«Son competidoras, no enemigas». «Esta imagen condensa el verdadero espíritu de los Juegos Olímpicos». «Mujeres que apoyan a otras mujeres, hermoso». Comentaron en las redes tres personas acerca de la reverencia hecha a la campeona brasileña Rebeca Andrade, después de ganar la prueba en el suelo.
La estrella estadounidense de la gimnasia  Simone Biles (plata) y su compañera de equipo Jordan Chiles (bronce) tuvieron ese gesto de respeto por ser la atleta más laureada de la cita, con una medalla de oro, dos de plata y un bronce. En el momento del tierno gesto, todo el mundo celebró en la instalación la muestra de apoyo mutuo y la actitud solidaria entre las competidoras.
Esta acción, inédita en unos Juegos Olímpicos, es concordante con la igualdad de género alcanzada en el magno evento, cifra que ha ido creciendo edición tras edición como una muestra del lugar ganado por las mujeres en la práctica del deporte a escala mundial, y en la gimnasia, donde se dan las campeonas cada vez más jóvenes.     
Biles elogió a la triunfadora Andrade de quien dijo que «es una gran gimnasta. Nunca me deja dormirme en los laureles, es un honor  poder competir con ella».
 
                        
                        
                        
                    







 
             
             
             
             
             
            
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