Bagdad, 11 de abril.— Dos niños
iraquíes murieron hoy cuando un retén de infantes de marina
norteamericanos disparó contra el vehículo en el que viajaban, en
tanto dos miembros de este cuerpo cayeron a causa de una explosión
accidental.
En el primer incidente, ocurrido en
Narisiya, sur de Iraq, dos vehículos no se detuvieron en el control
y fueron tiroteados. Además de los muertos hubo nueve civiles
heridos.
No se encontraron armas ni explosivos
en las camionetas. La explicación del Comando Central, en Doha, que
"lamentó profundamente" el incidente, fue que los marines
temieron un ataque suicida.
Otros dos integrantes de ese cuerpo
perecieron cuando cargaban en un carro blindado armas y municiones
encontradas en el barrio de Uteifiya, nordeste de Bagdad.
Al parecer, según la versión de la
emisora de televisión Al Jazeera, uno de los proyectiles
explosionó y los demás lo imitaron por simpatía. El vehículo y
sus ocupantes quedaron carbonizados.
El estallido destruyó una veintena
de viviendas aledañas y causó un impreciso número de heridos
entre los vecinos, de los cuales alguno puede morir.
Los hospitales bagdadíes están al
tope, muchos sin electricidad, instrumentales ni medicamentos, con
su personal exhausto al cabo de tantos días atendiendo a centenares
de heridos por los bombardeos indiscriminados de la aviación
anglo-norteamericana.
A los heridos por las explosiones de
bombas y cohetes se está sumando en las últimas horas aquellos que
son sorprendidos robando en comercios, cuyos dueños decidieron
armarse ante la impasibilidad de los soldados ocupantes.
Muchos comerciantes se quejan a los
medios árabes y occidentales presentes en la ciudad de que el
ejército estadounidense no sólo se muestra impasible ante los
saqueos, sino que los estimula.
Han ocupado nuestro país, pero son
incapaces de defendernos, dijo a un canal de televisión un
marchante del centro de la capital.
Sólo defienden el petróleo, la Cruz
Roja y los palacios presidenciales, añadió. (PL)