NACIONES UNIDAS, 27 de marzo (PL).
— El reverendo estadounidense Jesse Jackson pidió hoy aquí una
acción de las Naciones Unidas para detener la guerra en Iraq y
retomar el diálogo y las vías pacíficas para resolver el
contencioso de ese país.
Jackson resumió así a la prensa lo
esencial que conversó con el secretario general de la ONU, Kofi
Annan, a quien también expuso su desacuerdo con la guerra desatada
por Estados Unidos y el Reino Unido, sin ningún mandato de la
Organización mundial.
Otro miembro de la llamada Coalición
Arcoiris, que le acompañó en la entrevista, añadió que también
se planteó el repudio a la utilización por las fuerzas invasoras
de bombas de alto poder destructivo sobre la población civil en
Bagdad.
Según puntualizó Jackson, se instó
a Annan a lograr que las Naciones Unidas salgan fortalecidas y no
desacreditadas de la actual crisis, asumiendo un papel rector en
favor de la paz y la seguridad, y en los esfuerzos humanitarios.
Sobre este último aspecto, de
relieve en estos días, opinó que los dos países agresores tienen
que asumir las mayores responsabilidades por los daños causados.
Basta ya de lanzar bombas y de que
mueran más personas en un país donde sus 21 000 000 de
habitantes requieren con urgencia de alimento y medicina, enfatizó.
"Hay que hacer un esfuerzo
colectivo para detener ese genocidio", reiteró.
El conocido político norteamericano
sostuvo que nunca hubo una evidencia de armas de destrucción masiva
en Iraq que justificara el uso de la fuerza.
Durante el diálogo con medios
informativos concordó en velar por el respeto de la Convención de
Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra en Iraq.
Pero igualmente se debe hacer,
comentó, con los detenidos en la base naval de Guantánamo, que
incluye a personas que no eran combatientes y a quienes se les niega
representación legal.