estadounidense en Guantánamo. Cuba no sería otra Suecia, ni Dinamarca –como de forma idílica expresan algunos autores, desconociendo incluso los males que hoy también aquejan a esos países–, sus modelos de comparación estarían en El Salvador, Honduras o República Dominicana, si es que aspirara a algún lugar dentro del sistema mundo del capitalismo. Solo el socialismo, como se ha demostrado en estos ya casi 60 años de Revolución, constituye garantía de nuestra independencia y soberanía.

Un libro que saldrá próximamente por la Editorial Ocean Sur, del periodista y diplomático Pedro Prada, quien vivió personalmente el derrumbe del socialismo en la URSS, aporta una reflexión muy importante para este debate: «Una de las lecturas más complejas, contrarrevolucionarias y subversivas de la historia que esas generaciones –se refiere a la generación de Gorbachov– hicieron fue que la socialdemocracia europea y latinoamericana eran portadoras de la simiente de “un socialismo con rostro humano” –en el entendido de que el propio no lo tenía–, capaz de deslumbrar por proveer, per se, mercados abarrotados de productos de alta calidad y competitividad que no podían adquirirse en el cerrado mercado soviético».

(…) «Así, cuando Gorbachov llega al poder, quiere cambiar las cosas, pero se compara con los modelos capitalistas de bienestar escandinavos, (...). Quiere despertar al periodismo para que sea portavoz de los necesarios cambios y convierte la profesión en un grosero ejercicio de striptease. Saca al genio de su lámpara, destapa la caja de Pandora y no alcanza a reunir valor, talento ni intención de pararlo porque al final, lo va a confesar: “Había que cambiarlo todo”… ¿Todo?».
(…) «Por eso hay quien se afila los dientes y hace planes para sembrar las semillas del mal entre nuestro pueblo, hacerlas germinar en las elecciones generales del 2018, y que empiecen a dar flores y frutos venenosos en la Asamblea Nacional y en los comicios del 2023 o más tarde, sin apuro, como cáncer.

«El reformismo es ahora la realpolitik. Lo revolucionario es contrarrevolucionario. Las derechas, incluidas las ultras, son ahora el centro –que es ¡nos dicen!, lo correcto, porque es sinónimo del equilibrio. Las izquierdas, nos explican, son extremistas».
También entiendo que colegas y amigos, se preocupen por la división que estos debates puedan generar, pero ello no puede constituir nunca una barrera infranqueable para la discusión y polémica entre revolucionarios. Por supuesto, está claro que este tema es sensible, pues se trata de militancias y de alertas que algunos interpretan como paranoia, o pretexto para exclusiones. Pero siempre es necesario que nos preguntemos de qué unidad se está hablando, pues ahora está de moda también cierto relativismo extremo que utiliza como argumento la idea «Con todos y para el bien de todos», del discurso de 1891 pronunciado por Martí en Tampa, en plena campaña revolucionaria, restándole su verdadero significado. Está claro que para Martí quedaban excluidos de ese «todos», los autonomistas y anexionistas, los incorregiblemente contrarrevolucionarios, para usar la frase de Fidel en sus históricas Palabras a los intelectuales del 30 de junio de 1961. Pero siguiendo las enseñanzas de Martí y Fidel, debemos tratar de sumar a todos los que sea posible, a los que tengan dudas o anden confundidos. En palabras del Apóstol: «El templo está abierto, y la alfombra está al entrar, para que dejen en ella las sandalias los que anduvieron por el fango, o se equivocaron de camino».1 El tiempo se ocupará en definitiva de sacar a flote la verdad y colocar a cada quien en su verdadero lugar.

La unidad hay que construirla sobre bases antidogmáticas, pero sólidas en cuanto a los principios y esencias políticas que se defienden, sin desconocer las circunstancias históricas. El 14 de diciembre de 1957, al denunciar el Pacto de Miami, Fidel escribió: «Pero lo importante para la Revolución, no es la unidad en sí, sino las bases de dicha unidad, la forma en que se viabilice y las intenciones patrióticas que la animen».

(La versión original del texto fue publicada en el blog del autor Dialogar, Dialogar)
Notas
1
José Martí: El lenguaje reciente de ciertos autonomistas, en: Obras completas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, t.3, p.

