La "democracia" norteamericana en acción
(*)
Estimados
amigos y familia:
Anoche mi compañera,
Diana, y yo participamos juntos con otros médicos en una marcha en
Times Square, Nueva York, a las 5:30 de la noche (sábado 22 de
marzo).
Después de nuestras
respectivas clínicas en el Bronx llegamos a la protesta para
participar junto con el grupo Doctors and Nurses Against the War
(Médicos y enfermeras en contra de la guerra). Caminamos junto a un
centenar de jóvenes, todos gritando en contra la guerra.
Unos jóvenes se tomaron
la calle y llegó la policía anti-motines. De pronto fue una escena
de caos. Como seis policías le pegaban a un joven indefenso de una
manera salvaje, dos le tiraban el brazo casi zafándoselo, mientras
el joven gritaba. Diana, que es médica de práctica familiar se
dirigió hacia el joven gritándole a la policía que pararan.
Lo que siguió fue lo
más horrible. Unos cinco policías se tiraron encima de ella, uno
pegándole con el puño cerrado a la cabeza, yo me tiré encima de
ella. Y nos cayeron a palos, pateadas y puñetazos. Nos pegaron en
la espalda y en eso se me quebraron los anteojos en el pavimento. Me
tiraron en una esquina, maniatado con esposas plásticas, boca abajo
y sangrando por la nariz.
Estando así, vino un
policía y me echó "pepper spray" (un spray tóxico) en
los ojos y la boca. Me quemaba, no veía nada, me sofocaba y sentía
un ataque de asma.
A Diana la tiraron a mi
lado también esposada.
De allí me cargaron a
un furgón, en el trayecto me caí y un sargento gringo me pegaba y
me decía que me parara. Un policía negro intervino y dijo:
"no más", y me sentó en el furgón. Mientras tanto, a
Diana la empujaron en contra de un auto de policía y luego la
tiraron dentro del auto.
Íbamos con las batas
médicas y con estetoscopios. En el camino un joven me echaba agua a
los ojos. Nos llevaron al precinto 18 y llamaron una ambulancia para
que nos atendieran. Yo todavía no veía nada por el químico que me
echaron en los ojos. Nos llevaron esposados al hospital público
Bellevue. Diana tenía el brazo derecho deformado, pensábamos que
tendría una fractura del hueso radial, aunque terminó siendo un
hematoma. Allí nos curaron y me lavaron los ojos.
Estuvimos toda la noche
en el cuartel hasta las siete de la mañana en que salimos en
libertad. Alcanzamos a llamar a unos amigos en el transcurso, que
junto a mi familia en Chicago se movilizaron para que nos dejaran en
libertad.
Nos contaron que
muchísima gente llamó al precinto durante toda la noche, a algunos
les mintieron que nos dejarían en libertad esa noche, a otros les
dijeron que nos habían trasladado. En fin nosotros no supimos nada
hasta el próximo día.
Abogados llamaron y
tampoco nos dijeron. Amigos llegaron a la estación y al hospital y
tampoco los dejaron pasar. A Diana la esposaron a una barra de metal
y a mí me metieron en una celda. Estuvimos allí hasta las siete de
la mañana.
En el transcurso un
policía le preguntó a Diana si era ciudadana y al decirle que no,
que era colombiana, él le dijo que por qué no se regresaba a su
país.
Salimos adoloridos y
cansados. Salimos con rabia e impotencia. El viernes cayeron más de
3000 bombas sobre Baghdad. ¿Cuántos miles de mujeres, niños y
hombres inocentes morirían? ¿Cuántas sagradas vidas humanas se
perderían? El primer soldado de Estados Unidos que falleció fue
uno que cuidaba un pozo petrolero. En el puerto de Qasar, los
marinos subieron la bandera de Estados Unidos ¿el imperio? luego la
tuvieron que bajar... no querían demostrarle al mundo sus
verdaderas intenciones. Bush seguía con su retórica Orwelliana,
tratando de convencernos que la paz es guerra y que Saddam Hussein
se trajo esta guerra encima.
El mundo entero seguía
protestando, hubo hasta muertes y miles de heridos en protestas
masivas que nunca antes en la historia de la humanidad se habían
dado de tal magnitud. La humanidad gana ante el imperio y ante los
intereses corporativos. Diana y yo quedamos un poco heridos, no
sentimos el dolor agudo hasta más tarde, ya cuando los músculos se
relajaban.
Hablamos con dos diarios
Latinos en Nueva York: Hoy y el Diario, y Univisión (41) nos hizo
una entrevista. Diana se fue a ver pacientes y yo fui a buscar
abogados amigos. Mañana saldremos a otra movilización masiva en
Nueva York, con o sin policías.
Les mandamos las gracias
a todos los que llamaron al precinto y a los que pensaron en
nosotros.
No nos callaremos hasta
que se termine esta guerra inhumana.
¡No a la guerra! ¡No a
la brutalidad policiaca! ¡Sí a la salud y la dignidad humana!
Marcelo MD - Diana, MD
Nueva York
(*) Correo
electrónico enviado a numerosos destinatarios, entre ellos la
redacción de nuestro periódico.
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