
Algo distante en la memoria queda para muchos el título en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur 2010 logrado por la pentatleta Leydi Laura Moya, en aquel momento una bisoña de apenas 18 años de edad con un futuro prometedor.
Pasado el tiempo, no han aflorado otros metales en competencias internacionales, mas sus resultados no pueden considerarse negativos, teniendo en cuenta que esta es una disciplina que requiere de paciencia y madurez para imponerse.
Un onceno puesto en la exigente lid Champion of Champions de Doha, Catar, en octubre del 2013, el quinto en el Open de Acapulco en marzo de este año, y el séptimo en la segunda fase de la Copa del Mundo de El Cairo, Egipto, califican como sus mejores dividendos en la arena internacional, no tan remarcables a simple vista.
Sin embargo, dichas ubicaciones le han valido para entrar poco a poco en la élite del continente, como demostró en el Campeonato Panamericano de julio pasado en México, donde ancló quinta en la lid individual y en el relevo por equipos, por detrás de la brasileña Yane Marques, la canadiense Melanie McCann, la azteca Tamara Vega y la también canadiense Donna Vakalis.
Este fue un importante medidor y trampolín para la cubana, quien se enfocó en pulir algunos detalles de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, difícil reto dada la presencia de Tamara Vega, principal candidata al cetro regional.
Ya en la Alberca Olímpica Universitaria veracruzana, sede de la lid, dio muestras de superación pese a un arranque dubitativo que la colocó en el sexto escaño de la esgrima, con 12 victorias y diez derrotas, válidas para computar 223 unidades, alejada a 36 puntos de Thelma Julissa Martínez, imponente con 16 sonrisas y seis descalabros con la espada.
Sin embargo, en la pileta cambió radicalmente la historia, pues Leydi Laura, ubicada en el puesto 49 del ranking mundial, impuso el mejor crono de la jornada en los 200 metros estilo libre, que cubrió en dos minutos, 17 segundos y 42 centésimas, para computar 288 rayas.
Su habitual Talón de Aquiles, la equitación, esta vez no supuso un dolor de cabeza, quizás la prueba más leal de la superación de la cubana, quien acumuló 293 puntos y dejó servida la mesa para una vibrante competencia combinada.
En la misma, salió por detrás de la mexicana Thelma Julissa Martínez, pero la superó y registró la mejor marca en los 3 200 metros de carrera y en las series de disparo, las cuales completó en 13 minutos y diez segundos, para una alta puntuación de 510 unidades.
De forma general, sumó mil 314 puntos y se colgó una medalla dorada que representa un impulso determinante en su carrera.
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