NACIONES UNIDAS, 25 de marzo (PL).
— La hostigada ciudad meridional iraquí de Basora entró hoy en
su cuarto día de lo que el secretario general de la ONU, Kofi
Annan, calificó de desastre humanitario, provocado por las fuerzas
invasoras.
Fuentes de las agencias de las
Naciones Unidas advirtieron este lunes que la interrupción del
suministro de agua en esa urbe amenaza gravemente la sobrevivencia
de un 1 700 000 residentes, y en especial de 100 000
menores de cinco años de edad.
Bajo continuos ataques se teme una
expansión de enfermedades, cuando hospitales y otras instituciones
de asistencia médica carecen del vital líquido para cumplir con
sus tareas sanitarias.
El Fondo para la niñez (UNICEF)
sostiene que la población infantil en Basora no solo sufre
alarmantes niveles de malnutrición, sino que está expuesta a
morir, ya sea debido a los bombardeos o por efectos de diarrea y
deshidratación.
Según una nota difundida aquí,
equipos de la Cruz Roja Internacional lograron restaurar el 40 por
ciento del fluido eléctrico, también interrumpido, pero se
considera que solo cubre temporalmente necesidades parciales.
Annan comentó que se deben hacer
todos los esfuerzos posibles para enfrentar el desastre humanitario
que acarrea la falta de agua y electricidad en Basora.