NACIONES
UNIDAS, 25 de marzo (PL). — Próximo a celebrarse dos importantes
reuniones aquí sobre Iraq, el secretario general de la ONU, Kofi
Annan, recibió a la asesora presidencial estadounidense de
seguridad, Condoleezza Rice.
A solicitud de Washington, la
entrevista se prolongó más de lo habitual, y proseguirá en
"segunda parte" en la jornada, según indicó el portavoz
del máximo ejecutivo de la Organización, Fred Eckhard.
Confirmó que el tema central es
Iraq, pero dijo desconocer si en las conversaciones se trató sobre
un eventual cese de fuego de una operación militar invasora en el
país árabe, que encuentra fuerte resistencia y se prevé larga y
costosa.
El Consejo de Seguridad de la ONU
recibió una solicitud formal de la Liga Árabe para convocar a una
sesión urgente dedicada a la agresión de Estados Unidos y Gran
Bretaña a Iraq.
Pero también para este miércoles se
señaló una reunión de Annan con las agencias de las Naciones
Unidas que prestan asistencia humanitaria, con vista a la
utilización de fondos del programa "petróleo por
alimento".
Esto forma parte de un proyecto de
resolución, todavía en análisis de un Comité Especial, y que
Iraq rechazó por considerar que fue promovido por los dos Estados
agresores, con fines políticos, militares y propagandísticos.
Con un triunfalismo anticipado en los
primeros días de las hostilidades bélicas, Washington y Londres
reclamaron la eventual administración futura de un país ocupado, y
también hacerse cargo de la distribución de ayuda humanitaria a la
población.
En cambio, Francia se opuso
terminantemente a esa posibilidad y sostuvo que en cualquiera de
esos casos, corresponde a las Naciones Unidas la responsabilidad
central.
Aparentemente todos esos escollos
condujeron a Rice a ejercer nuevas presiones en favor de la causa
que representa en los centros de dirección de la ONU.
Lo mismo hizo en su momento con el
jefe inspector de desarme en Iraq, Hans Blix, cuando preparaba un
informe al Consejo de Seguridad sobre el resultado de su labor, sin
que pudiera evitar que el funcionario declarara no haber encontrado
evidencias acusatorias.
Tampoco ahora mandos militares de
ocupación han podido demostrar que el país árabe posea armas de
exterminio masivo, uno de los pretextos para desencadenar la guerra.