LONDRES, 4 de abril (PL). — El
gobierno de Gran Bretaña justificó hoy el uso de bombas de racimo
durante los ataques aéreos angloestadounidenses a las ciudades
iraquíes, a pesar de ser su utilización contraria a la Convención
de Ginebra.
Al respecto, el ministro británico
de Defensa, Geoff Hoon, defendió la utilización de esos artefactos
con el argumento de que son necesarios para que los soldados no
corran riesgos, a pesar de los graves daños que provoca en la
población civil.
En declaraciones a la BBC de Londres,
Hoon calificó esas armas de esenciales militarmente y estimó que
desempeñan un papel importante en el campo de batalla, aunque no se
refirió a qué ocurriría si, como en otras ocasiones, sus soldados
perecieran por el fuego amigo y blanco precisamente de esos
artefactos.
El ministro de Defensa afirmó que no
matan indiscriminadamente, a pesar de los más de 700 muertos y
de 5 000 heridos civiles causados por los bombardeos, según
fuentes iraquíes.
Sobre el particular, Hoon puntualizó
que el gobierno de Bagdad brinda informes que falsean las cifras
reales de bajas civiles. Para calzar esa afirmación, dijo que
el margen de error de las bombas de racimos es solo de un cinco por
ciento.
Con sorpresivo cinismo, Hoon
manifestó la esperanza de que las víctimas de esos artefactos
algún día reconozcan la efectividad de su uso.
Tanto Estados Unidos como Gran
Bretaña han sido duramente cuestionados por varios países y
organizaciones internacionales por lanzar bombas racimos en las
ciudades.
Los críticos aseguran que su uso
contraviene la Convención de Ginebra porque causa daños
innecesarios.
Precisamente, varias cadenas de
televisión acreditadas en suelo iraquí trasmiten casi a diario
imágenes de civiles alcanzados por los fragmentos de esos
artefactos, entre ellos mujeres y niños.
La víspera un herido entrevistado
por la televisión española denunció que perdió casi toda su
familia blanco de esas bombas y que todavía en su casa quedaban
muchas sin explotar.
Sobre los artefactos que no
estallaron, Hoon dijo que después de la guerra los artificieros las
buscarán y desactivarán, como se hizo en la provincia yugoslava de
Kosovo, también objetivo de esos bombardeos en 1999.