NACIONES UNIDAS, 4 de abril (PL). —
Serias preocupaciones se albergan hoy en las Naciones Unidas de que
hasta sus tareas de socorro humanitario a la población civil
iraquí sean impedidas o socavadas por las fuerzas de ocupación
anglonorteamericanas.
Reflejo de previsibles tensiones se
interpretó aquí la reciente elaboración de una "guía
general para la interacción entre el personal de la ONU y los
actores militares en el contexto de la crisis en Iraq".
Aunque señala como realidad y
necesidad tales contactos, advierte que es esencial un máximo de
certitud y claridad a la hora de hacer arreglos para el arribo de la
ayuda humanitaria a sus destinatarios.
Entre los interlocutores
circunstanciales se describen a las fuerzas iraquíes, los países
vecinos y las tropas de Estados Unidos y sus aliados.
Un particular énfasis pone en que la
oficina coordinadora de la ONU tiene que ejercer un completo control
de las operaciones humanitarias dentro y fuera de Iraq.
Asimismo subraya el asegurar que el
socorro llegue a las poblaciones más vulnerables "de una
manera equitativa, neutral e imparcial sin ningún condicionamiento
político".
Para observadores alude a las
visibles intenciones del eje invasor de capitalizar para fines
propagandísticos la distribución de alimentos, agua y medicina en
las áreas ocupadas.
Fuentes del Pentágono indicaron ya
el deseo de que los trabajadores humanitarios porten insignias del
Departamento de Defensa norteamericano, sin permitir el ingreso de
organizaciones internacionales dedicadas a esos menesteres.
El documento de la ONU puntualiza que
el uso de los medios militares para apoyar las operaciones
humanitarias debe ser excepcional y sólo un recurso extremo cuando
se hayan agotado las alternativas civiles.
Con precisión en detalles se
instruye a declinar escoltas militares y mantener bien claro la
identidad de la ONU en instalaciones de distribución y vehículos.
Sin haber condenado la agresión
contra Iraq, el Consejo de Seguridad pone actualmente el énfasis en
paliar colectivamente sus trágicos efectos, con un desempeño
protagónico.
Ni siquiera esto parece verlo
Washington con buenos ojos, por no mencionar la eventual
administración por la Organización mundial de un Iraq de
posguerra.