MADRID, 26 de marzo (PL). —
Millones de españoles, ya fueran estudiantes que tomaron las calles
o trabajadores que paralizaron sus labores durante cerca de media
hora, protagonizaron hoy otra multitudinaria protesta contra la
invasión a Iraq.
ESTUDIANTES
ESPAÑOLES MARCHAN EN BARCELONA EXIGIENDO EL CESE DE LAS ACCIONES
BÉLICAS EN IRAQ
Una vez más la juventud española se
hizo sentir en plazas y avenidas de las más importantes ciudades,
con una huelga general nacional convocada por el Sindicato de
Estudiantes, que promovió manifestaciones, algunas de las cuales
concluyeron con violentos enfrentamientos con la policía.
En Santiago de Compostela, la capital
gallega, unos 10 000 estudiantes ocuparon el centro de esa
ciudad con una marcha que transcurrió sin incidentes, aunque con
fuerte presencia policial, hasta concluir frente a la Catedral.
La mayor manifestación se efectuó
en esta capital, donde bajo la consigna Paremos la guerra, una
enorme columna de cientos de miles de alumnos de la enseñanza media
avanzó desde la plaza de Atocha hasta la Puerta del Sol.
Otra, formada por miles de
universitarios, incluidos sus profesores lo hizo desde las
universidades Autónoma y Complutense, también con la Puerta del Sol
como destino.
A pesar de que ambas marchas
bloquearon el tráfico en las principales avenidas del centro de la
ciudad, transcurrieron en total tranquilidad y con escasa presencia
policial, pues los organizadores solicitaron expresamente que no
acudieran los agentes.
Sin embargo, en las calles adyacentes
se podían apreciar decenas de furgones de la policía dispuestos a
entrar en acción.
Los jóvenes madrileños culminaron
su marcha con una nueva convocatoria para protestar esta tarde ante
el Congreso de Diputados, donde comparecerá el presidente del
gobierno, José María Aznar.
En Barcelona, al grito de No a la
guerra, unos 5 000 estudiantes cortaron el tráfico durante
cerca de dos horas en la importante avenida Diagonal, sin
incidentes.
En cambio, otra manifestación de
unos 50 000 jóvenes que transcurrió por el centro de la
ciudad, concluyó con violentos incidentes en los alrededores de la
céntrica Plaza de Cataluña, con serios destrozos en numerosos
establecimientos, aunque no se reportaron heridos o detenidos.
Los hechos violentos comenzaron
cuando grupos de jóvenes encapuchados invadieron un centro de una
importante cadena comercial a la que acusan de colaborar en el
desarrollo de sistemas de información militar, y se dedicaron a
desbaratar mostradores y productos.
Posteriormente también arremetieron
contra un establecimiento de la empresa estadounidense McDonalds,
rompiendo los cristales y parte de su mobiliario.
Incidentes también violentos se
reportaron en la ciudad de Zaragoza, con saldo de un detenido y tres
heridos a causa de los enfrentamientos que durante más de tres
horas sostuvieron grupos de manifestantes y policías en diferentes
puntos del centro de la ciudad que estuvo colapsado toda la mañana.
Mientras, en un sinnúmero de
ciudades los trabajadores abandonaron sus puestos de labor y se
congregaron a las puertas de sus respectivas empresas coreando
consignas contra la invasión a Iraq, rechazando el apoyo del
gobierno a Washington y pidiendo la dimisión de su presidente,
José María Aznar.
Actos de esa naturaleza se efectuaron
en lugares tan disímiles como el Museo de El Prado, el lujoso hotel
Ritz, las sedes de grandes entidades bancarias, hospitales, el Metro
de esta capital, fábricas de automóviles o empresas constructoras
y grandes cadenas comerciales.
Una de las más bulliciosas y
vigilada por una verdadera muralla de uniformados se efectuó a las
puertas del Congreso de Diputados, donde junto a los diputados de
los partidos de oposición compartieron la protesta una amplia
representaciones de los trabajadores de la zona.