12 de Diciembre de 2001 Hostilidad y
agresividad en vista de sentencia contra cubanos en Miami
En un ambiente hostil y cargado de agresividad y
ensanamiento, sin el mínimo signo de justicia, comenzó este martes en Miami la vista de
sentencia contra el cubano Gerardo Hernández, que continúa este miércoles, pues quedó
pendiente el pronunciamiento sobre una de las varias mociones presentadas por la defensa.
En la mesa redonda televisiva sobre el tema que se
efectuó en La Habana este 11 de diciembre, los panelistas ampliaron detalles sobre la
vista general de sentencia que tiene lugar como parte de un proceso judicial vengativo y
amañado que se sigue en contra de cinco cubanos que defendían a su país del terrorismo
y la muerte, y llevan tres años en las prisiones de la Florida luego de ser hallados
culpables de supuesto espionaje.
Tanto la vista general como la audiencia de Gerardo
se ciñeron a guiones bien cerrados, extremadamente técnicos, se limitaron a sugerir las
pautas de los cargos con el nivel más alto de gravedad, rechazaron argumentos de la
defensa y priorizaron circunstancias agravantes.
Nuevos testigos comparecieron para probar que los
acusados no tenían intención alguna de obrar en contra de la seguridad de los Estados
Unidos ni accedieron a información secreta alguna, pero no obstante, prevalecen los
argumentos contradictorios y se insiste en falsos cargos como conspiración para cometer
espionaje, para asesinar, obstruccion de la justicia y otros.
Durante la Mesa Redonda y vía telefónica, Dagoberto
Rodríguez, jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos, destacó la firme
posición de las madres que asisten a las vistas, quienes en sus encuentros con la prensa
han manifestado confianza en sus hijos y la esperanza de que más tarde o temprano venza
la justicia.
También el espacio radio-televisado ofreció el
testimonio de Fidel Ara, especialista del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, para
contribuir a la defensa y que demuestra claramente que el Centro de Control de Vuelos en
La Habana fue capaz de detectar a tiempo el 24 de febrero de 1996 la violación del
espacio aéreo por aviones norteamericanos, sin que mediara otro tipo de información.
Con ello desmintió las falsas acusaciones de
conspiración para asesinar contra Gerardo Hernández en el caso del derribo de una de
estas avionetas de la organización terrorista llamada Hermanos al Rescate. |