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Kitty dijo:

21

28 de julio de 2017

07:47:51


Aclaro que en mi comentario anterior muestro respeto, no ofendo, no uso frases vulgares ni palabras obscenas y mi comentario no incumple con las reglas de uso de este diario. Gracias

Rafael Saumell dijo:

22

29 de julio de 2017

10:32:06


¿Por qué es incorrecto propiciar un clima político económico que eleve el nivel de vida de los cubanos? ¿Es más importante seguir con un dogma improductivo y a todas luces fabricante de estrechez material, que satisfacer al verdadero soberano, el pueblo?

emilio Fernández lobeiras Respondió:


31 de julio de 2017

22:51:09

Saumell, con el mayor respeto, y amistad, como se tratan en secciones de granma, digital. Claro que el debate económico es posible. Más yo le pregunto: ¿es posible debatir con las manos amarradas, para elevar, y mejorar el standard de vida del cubano, cuando el imperio, con su bloqueo asfixiante mantiene el mismo ya casi por seis décadas?.. no parece lógico, o tal vez hablamos de dogmas imperiales? Sabe cuanto sufrimiento le cuesta a nuestros enfermos el que se mantenga el embargo?...hay soluciones, si las hay, se puede mejorar el nivel de vida del cubano, si lo hay. Que cese el embargo criminal, y todo se facilitará

Jose dijo:

23

30 de julio de 2017

04:27:42


Sí, Elier y así como Ubieta, discurren y creo con fundamentado en lo teórico de un proceso. Sin duda alguna son conocedores con mucho que aportar a este tipo de debate. El serio problema está, a nuestro juicio que la escuela del pensamiento cubano(personas como ellos,teóricos) va por un lado mientras las instituciones y el quehacer ecónomico va por otro. El debate abierto, si es que ya lo hay, está muy resagado en el tiempo. A lo que le llaman Centrismo, si lo hay realmete en Cuba, no lo creo, es desorientación, perdida de confianza y falta de oportunidad manifiesta de expresión en el marco del debate franco. Resolvamos de una vez por todas las trabas internas al desarrollo de las fuerzas productivas, abramos las puertas a las nuevas generaciones, dejemosle pensar,actuar y cambiar lo que debe ser cambiado sin temor a que se equivoquen. La dialectica presupone movimiento contínuo a un nivel superior de desarrollo ,y nos hemos quedado estancados en los tres pilares que funadamentan el sístema de desarrollo que proponemos: lo económico, lo político y lo social. No se agitan las fuerzas si no se agitan las Ideas. La revolución enseñó a pensar, dejemos entonces que la gente piense, dejemos que la gente aporte, que la gente cambie lo cambiable dentro del socialismo.

michael vazquez dijo:

24

30 de julio de 2017

11:17:52


Amigos y colegas En comentarios y articulos de Aurelio Alonso en particular y de Humberto Perez en general publicados en el Bolg Segunda Cita, se hacen criticias de contenido politico e insinuaciones que implican desconfianza contra Granma, el organo oficial del PCC cubano y que llegan a abarcar a la Direccion Superior del Partido. ¿ Que hay detras de esto en momentos en que la Unidad en torno al Partido, a sus dirigentes, a la politica aprobada en los Lineamientos y la Conceptualización se hace más necesaria ante los cambios internos que se avecinan en Cuba? ¿ Sera esto la preparacion artillera, con la participación de los ¨muchachitos de cubaposible.com y su proyecto de Reforma Constitucional, a la que, por cierto, los cros. simpatizantizantes de esta discrepancia de la que ahora se han dado en llamar el Centrismo, no hacen ninguna observacion critica, la de prepararacion para surja en el futuro un Yeltsin que ponga lo que suponen que es la Fruta Madura en las manos del Imperio de Trump?. Creo que debemos seguir con atencion el desarrollo de los acontecimientos Afectuosamente Michael Vazquez Montes de Oca

michael vazquez dijo:

