Un conflicto interno, en el que se aduce injerencia gubernamental en el Comité Olímpico Nacional, tiene castigados a los deportistas de Guatemala desde octubre de 2022. Ellos, desde entonces, no compiten ni con el nombre de su nación ni bajo los colores de su bandera. Así, por ejemplo, acaba de pasar en los xxiv Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador.
Allí salieron a las canchas cubiertos por la sombrilla de Centro Caribe Sports, organización que rige los destinos de esa área geográfica. Ahora los atletas chapines conocieron, el pasado 14 de julio, de la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de que no serán invitados a los Juegos de 2024, en París.
La causa sigue siendo la misma, la Corte Constitucional del hermano país centroamericano suspendió los estatutos y normas de su comité olímpico, lo cual, según el COI, también dejó en suspenso la elección del entonces presidente del Comité, Gerardo Aguirre.
El ente rector del deporte mundial llegó a esa decisión después que esa Corte resolviera un amparo a favor del Tribunal Electoral del Deporte Federado (Tedefe), que fue desconocido por medio de una Asamblea General del Comité Olímpico Guatemalteco, en la cual se aprobaron sus estatutos, bajo el aval del COI, y se desconoció la elección de Jorge Alexander Rodas Hurtarte, aliado al presidente Alejandro Giammattei.
Por una cosa o por otra, nuevamente los deportistas –como lo están siendo rusos y bielorrusos–, los verdaderos protagonistas, son los más perjudicados; sufre también Guatemala por la falta de entendimiento a lo interno, que hace que el COI mantenga su medida.
Pero, en su carácter aglutinador de una «emulación pacífica de las fuerzas controladas», como definiera el Barón Pierre de Coubertin al deporte, el organismo internacional debiera mostrarse más proactivo en aras de proteger a los atletas. Mediar entre las partes sería, quizá, la puerta por donde entre la solución.
En definitiva, según la afp, el COI tomará más tiempo para emitir una decisión final, pero hasta el momento no cuenta con una invitación formal para los atletas de Rusia, Belarús y Guatemala. Sin embargo, deja abierta la posibilidad de que estos participen bajo una bandera neutral, pero de manera limitada. Por ejemplo, no podrían competir en deportes colectivos o en pruebas por equipos.
La medalla de más brillo en unos Juegos Olímpicos es ver a la familia mundial en un ambiente de paz y armonía, bajo todas sus banderas y nacionalidades. Eso le hace falta al mundo de hoy, no las exclusiones.







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