Ola de protestas contra la agresión a Iraq
Una ola de
manifestaciones para protestar contra la agresión de EE.UU. a Iraq
se registró este jueves en Europa, América Latina y Asia, tras
conocerse el inicio de los ataques contra el país árabe.
Con un ¡No a la Guerra!
convertido en lema mundial por presidir desde hace semanas las
manifestaciones pacifistas, cientos de ciudades europeas se
convirtieron en escenario de grupos antibelicistas que claman por el
fin de la contienda que acaba de empezar.
El movimiento antibélico griego colocó frente a la embajada de los Estados Unidos en Atenas, este sugestivo letrero utilizando pequeñas velas.
Atenas, capital de
Grecia, país que ostenta la presidencia rotativa de la Unión
Europea, devino plaza de 150 000 manifestantes antibélicos.
En esta urbe, sede de la
UE y la OTAN, se efectuóuna concentración frente a la sede
diplomática estadounidense, mientras se reportan manifestaciones en
las ciudades de Gante y Lovaina.
Mientras, en Alemania,
cuyo Gobierno figuró entre los primeros en expresar su rechazo a la
guerra, decenas de miles de personas condenaron la campaña militar
estadounidense contra Iraq en diversas ciudades. A la cabeza de ese
movimiento se encontró Berlín, la capital, donde más de 50 000
estudiantes se concentraron en la Plaza Alexander con pancartas de
No a la Guerra y Detengan los asesinatos en Iraq. En las protestas
escenificadas en Sttutgart, Rostoc y Kassel participaron más de 30
000 alemanes.
Paralelamente, en
Londres, la capital de Gran Bretaña, aliado incondicional de
Washington en la conflagración y que ha desplegado más de 43 000
soldados en el Golfo Pérsico, se concentró una multitud frente al
Parlamento con letreros de Detengan la Guerra.
Italia, cuyo Gobierno
apoya a Estados Unidos en la contienda bélica, evidenció el
rechazo a la ilegal agresión de la población en numerosas
manifestaciones de decenas de miles de personas y al semiparalizarse
las actividades en varias ciudades.
Miles de pacifistas con
banderas de la paz fueron desviados de sus intentos de llegar ante
la sede diplomática estadounidense, pero continuaron la marcha
antibélica por las calles de Roma, presidida por los lemas No a las
Bombas y a la Guerra.
Milán, capital
económica de Italia, devino escenario de una concentración de más
de 100 000 trabajadores, convocados por las tres principales
confederaciones sindicales. En tanto, en Turín, se reunieron más
de 20 000 italianos para condenar la contienda bélica y la
política de su Gobierno al respecto.
En Dinamarca, cuyo
Gobierno también apoya a la Casa Blanca, los estudiantes bloquearon
las principales arterias de Copenhague, la capital, para protestar
contra la guerra y enviar una señal al ejecutivo de que desean la
paz.
En Sydney miles de australianos se manifestaron contra la agresión.
Mientras, la
Coordinadora antiguerra francesa que integran más de 100
agrupaciones, organizó una multitudinaria manifestación en París,
para condenar los ataques estadounidenses a Iraq y respaldar a su
Gobierno, que ha llevado la voz cantante para evitar la contienda
bélica.
En la ciudad gala de
Lyon, la catedral de Saint Jean dobló las campanas por las
víctimas de los ataques militares contra suelo iraquí.
Gaspar Llamazares,
coordinador general de Izquierda Unidad, llamó a los españoles a "parar
las calles para parar la guerra" y exigió una nueva convocatoria de
pleno extraordinario en el Congreso de Diputados, a fin de hacer
dimitir al presidente del Gobierno, José María Aznar.
En América Latina,
Brasil y México, así como Argentina, Cuba, Chile, Ecuador, Perú y
Venezuela, insistieron en la necesidad de buscar una salida
diplomática.
Jamaica encabezó la
lista de naciones caribeñas, que repudian el uso de la fuerza
militar. Igualmente otros países miembros de la Comunidad del
Caribe (CARICOM), inmersos en un plan integracionista, unieron su
voces contra el poderío militar, y anunciaron medidas a fin de
mitigar los impactos negativos del ataque contra Iraq.
El presidente
brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, condenó la acción bélica y
denunció que Washington no tiene autoridad moral para decidir por
sí mismo lo que es bueno o malo para el mundo.
Sin medias palabras,
Lula acusó a la Casa Blanca y a sus aliados de carecer de
legitimidad para declararle una guerra a Iraq. Y subrayó que el
presidente Bush irrespeta a la ONU.
Diputados venezolanos
condenaron la arrogancia de Estados Unidos de iniciar una guerra
contra Iraq de manera unilateral y sin el consenso de las Naciones
Unidas.
