BAGDAD, 9 de abril (PL). — La
presencia hoy de soldados invasores en todos los sectores
geográficos de esta capital y su avance al centro preludiaban su
caída en manos del eje anglo-norteamericano, a pesar de que éste
enfrenta resistencia.
En la víspera del inicio de su
cuarta semana, la guerra tuvo este miércoles un inesperado giro al
alcanzar los tanques norteamericanos el centro de la ciudad, y se
ignoraba la suerte de las principales figuras del gobierno.
Aprovechándose del caos reinante, se
produjeron escenas caóticas de civiles incontrolados lanzados al
pillaje de edificios oficiales como ministerios y el Comité
Olímpico. Las oficinas de la ONU no escaparon del vandalismo.
El mando aliado anunciaba por su
parte el control del aeropuerto militar de Al Rashid, en el sudeste
de Bagdad, y advertía de hablar sobre un prematuro fin de la
contienda, aunque indicaba que el gobierno iraquí parecía haber
perdido el manejo de la situación.
Aún se combate en Bagdad y faltan
por ocupar Basora (sur), Tikrit (centro) y Mosul y Kirkuk (norte),
indicó el portavoz del CentCom, general Vincent Brooks.
Mientras progresaban hacia el centro,
los invasores van asegurando sus posiciones en la ciudad y las rutas
de acceso, bajo el hostigamiento de iraquíes de civil armados con
fusiles de asalto y lanzacohetes.
En medio de este caos, la Cruz Roja
Internacional anunció el cese temporal de sus operaciones en
Bagdad, sobrepasada por una situación "caótica e
impredecible".
Los hospitales de la capital ya se
encuentran sin material de cura para atender a sus heridos, en
particular los más graves.
La Unión Europea aprobó destinar
otros 9,5 millones de euros en ayuda humanitaria de
urgencia para Bagdad y el sur de Iraq. La suma es el resto de una
partida por 21 000 000 de euros ya aprobada a la que
seguirá otra por 79 000 000.
El hecho más importante de la
jornada no fue la presencia de los tanques norteamericanos casi en
el centro de Bagdad sino el reconocimiento por medios de prensa
extranjeros de que no han sido halladas armas químicas o
biológicas.
La presunta existencia de tales
agentes sirvió de pretexto a Estados Unidos y Gran Bretaña para
desatar su ilegal agresión 20 días atrás.
Iraq siempre negó estar en posesión
de armamento prohibido por la ONU.
Entretanto, en París, los ministros
de Exteriores de Francia, Dominique de Villepin, y Gran Bretaña,
Jack Straw, convenían en la necesidad de que la ONU tuviera
participación en el Iraq de posguerra.
Sin embargo, no se pusieron de
acuerdo acerca de la forma en que el organismo internacional
asumiría ese papel.
El presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, concibe esa ayuda sólo en términos humanitarios.
Al respecto, De Villepin, cuyo
gobierno se opone a la guerra, insistió en que los agresores —Estados
Unidos y Gran Bretaña— deben responsabilizarse con la custodia y
la reconstrucción del país árabe.
Lo que se avecina en Iraq tuvo un
botón de muestra hoy en Basora, cuando la población literalmente
se sublevó tras el anuncio de los ocupantes británicos de que
confiarán a un jefe tribal la tarea de conformar un nuevo gobierno
en esa ciudad del sur iraquí.