MÉXICO, 22 de marzo (PL). — Las
sanciones aplicadas a Iraq por el Consejo de Seguridad de la ONU en
los últimos 12 años causaron la muerte de 500 000 niños de
ese país árabe, sometido hoy a una cruenta e injusta agresión por
parte de Estados Unidos.
La investigadora de la facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM), Maria Cristina Rosas, argumentó que debido a
esas sanciones Iraq no ha recibido asistencia internacional para su
sistema de salud.
Se requiere entonces, señaló,
alentar la lactancia materna, promover la inmunización, introducir
alimentos nutritivos, hervir el agua, prevenir la diarrea y las
infecciones respiratorias.
En su libro La Economía política de
la seguridad internacional: sanciones zanahorias y garrotes, afirmó
que el embargo económico decretado por la organización de Naciones
Unidas ha deteriorado las condiciones de vida de la población
iraquí.
A su juicio, el programa petróleo
por alimentos, autorizado a Iraq a manera de asistencia humanitaria
a raíz del cerco económico y comercial de la ONU, ha sido
insuficiente para detener la baja en el nivel de vida de los
iraquíes.
Al calificar de graves las sanciones
adoptadas tras el conflicto de 1991, la investigadora condenó la
agresión emprendida contra Iraq de manera unilateral e injusta
desde el pasado 19 de marzo por parte de Washington.
Dijo que en tan solo cinco días
debido a los intensos bombardeos de Estados Unidos contra objetivos
iraquíes, caerán 10 veces más proyectiles que durante la guerra
de ocho días en 1991.
La investigadora unió su voz a la de
millones de mexicanos que se oponen a la conflagración y han
manifestado su postura a través de manifestaciones artísticas y
culturales y también con actos de protesta frente a la sede
diplomática de Estados Unidos.
Está prevista otra marcha frente a
la embajada norteamericana, acordonada en un amplio diámetro que
cubre la calle por cercas de varios metros de altura donde
permanecen apostados elementos del cuerpo de antimotines.
Carteles de varias dimensiones, con
consignas de todo tipo en contra de la guerra y de Estados Unidos,
aparecen colgados tanto en la cerca improvisada como en los postes
de la Avenida Reforma, donde está ubicada esa representación
diplomática.
Las acciones de rechazo a la
conflagración en el Medio Oriente son generadas desde el gobierno
del presidente Vicente Fox, que ha reiterado la vocación pacifista
del país, hasta en medios informativos y en círculos políticos y
sociales.
En el Congreso de la Unión los
legisladores se pronunciaron por el cese de las hostilidades en Iraq
y el retorno a la política de la solución negociada de los
conflictos, con el argumento de que "de otra forma no solo
asistiremos al sepelio de la víctimas de la guerra, sino al funeral
del Derecho Internacional y de la ONU".
Todas las fracciones parlamentarias
condenaron el uso de la violencia para dirimir controversias,
mientras el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Palacio Legislativo de San Lázaro, Gustavo Carvajal Moreno, abogó
por "regresar al diálogo de los hombres y olvidarse de la
guerra de los animales".