Agresión a Iraq
Prosiguen devastadores bombardeos con
fuerzas abrumadoras
Encuentran tropas
invasoras fuerte resistencia en Basora, Nasiriya y otras ciudades.
Aumenta el número de víctimas entre la población civil
BAGDAD,
24 de marzo.—Nuevos y más devastadores bombardeos contra la zona
Suroriental de Bagdad se reportaron este domingo y al amanecer del
lunes durante el cuarto y el quinto días de agresión
norteamericano-británica, en una jornada que se caracterizó,
además, por fuertes enfrentamientos entre los invasores con las
tropas del ejército iraquí en Basora, Nasiriya y otras ciudades.
El presidente Saddam
Hussein, en una alocución a las 11:00 a.m. de este lunes, (hora de
Bagdad, transmitida por la televisión iraquí y reproducida por
televisoras internacionales, se dirigió a la nación y a las tropas
exhortándolos a que resistan, "ataquen al mal para vencer al mal",
en alusión a las fuerzas invasoras.
Estamos orgullosos del
heroísmo de nuestros soldados dijo, y luego de ratificar su
confianza en la victoria, orientó atacar al enemigo ahora "hasta
que sufra la derrota".
El líder iraquí acusó
a Estados Unidos y Gran Bretaña de haber abusado de la paciencia de
su país y de haber agotado su buena voluntad, por lo que la
resistencia la consideró justa.
Decenas de mujeres y de
niños iraquíes resultaron heridos el domingo por la noche, cuando
el agresor lanzó sus misiles contra un complejo residencial en el
que viven empleados de una compañía petrolera local en Basora, en
el Sur de Iraq, de acuerdo con reportes de la agencia AFP.
Bagdad fue sometida al
final de la tarde a dos fuertes oleadas de bombardeos, que han
dejado una gran columna de humo en el centro de la capital, según
dijo ver el corresponsal de EFE desde un hotel.
El primer bombardeo,
mucho más intenso de todos los vividos por la población en las
últimas 24 horas, se produjo poco antes de las 19:00 hora local
(16:00 GMT), y fue respondido por las baterías de defensa
antiaérea iraquíes.
La segunda oleada
comenzó hacia las 22:15 horas (19:15 GMT), y dejó una enorme
columna de humo, al parecer de un edificio cercano a un complejo
presidencial.
Otras tres fuertes
explosiones de misiles se escucharon en las afueras de la ciudad.
También se repitieron los bombardeos sobre la ciudad septentrional
de Mosul, desde que cayó la noche.
MALESTAR EN
WASHINGTON
La confirmación de que
Iraq ha capturado a varios estadounidenses como prisioneros de
guerra y la aparición de estos en varias televisoras árabes, cayó
hoy como una bomba en la Casa Blanca y el Pentágono, según comenta
la agencia EFE.
De hecho, las
reacciones, tanto del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, como
del propio presidente George W. Bush, se produjeron incluso antes de
que el Pentágono confirmara oficialmente que hay 12 soldados
desaparecidos.
Los soldados
desaparecieron en la zona de Nasiriya, a unos 360 km al Sur de
Bagdad, donde las tropas de agresión se han enfrentado fallidamente
a los iraquíes por el control de un puente considerado clave para
el avance hacia la capital de esa nación árabe.
La televisión iraquí y
la cadena qatarí Al Jazira mostraron hoy imágenes de los
prisioneros norteamericanos, algunos siendo interrogados, y también
los cuerpos de los soldados muertos o heridos, lo cual concitó una
airada protesta de Washington.
Tal fue la ira, que el
Jefe del Pentágono exigió a las cadenas norteamericanas no
transmitir las referidas imágenes, lo cual fue aceptado en lo que
se ha considerado una escandalosa autocensura de los medios
estadounidenses. En ese sentido, la cadena de TV CNN dijo que, en
cambio, solo transmitirá la fotografía de uno de los soldados
norteamericanos muertos, sin poner detalles. Según analistas, esta
decisión de autocensura responde al interés de que en la opinión
pública norteamericana no aumente el sentimiento antibélico.
Sin embargo, desde el
primer día de la agresión, las cadenas norteamericanas no cesan de
transmitir imágenes de supuestos soldados enemigos con evidente
intención de amplificar las deserciones como una actitud
generalizada del ejército iraquí.
No obstante, tras su
descanso de fin de semana en Camp David, el presidente Bush
insistió en que la guerra "acaba de empezar" y, aunque tuvo que
admitir que las fuerzas estadounidenses han encontrado resistencia
iraquí, advirtió que "vamos lentos pero seguros", al tiempo que
admitió que "el enemigo no ha usado armas de destrucción masiva".
IRAQ MANTIENE CONTROL
DE BASORA
Este domingo el ministro
de Defensa iraquí, general Sultan Hashim Ahmad, dijo que la sureña
ciudad de Basora "sigue en poder del ejército" de su país y que
las bajas de las tropas anglo-estadounidenses suman 25 soldados en
el curso de operaciones de resistencia.
"En
48 horas los norteamericanos apenas avanzaron uno o dos kilómetros.
Los estamos esperando en Basora", dijo hoy con tono seguro, según
reportes de la agencia ANSA, al tiempo que advirtió que "no es
cierto" que las tropas aliadas hayan ingresado a la ciudad.
El ministro Hashim Ahmad
agregó que las tropas anglo-estadounidenses sufrieron "un gran
número de heridos y prisioneros", intentaron en tres oportunidades
apoderarse de la ciudad de Nasiriya —un nudo caminero hacia Bagdad—,
pero fracasaron en sus intentos.
No obstante, reconoció
que las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña tomaron el
aeropuerto de Basora, aunque insistió esa ciudad es controlada por
ellos, pese a los intensos combates que se registran.
Finalmente, agregó que
al menos 10 tanques y veinte vehículos militares de las tropas
invasoras han sido destruidos en el Sur iraquí, así como derribado
un "avión espía". Asimismo, reportaron el derribo a manos de las
fuerzas antiaéreas iraquíes de cinco aviones y dos helicóperos.
Cuatro de las naves
cayeron en Bagdad y las otras en la ciudad de Basora.
Desde Londres, la
agencia EFE informó que el primer ministro británico, Tony Blair,
indicó que la agresión contra Iraq "pese a las tragedias que han
ocurrido" se está produciendo como estaba planeado y auguró "tiempos
duros".
De los soldados
británicos, según fuentes oficiales, 14 han muerto a causa de
accidentes o incidentes de "fuego amigo".
Mientras, el mando
británico por intermedio de su portavoz, el capitán John Fynes,
admitió que un cohete antibalístico norteamericano, del tipo
Patriot, les derribó por error un avión de guerra Tornado y que
sus dos tripulantes fueron dados por desaparecidos.
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