Lourdes Pérez Navarro

¡Caso cerrado, nada, olvídese de eso!, afirmó Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al referirse a la injusta decisión del panel de Atlanta, que recientemente ratificó la negativa de revisión de las apelaciones de Gerardo Hernández y René González.

Al intervenir en el programa radiotelevisivo Mesa Redonda, el dirigente parlamentario aseguró que tal decisión tiene objetivamente un carácter divisionista, dirigido a crear confusión, pero la actitud de los Cinco sigue y seguirá siendo de unidad.

Recordó pormenores del enmarañado proceso judicial, donde coexisten problemas de fondo, acusaciones falsas, ilegalidades, actos de prevaricación ejecutados por los jueces en las diferentes instancias y arbitrariedades de la administración. El gobierno estadounidense no ha podido presentar prueba alguna para condenar a Gerardo, ¿cómo, entonces, preguntó, la Corte Suprema no va a considerar que el caso tiene que ser objeto de revisión?

En Estados Unidos, el máximo órgano de justicia no está obligado a revisar todos los casos que se le sometan. Según las estadísticas accede a considerar solo entre el 1 y el 1, 5% de las solicitudes.

Tenemos que evitar que el caso se cierre, subrayó Alarcón. "Lo vamos a reabrir con argumentos, con conciertos, con exposiciones, movilizaciones, gestiones ante los tribunales, con las manos, con los dientes, con las uñas, pero de que lo abrimos, lo abrimos".

Dio a conocer que un grupo de abogados se prepara para presentar el caso en la Corte Suprema norteamericana, los que irán acompañados de la movilización, la denuncia y la solidaridad internacional, que cada vez es mayor.

De ello hablaron Rosa Aurora, esposa de Fernando, y la abogada Nuris Piñeiro, quienes presenciaron en la India múltiples actos de apoyo a la causa por la liberación de nuestros compatriotas y por el otorgamiento de visas a Olga Salanueva y a Adriana Pérez para que puedan visitar a sus esposos René y Gerardo. Allí se evidenció, dijo la jurista, que los Cinco son símbolos internacionales de la dignidad y del respeto a la paz.