ROMA, 25 de marzo (PL). — El Papa
Juan Pablo II calificó hoy de legal la defensa contra el agresor en
caso de guerra en referencia a los ataques lanzados por Estados
Unidos y Gran Bretaña a Iraq, y dijo que esa conflagración ya fue
repudiada por la humanidad.
Juan Pablo II, quien no cesa de
abogar en favor de la paz, retomó nuevamente su condena a la
contienda bélica y afirmó que su empleo como instrumento para
solucionar los conflictos fue rechazado por gran parte del mundo y
los movimientos antibélicos.
El Sumo Pontífice catalogó de
lícita la defensa de un pueblo contra el agresor y reiteró que solo a la ONU corresponde tomar las decisiones de usar la fuerza
contra un estado, en alusión a la determinación unilateral de
Washington y Londres de atacar suelo iraquí.
En un mensaje a un grupo de
capellanes militares, el Obispo de Roma reiteró su profundo dolor y
preocupación por las víctimas de los combates y sobre todo la
población civil, las destrucciones que causan los bombardeos y los
sufrimientos provocados por la guerra contra Iraq, donde se
registran constantes muertos y heridos.
El Sumo Pontífice respaldó las
manifestaciones de protesta contra la invasión a territorio iraquí
al expresar que el vasto movimiento pacifista en todos los
continentes y de varias culturas es muestra del rechazo a la
contienda bélica de los hombres.
Al respecto se refirió al esfuerzo
de todas las religiones en la búsqueda de la paz, el cual, afirmó,
se convierte en expresión de esperanza y satisfacción.
Aunque fruto de acuerdos políticos,
la paz entre los hombres y pueblos, es también un don de Dios, por
el cual debemos implorar, puntualizó.
Mientras, el canciller del Vaticano,
Jean Louis Tauran, denunció hoy que la guerra contra Bagdad puede
generar todo tipo de extremismo y lesionar el diálogo entre
cristianos e islámicos.
Tauran consideró que lanzar esa
contienda bélica sin el consentimiento de la comunidad
internacional debilitó a la ONU, y eso es muy grave, afirmó, pues se
violó el instrumento de regular la vida de las naciones.
Sobre el particular, puntualizó que
Naciones Unidas es el resultado de experiencias de la Segunda Guerra
Mundial y se aprobó para garantizar al mundo la paz.
Paralelamente, la Santa Sede informó
que no recibió solicitudes para expulsar al diplomático iraquí
acreditado, quien permanecerá en el Vaticano igual que sus
representantes en Bagdad, quienes mantendrán abierta la nunciatura
para ayudar a la población.
Juan Pablo II realizó ingentes
esfuerzos para evitar la conflagración con llamados diarios a
solucionar pacíficamente la crisis, el envío de emisarios a
Washington y Bagdad, y entrevistándose con los aliados europeos de
Estados Unidos, entre otros dirigentes mundiales.