15
de Enero del 2004
Un nuevo capítulo del odio
Sara
Más
La respuesta de Estados
Unidos a la solicitud de visas de Olga Salanueva y Adriana Pérez
O'Connor, esposas de René González y Gerardo Hernández,
respectivamente, marcan un nuevo acápite en la escalada de barbarie
y odio del Gobierno estadounidense contra Cuba, afirmaron ayer
juristas y analistas durante la Mesa Redonda Informativa.
La crueldad se impone como una sanción adicional a sus heroicos padres, que se han visto privados del más elemental derecho de conocer a sus más pequeños hijos.
Obstaculizar sus viajes
y las visitas familiares a las prisiones en territorio
norteamericano ha sido un castigo adicional que se suma a la injusta
prisión impuesta a esos Cinco cubanos luchadores contra el
terrorismo, señaló el doctor Julio Fernández Bulté, profesor De
Mérito de la Universidad de La Habana.
Además de otras normas
y consideraciones legales citadas en la declaración oficial emitida
ayer por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Bulté precisó que
la actuación norteamericana, al imponer restricciones a
funcionarios diplomáticos en ese país, viola la Convención de
Viena de 1963 sobre las relaciones consulares. En particular, lo
referido al derecho y deber de esos funcionarios de asistir a los
nacionales de su país y acompañarlos en gestiones judiciales y
administrativas.
No haber suscrito
formalmente esas normas no exime a ningún país de cumplir con su
mandato moral, más aún si se trata de una nación que se considera
civilizada, agregó.
Para el también jurista
doctor Rodolfo Dávalos, el cuestionamiento jurídico incluye la
responsabilidad internacional del Gobierno de Estados Unidos, que
debe responder por la conducta de todos sus funcionarios públicos y
los órganos de administración de la justicia.
Durante el programa se
informó que poco después de emitirse y darse a conocer al mundo la
denuncia cubana por la hostilidad ejercida contra los Cinco Héroes
Cubanos Prisioneros del imperio y sus familiares, las autoridades de
Estados Unidos comunicaron que habían concedido los permisos de
entrada a ese país a Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón
Labañino, y a sus hijas, luego de más de cuatro meses de haberlos
solicitado por última vez.
Mientras a unas se les
castiga e impide viajar bajo el brutal pretexto de haber exigido sus
derechos ante la opinión pública internacional, a otra de estas
compañeras se le concede el permiso luego de una larga y angustiosa
espera, como parte de una política cínica contra Cuba, que
personalizan en su odio contra los Cinco Prisioneros Cubanos,
señalaron los participantes en el programa.
En tanto, crece la
solidaridad internacional y voces amigas se unen en diversas partes
del mundo, y dentro de Estados Unidos, para amplificar el caso de
los Cinco Compatriotas que no hicieron otra cosa que evitar la
realización de actos terroristas, al decir de Stephen Paulmier,
miembro del Comité Liberen a los Cinco, en Filadelfia.
En comunicación
telefónica con la audiencia del programa, Paulmier narró parte de
las difíciles condiciones en que tienen lugar las visitas a esos
cubanos prisioneros en cárceles norteamericanas, en particular su
propia experiencia de largas esperas antes de poder acceder a los
encuentros con René González, pese a estar programados y
previamente aprobados.
El odio del fuerte
contra el superior de espíritu, del que no puede doblegar a un
pueblo y le teme a su ejemplo y su dignidad, es el odio y el temor
que en este caso se estrellarán contra la verdad y la justicia,
señaló al cierre del programa su moderador, Randy Alonso.
|