Abanderado dorado completa la vitrina de su mamá

VERACRUZ.– Es algo raro pararse delante de la torre muscular que es el gigante de La Herradura, en Pinar del Río, Mijain López para tomarle impresiones sobre su más reciente medalla de oro, la de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se celebran en esta ciudad.

Es la de menos abolengo en su amplio palmarés, la más discreta, pero al propio tiempo la más deseada por este hombre dos veces campeón olímpico y cinco del mundo.

“A mi carrera deportiva le faltaba este título y no es por vanidad, pero se me había convertido en un compromiso, nunca le había podido aportar una victoria a una delegación en unos Juegos como estos”, expresó humildemente tras vencer por lesión de su oponente, el dominicano Ramón García.

Claro que no le marcaron sus rivales y por supuesto que ninguno de sus tres combates llegaron al tiempo reglamentario de dos asaltos a tres minutos. Sin embargo, él cree que marcó puntos muy importantes en su carrera deportiva.

“Si he ganado campeonatos mundiales y juegos olímpicos se lo debo a mi pueblo que me ha dado la posibilidad de representarlo en esos escenarios, no podía faltar a este, porque es la manera también de prestigiar los Juegos de nuestra área, que son las olimpiadas de nuestra región", aseguró el multicampeón cubano.

Le preguntaron que si había espacio en la vitrina de las preseas. Sonrió y respondió: “Mi mamá siempre encuentra un huequito para cada una de mis victorias y de seguro ya tiene uno para esta que faltaba allí y se lo hallará también a la sexta del mundo el año que viene. Ella y yo nos prepararemos con mucho ahínco de cara a la tercera olímpica en Río de Janeiro-2016”.

El abanderado dorado no quiso terminar el diálogo sin apuntarnos que todos los luchadores de la delegación que han subido aquí, al colchón del World Trade Center, han bajado con las medallas de oro y las muchachas conquistaron plata, pero por la manera en que lucharon merecen todos mis respetos, yo les doy el premio de oro a la combatividad. Esas muchachitas compitieron como campeonas, y mañana van los libristas al ruedo a barrer, porque somos una potencia en nuestro deporte y eso me llena de orgullo, tanto como los títulos mundiales u olímpicos”, afirmó con una amplia sonrisa después de cubrir esta demanda a base de superioridad técnica sobre el panameño Raúl Suterlam y el venezolano Rafael Barreno.

Cerrados fueron los dos duelos de las muchachas Yusnelis Guzmán en los 48 kilogramos y Yaquelín Estornel, en los 58. La primera cedió ante una buena gladiadora  como a la colombiana, quien se defendió muy bien y fue todavía más efectiva en los contragolpes para mayorear justamente por  6-4. Mientras Estornel recibió una penalización arbitral a falta de 15 segundos, inmerecida, o por lo menos muy rápida después de la advertencia del imparcial, mientras para hacer lo mismo con la mexicana Alejandra Romero pasó toda una eternidad en el primer asalto. El 1-1 vencedor de la local se definió porque la última que marca se declara ganadora.

Este jueves habrá receso en la lucha y el viernes estarán los libristas por cinco coronas junto a dos de sus compañeras.