MATANZAS.-A pesar de la base de maquillaje a la que en ciertas ocasiones suele acudir para ocultar las ojeras, nada puede esconder el cansancio visible en el rostro de la doctora Taymí Martínez Naranjo, directora del hospital Faustino Pérez.
«Muchas horas sin descansar debidamente», revela alguien cercano a esta joven galena que lleva las riendas del centro asistencial hace apenas ocho meses, pero donde labora desde que cursaba el tercer año de la carrera.
«Ni yo ni los demás compañeros del equipo de dirección nos hemos movido de aquí», dice, y asegura que «mi cuartel general es la oficina, y cuando mi mamá llama preocupada, para consolarla le digo que aquí duermo mejor que en la cama de mi casa».
Al amanecer del sábado 6 de agosto, cuando ocurrió el colapso del tanque incendiado por la descarga eléctrica en la tarde del viernes, ya había un buen nivel de preparación en el Faustino, y esa previsión, sin duda, favoreció a los lesionados.
Cuenta Taymí que ellos acudieron de inmediato al hospital a crear las condiciones adecuadas, ante un posible accidente todavía mayor y sobre cuya magnitud no teníamos la menor idea.
«El hospital nunca había recibido un número así de heridos en tan breve tiempo. Fueron 49 en un primer instante. Ayudó que varios médicos se presentaron, aun sin ser movilizados, acudieron de manera espontánea.
«Un residente de traumatología vino caminando desde el barrio donde reside, distante a unos diez kilómetros del hospital. Otros alquilaron motos para trasladarse hasta aquí, todos querían contribuir.
«Fue conmovedor ver a profesores, profesionales sumamente experimentados, llegar y preguntar “Directora, ¿qué podemos hacer?”, así, como cualquier médico».
Martínez Naranjo relata que ella conmina a los integrantes del consejo de dirección a que vayan a sus casas a descansar, «pero no me hacen caso, son unos indisciplinados».
Explica que en el hospital han atendido a 99 lesionados. «Permanecen ingresados cinco, uno de ellos reportado de crítico extremo y pronóstico reservado. Su nombre es Elier Correa, de 21 años de edad y oriundo de Bayamo, bombero orgulloso de su oficio».
Cuenta que el momento más feliz de estos días tan tensos, de tanto trabajo para el personal del centro, es cuando su niña de siete años la llama por teléfono.
«Lo hace muy a menudo, más que mi mamá», dice, y uno comprende por el brillo de sus ojos cuánto significa para ella ese minuto cuando escucha la voz de su hija, tal vez lo único que disimula su agotamiento manifiesto.
Sin reparar en ello, el colectivo de la institución, y la propia Taymí, con su entrega, están honrando el legado del combatiente y revolucionario de altruistas sueños, Faustino Pérez, un nombre que no por casualidad lleva el hospital matancero.
COMENTAR
Armando dijo:
1
10 de agosto de 2022
04:21:49
Eric dijo:
2
10 de agosto de 2022
12:35:41
marina dijo:
3
10 de agosto de 2022
13:26:09
Yordanis dijo:
4
10 de agosto de 2022
14:44:50
Ramón dijo:
5
10 de agosto de 2022
16:08:01
Leonardo Adrian Inda Moro dijo:
6
10 de agosto de 2022
18:22:49
Lianet dijo:
7
10 de agosto de 2022
18:31:36
Osvaldo dijo:
8
10 de agosto de 2022
19:36:00
Castillo dijo:
9
10 de agosto de 2022
21:14:25
César dijo:
10
10 de agosto de 2022
21:40:38
Teresa madoz dijo:
11
11 de agosto de 2022
11:48:30
Regla Baró Font dijo:
12
11 de agosto de 2022
15:54:52
Regla Baró Font dijo:
13
11 de agosto de 2022
15:55:59
Opchong dijo:
14
11 de agosto de 2022
19:10:34
Natali dijo:
15
11 de agosto de 2022
19:55:17
Xochelt dijo:
16
12 de agosto de 2022
06:24:00
Pachuco dijo:
17
12 de agosto de 2022
08:11:06
Omar dijo:
18
12 de agosto de 2022
13:25:53
Gladys dijo:
19
12 de agosto de 2022
18:05:25
Gladys dijo:
20
12 de agosto de 2022
18:07:43
Responder comentario