Centenares de
automóviles y otros medios de transporte trasladan desde esta
mañana en caravanas en Montevideo a manifestantes uruguayos que
rechazan la ilegal e innecesaria agresión iniciada por Estados
Unidos. Bocinas y ruidos contundentes de objetos metálicos
acompañan los gritos y cánticos de consignas contra el Gobierno de
Bush.
En Santiago de Chile,
grupos de chilenos, congregados frente a la embajada de Estados
Unidos, repudiaron de forma pacífica el inicio de los ataques
contra Iraq.
Los mexicanos opusieron
también un decidido rechazo a la agresión de Estados Unidos, por
considerarla una decisión unilateral que representa un virtual
golpe de Estado, violatorio del orden internacional.
El editorial del
periódico La Jornada, titulado Las víctimas de Bush, denunció que
la Casa Blanca "está violentando gravemente la legalidad
internacional con su empeño por derrocar al régimen iraquí y
está a punto de embarcarse, además, en la comisión de crímenes
de lesa humanidad contra la población de la infortunada nación
árabe".
Aún antes de cumplirse
las primeras 24 horas de iniciados los ataques contra el territorio
iraquí, trabajadores, piqueteros, desempleados y miembros de otros
sectores de la sociedad argentina protagonizaron este jueves
diversas manifestaciones de condena a la guerra, principalmente en
las ciudades de Mar del Plata y Buenos Aires. Al mismo tiempo,
diversos organismos, instituciones y personalidades se sumaron al
rechazo a la invasión estadounidense, entre ellas el defensor del
pueblo de Argentina, Eduardo Mondino, quien sostuvo que la acción
de Washington constituye una grave violación de los derechos
humanos.
Por su parte, en
Jakarta, Megawati Sukarnoputri, presidenta de Indonesia, calificó
de ilegal acto de agresión el ataque militar unilateral de Estados
Unidos contra Iraq, en medio de grandes manifestaciones de protestas
y condena en el archipiélago.
En Islamabad, el
Gobierno paquistaní lamentó el ataque liderado por Estados Unidos
contra Iraq, y declaró que "sentimos el inicio de la guerra. Hemos
hecho todo lo posible para impedirla", mientras varias ciudades eran
escenarios de manifestaciones antinorteamericanas.
Del otro lado, decenas
de miles de estudiantes australianos se manifestaron a favor del
pueblo iraquí y contra Estados Unidos en varias ciudades de la
nación.
En Hanoi, el Gobierno
vietnamita declaró que el ataque de Washington y Londres iniciado
contra Iraq constituye una grosera violación de los principios
fundamentales de las leyes internacionales, mientras el pueblo
continuó manifestándose en las últimas horas en todas las
provincias y ciudades autónomas del territorio nacional, ante las
acciones de guerra contra Iraq.
En Ammán, cuatro
jordanos fueron heridos en enfrentamientos entre policías
antidisturbios y manifestantes que se oponen a la guerra de Estados
Unidos contra Iraq. Otra demostración tuvo lugar en las áreas de
la Universidad de Ammán, donde los antimotines arrestaron a por lo
menos 15 alumnos. Los participantes quemaron banderas
norteamericanas y gritaron consignas contra Bush y de apoyo a Iraq.
EN ESTADOS UNIDOS
Unos 60 escritores
estadounidenses unieron sus voces en un llamamiento para que el
presidente George W. Bush detenga el conflicto armado contra Iraq,
cuya capital fue bombardeada hoy con misiles cruceros.
"Iraq
no representa un peligro inminente. Por lo tanto, no vemos
justificación para una guerra preventiva", expresaron los
intelectuales.
Entre los 57 autores del
documento publicado por The New York Times que se oponen a la guerra
se encuentran Stephen King, Michael Downing y Russell Banks.
Asimismo, el novelista
argentino Ernesto Sábato, se dirigió en Buenos Aires a unos 2 000
estudiantes para denunciar las consecuencias de la guerra y dar a
conocer que el Gobierno de Estados Unidos ha ignorado las
multitudinarias protestas contra el conflicto bélico que han
sucedido alrededor de todo el mundo.
Por otra parte, varias
personalidades que han denunciado lo que consideran un renacer del
macartismo en Estados Unidos fustigaron a la gran prensa por desatar
una campaña contra los intelectuales y artistas opuestos a la
guerra.
El diario The New York
Post, por ejemplo, publicó una lista de artistas contrarios al uso
de la fuerza para marcarlos como antipatriotas, y exhortó a la
población para que no asista a sus presentaciones.
Músicos que han
expresado su oposición a la política belicista de Bush han sido
eliminados de las listas de programación de las estaciones
radiales.
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