BAGDAD, 10 de abril (PL). — Pese a
los éxitos militares de las últimas horas, la situación en Iraq
inicia un giro del todo contrario a las miras de la coalición
anglo-norteamericana, cuya primera evidencia es el vacío de poder
en el país.
Tras la virtual caída ayer de esta
capital en manos estadounidenses, dejó de existir el gobierno
iraquí, por lo que el secretario general de ONU, Kofi Annan, llamó
a las fuerzas ocupantes a priorizar el restablecimiento de la ley y
el orden.
El reclamo del alto funcionario
internacional acompañó a testimonios ofrecidos por las cadenas de
televisión presentes en el teatro de operaciones acerca de los
saqueos que ocurren tanto en Bagdad como en las demás ciudades
conquistadas.
Washington tiene ya lista una junta
cívico militar integrada en su totalidad por funcionarios de los
Departamentos de Estado y de Defensa, cuyo jefe, el general (r) Jay
Garner, era esperado hoy en Bagdad.
A su vez, representantes de la Casa
Blanca se reunirán el sábado en Nasiriya (sur de Iraq) con unos 40
iraquíes, 14 de ellos residentes en el exterior, para empezar la
discusión acerca de un futuro gobierno. Los temas, sin embargo, se
mantienen en reserva.
Ante la gravedad que va adquiriendo
en Iraq la situación higiénico-sanitaria, las agencias
especializadas del sistema de Naciones Unidas claman por ayudas
urgentes que no llegan a pesar de anuncios, como el de la Unión
Europea, de que liberó otros 79 000 000 de euros en
asistencia humanitaria.
La guerra, en tanto, se corrió al
norte, donde la aviación anglo-norteamericana apoyó con
demoledores ataques la toma de Kirkuk por milicias kurdo-iraquíes
(peshmergas), aliadas de ocasión de Estados Unidos.
El éxito militar puede enajenar el
apoyo de Turquía a su aliado norteamericano, recelosa de que un
control kurdo sobre los ricos yacimientos petroleros de la zona
arriesgue sus aprovisionamientos energéticos.
Por otra parte, la eventualidad del
surgimiento de un Estado kurdo pone en ascuas al gobierno y los
militares de Ankara, que con sus 15 000 000 de kurdos
temen que el ejemplo prenda con consecuencias impredecibles.
Ya los gobernantes turcos anunciaron
que enviarán observadores militares a Kirkuk para supervisar la
salida de los peshmergas de la ciudad, y recordaron a Estados Unidos
compromisos previos para impedir cualquier devaneo kurdo.
Entretanto, en el sur iraquí crece
el descontento de la población local, de mayoría chiíta, contra
la presencia de los ocupantes extranjeros.
Para colmo, hoy fue asesinado un
prominente clérigo en Nayef, el lugar santo de esta corriente
islamista.
El occiso, Abdul Majid Al Ju´i, era
hijo del ayatola de igual nombre, una de las prominentes figuras del
chiísmo iraquí en los años 80 de la pasada centuria.
La repulsa al ocupante se hizo más
evidente aún en Iraq este jueves, cuando un hombre se inmoló al
detonar la carga explosiva que llevaba consigo en un puesto de
control norteamericano próximo al hotel Palestina.
Junto con el hombre murió un soldado y otros tres recibieron heridas graves.
Con esta baja suman 104 las mortales
de Estados Unidos en el curso de estos 21 días de ilegal y genocida
agresión contra Iraq. El ejército británico afirma tener 30.
Estados Unidos y Gran Bretaña
fraguaron y llevan a cabo la guerra con la pretendida excusa de la
posesión iraquí de armas prohibidas por la ONU, pero hasta la
fecha, según sus medios informativos, no ha aparecido ni
siquiera una evidencia de agentes químicos o bacteriológicos.