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16
de Junio del 2003
Mensaje de los Cinco al pueblo de EE.UU.
Que la justicia
no sea decapitada otra vez
Segundo aniversario del texto de Gerardo, René, Fernando,
Ramón y Antonio, que constituye un
manifiesto en el cual confluyen, como un antológico poema
épico-heroico, la dignidad y sinceridad inquebrantables de los
suscribientes, y el respeto y solidaridad hacia los millones de
habitantes del país más rico del mundo
Adolfo Silva
Silva
Servicio Especial de la AIN
El 17 de junio de 2001 cinco cubanos
dignos dirigieron un mensaje
al pueblo de los Estados Unidos de América.
Fue, y siempre lo será, un
manifiesto en el cual confluyen, como un antológico poema
épico-heroico, la dignidad y sinceridad inquebrantables de los
suscribientes, y el respeto y solidaridad hacia los millones de
habitantes del país más rico del mundo.
Así, esos patriotas prisioneros
políticos del imperio argumentaron, nueve días después de haber
sido falsamente declarados culpables ante un tribunal de Miami, las
justas razones por las cuales lucharon en EE.UU. contra el
terrorismo, en defensa de los pueblos de las dos naciones, y de todo
el orbe.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino,
Antonio Guerrero, Fernando González y René González fueron los
autores de la proclama, alusiva también a las causas y
características del fraudulento, y entonces inconcluso proceso
judicial, que los encerró en la cárcel desde el 12 de septiembre
de 1998.
Un vergonzoso silencio guardó
entonces —y aún guardan— la mayoría de los medios de difusión
masiva estadounidenses, impidiendo la divulgación de las
conmovedoras verdades enunciadas en el texto.
El 26 de junio de 2001, nueve
jornadas tras la suscripción del mensaje, otra represalia cayó
sobre los compatriotas.
Los verdugos los enviaron nuevamente
al "hueco", recinto de máxima severidad, en el cual ya
habían permanecido antes unos 17 meses.
En ninguna de estas reclusiones en
ese antro, ellos cometieron alguna de las violaciones definidas por
el reglamento carcelario para el internamiento en tales mazmorras de
confinamiento solitario.
Fue otro castigo con el inútil
intento de acallar sus voces y entereza en las celdas donde
conviven, cual si estuvieran en el mismo infierno descrito por
Dante.
En diciembre de ese mismo año, la
jueza Joan Lenard distribuyó entre los Cinco Héroes cuatro cadenas
perpetuas y 77 años de prisión. La justicia iba al patíbulo,
luego de un juicio devenido remedo del circo romano.
Uno de los fragmentos del texto al
pueblo norteamericano expresa:
"Los acusados en esta causa no
nos arrepentimos de lo que hemos realizado para defender a nuestro
país. Nos declaramos totalmente inocentes. Nos reconforta el deber
cumplido con nuestro pueblo y nuestra patria..."
La apelación relacionada con el
sucio proceso judicial se encuentra en la Corte de Atlanta.
En este segundo aniversario de aquel
memorable mensaje, las razones enarboladas por Gerardo, Ramón,
Antonio, Fernando y René son un renovado reclamo para exigir, en
nombre de los más caros valores humanos, que la justicia no sea
nuevamente decapitada. (AIN)
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