Estatuillas contra la guerra
La mayoría de los artistas
acudieron vestidos de negro y con una reproducción de la paloma de
la paz en la solapa a la ceremonia de entrega de los premios Oscar
ANDRÉS D. ABREU
Varias
de las estatuillas otorgadas en la 75 entrega de los premios Oscar
se convirtieron en nuevas expresiones contra la guerra a pesar de
los intentos de la Academia porque el conflicto bélico no empañase
el obligado menor brillo de su espectáculo en esta edición.
La primera demostración
antiguerrerista la dio Chris Cooper al recibir el Oscar como mejor
actor de reparto por el filme Adaptation, pero quien lo hizo
con mayor fuerza fue Michael Moore, director de Bowling for
Columbine y ganador del Oscar al Mejor documental.
Moore, sobre el escenario del teatro
Kodak, acusó a Bush de ser un presidente ficticio, salido de
elecciones ficticias, y que ahora ha llevado al mundo a una guerra
ficticia. Luego en rueda de prensa defendió su postura alegando que
lo irresponsable hubiera sido no decir nada como aspiraban los
organizadores.
Otras declaraciones en relación con
la guerra fueron emitidas por Nicole Kidman (mejor actriz por Las
horas) y Adrien Brody (mejor actor por El pianista). A
este joven, que sorprendió con su triunfo, le pareció muy triste
recibir un premio en tan tristes momentos y pidió la solución
rápida y pacífica del conflicto, pues haber trabajado en esta
película le había enseñado sobre el dolor que implica un
holocausto mundial.
El filme también recibió las
estatuillas de Mejor adaptación para el cine y la de Mejor
director, esta última para Roman Polanski, quien fue ovacionado por
su cinematográfico alegato antibélico, a pesar de su ausencia en
la sala.
También ausente, como acción de
protesta ante la guerra, estuvo la alemana Caroline Link,
galardonada por la mejor película de habla no inglesa por En
ningún lugar en África. Mientras que Pedro Almodóvar, al
llevarse a España el Oscar al Mejor guión original por Hable
con ella, fue uno de los latinos en abogar por la paz, algo que
también hizo muy sorpresivamente el actor García (Los crímenes
del Padre Amaro) al referirse a Frida, luego de que la
película sobre la comprometida artista mexicana recibiera uno de
sus dos premios (Mejor maquillaje y Mejor banda sonora original).
Otras manifestaciones pacifistas
ocurrieron dentro y fuera de la sala Kodak —a la que la mayoría
de los artistas acudieron vestidos de negro y con una reproducción
de la paloma de la paz en la solapa—, mientras el filme Chicago
se convertía en el gran triunfador con sus seis Oscar (Dirección
artística, Sonido, Edición, Diseño de vestuario, Mejor actriz de
reparto para Catherin Zeta Jones, y Mejor película).
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