A esa complacencia que provoca formar parte de un grupo, disfrutar con lo bueno que dentro de ese entorno pasa, entregar lo mejor de sí para que el todo funcione y abatirse cuando algo con él sale mal, se le llama sentido de pertenencia.
Tal vez el concepto —y su propia ejecución— no están de moda. El egoísmo y el celo profesional, unidos a la falta de entusiasmo por el que muchos se dejan arrastrar respecto a lo que hacen, cuentan entre las plagas devastadoras de la cosecha que es siempre un grupo, ya se trate de uno creado a partir de la más auténtica elección personal como de un colectivo de trabajo.
Es preciso asumir una actitud al respecto si se quiere ir por la vida disfrutando este goce del que pueden dar fe quienes se lo han atribuido. Tener sentido de pertenencia no significa llegar a un grupo perfecto donde necesariamente todo funcione y al entrar en él contemplar cómo las manos se alargan para tomar las tuyas. Aunque este puede ser uno de los convites para experimentarlo no siempre esa dádiva se nos ofrece tan fácilmente.
Grupos hay —díganse departamentos, cátedras, centros laborales en toda su extensión— que tienen merecida fama de contar entre sus integrantes con personas de alto talante de las que es muy fácil enorgullecerse porque prefieren sumar a restar, querer a rechazar. Pero no siempre con esos colores se nos pinta la realidad.
Sin embargo, ¿quién dijo que todo está perdido? A la comodidad de quejarse de un grupo donde no se disfruta lo que se hace, donde falta ‘bomba’ para echar para adelante el trabajo, donde a nadie le importa si los principales propósitos del colectivo se van por la borda, o a sus miembros nada les dice lo que pasa con el del lado, se impone la acción y eso solo es posible cuando junto a lo que hacemos está el corazón.
A veces se cuenta con un líder, cuya labor es primordial para echar a andar los resortes enmohecidos del cansancio, pero si no es el caso, cada persona tiene la posibilidad de hacerlo con solo mirar con amor la labor que desempeña. Tomar la iniciativa puede ser una decisión que demore en arrancar, pero en escenarios sombríos es más visible la luz que alguien debe encender.
Tener sentido de pertenencia es mostrarse tolerantes con los demás para que fluyan las relaciones humanas, es sentir como propios los triunfos ajenos, porque hoy les pertenecen, pero mañana pueden ser tuyos. Es estallar de alegría y orgullo cuando el reconocimiento moral y popular al centro donde trabajas es un hecho, porque a esa distinción has contribuido tú indiscutiblemente.
No es la tonta vanidad de creerse mejores por trabajar en un sitio mejor remunerado económicamente o más favorecido por las condiciones materiales en que se trabaja, ni sentirnos más distinguidos porque creamos nuestro desempeño superior a los restantes. Es la eterna inconformidad con lo que puede salirnos mejor, la guerra implacable contra la mediocridad cuando se puede entregar una obra de excelencia, siempre perfectible.
Cuando estamos poseídos por este sentimiento nos avergüenza cualquier fiasco del grupo, nos duele el nombre de nuestro Centro en la lista de los deslices y queremos “morir” porque nos afecta con creces ver en malos trances esa entidad que nos encumbre.
Por eso es preciso hacer. Si nos es dado sumarnos cuando la entrega es un hecho y el equipo existe, es menor el costo; pero cuando no se cuenta con él es imperioso descruzar los brazos y sembrarlo porque entraña siempre un saldo.
No es posible ser una persona plena si no nos damos a los demás y este ejercicio mucho se parece a la posesión de la que hablamos. Querer lo que se hace y la entidad que nos representa es también un modo de estar cerca de los nuestros y de construir un país mejor. Solo el trabajo da frutos. Emprenderlo sintiendo que nos pertenece y que nos necesita no es un romántico sueño. Es uno de esos imperios forzosos para que la elegancia del espíritu también salga a pasear cada mañana.


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Orlandob dijo:
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6 de noviembre de 2015
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fcisnero dijo:
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Ricardo Eliseo Lamas Lozano dijo:
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Joan dijo:
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Perucho dijo:
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Carlos de New York City dijo:
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José dijo:
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Bacalao dijo:
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Eduardo Moya Ventura dijo:
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DAZ dijo:
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Kgbramirez dijo:
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roberto garcia segarra dijo:
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Lupa/catalejo dijo:
19
7 de noviembre de 2015
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ROBERTO A. MENDOZA dijo:
20
8 de noviembre de 2015
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