25

1 de agosto de 2017

09:43:25


Por lo pronto propiciar debates que nos dividen formulando propuestas como el multipartidismo, las elecciones directas a todos los cargos a todos los niveles, cambiar nuestro sistema electoral en su esencia, favorecer privatizaciones y participación de capitales de dudoso origen para la formacion de un sector privado cada vez más fuerte que aspirara en su momento al poder pollitico y toda otraserie de ¨reformas¨, algunas logicas y otras medidas que propician el retorno al capitalismo e insinuar y cuestionar la participación de la alta dirección de la revolución en este proceso así como atacar al organo principal de nuestro Partido , me parece inaceptable más en estos momentos donde nos abocamos a un proceso politico que debemos enfrentar más unidos que nunca a las intenciones de los anexionistas de adentro y de afuera. Tenemos Lineamientos, la Conceptualización del Modelo Cubano y el Pensamiento de Martí y de Fidel. Dejesmosles estas ideas a nuestras nuevas autoridades, elegidas democraticamente por nuestro peblo trabajador para que ellas determinen el momento historico y la factibilidad de aplicar las que convengan a la continuidad de la revolucion de los humildes, para los humildes y por los humildes.EL SOCIALISMO CUBANO.

emilio Fernández lobeiras dijo:

26

2 de agosto de 2017

00:29:26


Me gustaría preguntar, en tono respetuoso, por cierto, a foristas que hablan "de centrismo politico" que entienden, o que se entiende por "centrismo". Cuando se expresa dicha definición, es con respecto a algo. ¿Es una dilución politica?¿es una manera o forma de no saber como se gobierna?¿o tal vez integrar todos los males políticos en el centro?...me parece, que la corriente centrista, está abocada al fracaso, ya que no es definida políticamente hablando, no expresa peso, ni contenido social..se esconde como tapadera, a mi entender,en los fracasos cíclicos del capitalismo, que se vienen arrastrando desde su surgimiento, en crisis cíclicas, desde el siglo XIX, XX,XXI. Solo hay que ver las crisis del capital de 1873, 1929, 2007, 2011. Las burbujas económicas, y su estallido por estafas, corruptelas, depresiones económicas, desempleos brutales, recortes salariales...y eso si, un gran banco de desempleados, marginación, xenofobia,..racismo,.. vamos una verdadero caja de Pandora. ¿Es ello el centrismo?¿ o estamos hablando de neoliberalismo, o forma de encubrir al nuevo capitalismo, en supuestas nuevas esencias? Cuando se haga una definición concreta, correcta, y convincente, se analizaría, pero creo, que la definición la haría caer por su propio peso.

michael vazquez dijo:

27

4 de agosto de 2017

04:04:09


Creo que todas las opiniones deben publicarse, con la correspondiente critica de la Redaccion del Organo Oficial de nuestro Partido a aquellos que disimuladamente o no vayan destinados a debilitar las bases politicas de nuestro socialismo

ELP dijo:

28

8 de agosto de 2017

12:24:58


Con todo el respeto para Elier y los foristas que se preocupan por el centrismo, creo que para empezar, sería bueno que se se definiera qué se entiende por centrismo, no es la primera vez que se acuñan términos clasificatorios donde lamentablemente alguien desde una posición de poder se abroga el derecho de decidir quien o no es «desviado ideológico» o «problemático ideológico», proceder que lleva a lamentables e injustas exclusiones que han sucedido a lo largo de los años, para al final demostrarse con el tiempo que las acusaciones carecían de razón y en muchos casos ocultaban sentimientos de envidia y rencillas personales (uno de los ejemplos más evidentes fue el del escritor Eduardo Heras) creo que nuestra principal batalla debe concentrarse en aspectos como la corrupción, la desidia, la producción de alimentos, la productividad del trabajo. Problemas como estos son los que verdaderamente pueden comprometer la existencia de la Revolución, por ejemplo,son reiteradas las noticias de cosechas que se pierden en el campo por la incapacidad de los responsabilizados con su colecta y distribución, para un país como Cuba, bloqueado y subdesarrollado un asunto así debería tratarse como de seguridad nacional, y vemos que año tras año la situación se reitera ¿Hasta cuando? me disculpan que por error el comentario salió incompleto de inicio

adylen dijo:

29

14 de agosto de 2017

11:45:17


me gusto su comentario, cada vez me siento más orullosa de ser cubana y haber tenido un FIDEL