BAGDAD, 25 de marzo (PL). — El
ministro de Información de Iraq, Mohamed Said Al Sahaf, rechazó
hoy aquí que su país recibió suministros militares rusos, al
comentar la queja del presidente norteamericano, George W. Bush, al
mandatario moscovita, Vladimir Putin.
Bush se quejó a Putin de que
compañías rusas vendieron equipos de guerra prohibidos a este
país del Golfo Pérsico, entre ellos misiles antitanques.
También el mandatario norteamericano
relacionó sus declaraciones con transacciones de sistemas para
bloquear las comunicaciones satelitales y equipos de visión
nocturna, según medios de prensa.
En declaraciones públicas, Said Al
Sahaf aseguró que Rusia nunca le dio armas y "nosotros no se
las pedimos".
El titular de Información reiteró
que "Iraq nunca recibió nada de lo que Estados Unidos y Gran
Bretaña dicen".
Según observadores, el mandatario
estadounidense juega con la carta de las armas para varias acciones,
buscando colocar a Moscú en una situación difícil, toda vez que
el gobierno de Putin no se sumó al carro de Washington en el seno
del Consejo de Seguridad de la ONU.
También esa acusación serviría de
argumento a Estados Unidos en el momento que, sobre la base de su
avance tecnológico, decida utilizar armamentos de destrucción
masiva y emplear tácticas genocidas en su agresión a Iraq.
Otro punto de la intriga política de
Bush —dicen los analistas— sería hacer que Bagdad se vea en la
obligación de ofrecer más información sobre sus medios de
defensa, que definitivamente le debilite ante el agresor.
A los periodistas, el ministro Said
Al Sahaf le notificó que las fuerzas iraquíes dieron muerte a ocho
soldados del enemigo, le derribaron tres helicópteros y
neutralizaron a igual número de transportes blindados.