WASHINGTON, 25 de marzo (PL). —
Edulcorando su solicitud con panegíricos de victoria bélica, el
presidente George W. Bush formalizó hoy su pedido de 75 mil
millones de dólares para financiar la guerra contra Iraq, gasto que
recaerá sobre los hombros de los contribuyentes.
En detalle, el jefe de la Casa Blanca
solicitó 74 700 millones de dólares, de los cuales
62 600 millones serán destinados a gastos de la contienda en
el Golfo Pérsico.
Otros 4 200 millones serán
asignados para reforzar las medidas de seguridad en Estados Unidos
ante la probabilidad de ataques terroristas.
Una tercera suma, de 7 800
millones de dólares, se utilizará para gratificar, en forma de
ayuda, a países aliados de Washington, entre ellos Israel,
Afganistán y Egipto, que respaldaron la agresión contra Iraq.
La partida pedida por Bush no
contempla fondos para la reconstrucción de ese país árabe, que
está siendo devastado por los intensos bombardeos.
La aprobación de ese paquete parece
asegurada debido a que los republicanos controlan ambas cámaras del
Congreso, coinciden analistas.
Algunos expertos consideran que el
costo de la guerra podría ser mayor.
En septiembre del 2002, el ex asesor
económico de la Casa Blanca Larry Lindsey, expulsado por divulgar
sus cálculos, vaticinó que una operación militar costaría de 100
mil a 200 mil millones de dólares.
Además, ante la posibilidad de que
las tropas norteamericanas ocupen durante cinco años esa nación
árabe, como prevé el Pentágono, Washington deberá desembolsar de
25 mil millones a 105 mil millones de dólares más, de acuerdo con
el Centro de Análisis Presupuestario y Estratégico.