23 de Junio de 2001
Sobre los cinco cubanos detenidos en
Miami
Arbitrariedades y manipulación judicial confirman
la venganza política
POR RAISA PAGES de Granma
Internacional
Al igual que hicieron con el caso del niño
Elián González, la mafia de la Fundación Cubano-Americana y la ultraderecha
conservadora norteamericana convirtieron el juicio a los cinco cubanos detenidos en Miami
en una venganza política.
Las arbitrariedades y la manipulación
judicial, al denegar todas las mociones presentadas por los abogados de oficio de los reos
cubanos, así lo confirman, según se analizó en el panel de prensa televisivo, efectuado
el pasado viernes 22 de junio, con la presencia del Presidente Fidel Castro.
El Centro de Detención Federal de Miami
violó la Ley al colocarlos en esa prisión por más de 60 días, plazo máximo hasta para
los asesinos, y mantenerlos 17 meses en régimen de segregación del resto de la
población penal, incomunicados y esposados en sus movimientos.
Tienen que acudir a chivos expiatorios, en
momentos en que la política mantenida hacia Cuba, durante más de 40 años, ha fracasado
y encuentra cada vez más rechazo en la arena internacional y en los propios Estados
Unidos.
Cuando el caso de Elián estaba en un
momento decisivo, la mafia de Miami orquestó otra patraña de acuerdo con el FBI al
acusar a Mariano Faget, de los servicios de inmigración de esa localidad, como espía
cubano, aún detenido y sin pruebas sustanciales en su contra.
Casualmente fue el propio agente Hector
Pesquera, ahora al frente de la investigación del caso de los cinco cubanos, el que dijo
que Faget trabajaba para el Gobierno de la Isla, con el objetivo de desacreditar al
Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) en su fallo sobre el caso del niño
secuestrado en Miami.
El 26 de septiembre del 2000 uno de los
abogados de oficio de los cinco cubanos exigió a la jueza encargada del caso y a la
Fiscalía, que se le entregara toda la información acumulada por el FBI sobre las
acciones terroristas hacia la Isla, en especial las referidas a las acciones de violación
del espacio aéreo por avionetas de Hermanos al Rescate, las que trajeron como resultado
el derribo de dos aviones y la muerte de cuatro pilotos.
Ante esta solicitud cundió el pánico,
indicó el periodista Lázaro Barredo. El 18 de octubre del 2000 buscaron a un juez
federal que prohibiera el acceso a esa documentación por parte de los letrados defensores
de los cubanos. Acusaron a los abogados de querer virar el caso hacia los grupos del
exilio de Miami, lo cual demuestra que no habido imparcialidad ni justicia en este
proceso, sino padriznago hacia los intereses de mafia cubano-americana.
VEN FUTUROS ESPIAS HASTA EN
INOCENTES NIÑOS
El colmo de la histeria y de la sinrazón
fue lo sucedido con la esposa de René González, Olga Salanueva y sus dos hijas de 14 y
dos años.
En agosto del pasado año, cercana la
celebración del juicio oral, la Fiscalía le propone al letrado de oficio de René un
trato, para que a cambio de aceptar ser un agente al servicio de un gobierno extranjero,
retirarles los cargos de conspiración, por lo cual recibiría una condena no mayor de
diez años.
Hasta le dijeron a René que perdería la
custodia de su pequeña hija Ivet, de dos años, nacida en los Estados Unidos. En vez de
firmar, él pintó una mano con un gesto característico de rebeldía ante el chantaje.
Para presionarlo aún más detuvieron a la
esposa de René, Olga Salanueva, una mujer con una bebita. Un agente del FBI la consideró
como un peligro para la seguridad de Estados Unidos, cuando en realidad Olga, al poco
tiempo de su llegada a ese país en diciembre de 1996, quedó gestante.
La esposa de René fue apresada y trasladada
a una cárcel estatal de Miami, destinada a los reos de mal comportamiento en la
peninteciaria del INS. Olga, una ingeniera industrial de 42 años, permaneció allí
durante tres meses y sólo la sacaron a coger el sol en dos ocasiones, durante unos 40
minutos. Las cartas que ella le enviaba a su esposo René nunca le llegaron.
En entrevista con un reportero de la
Televisión Cubana, Olga refirió cómo durante su proceso pretendieron acusar hasta sus
dos hijas pequeñas de ser futuras "espías" de la inteligencia cubana, porque
la mayor de 14 años se encontraba de visita a en la Isla en aquella ocasión.
Olga narró que a su niña de dos años
sólo la pudo ver dos veces en esos tres meses en la prisión, porque no quería que la
viera delante de ese cristal. Tuvieron que decirle la niña que su mamá tenía gripe y
que el encuentro debía ser así para que no se contagiara.
Contó que antes de su apresamiento y
posterior deportación a Cuba, fue insultada y vejada constantemente. Ninoska Pérez, la
vocera de la FNCA, la llamaba constantemente para hostigarla y le gritaba: ¡Perra!
¡Espía comunista!
Olga leyó los poemas y cartas que recibió
de su esposo René y de los otros cuatro compañeros acusados injustamente, los cuales
revelan la naturaleza bondadosa y humana de estos hombres atrapados en una vil patraña,
salida del odio visceral de los grupos anticubanos de Miami.
Los cubanos René González Sehwerert,
Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort y Antonio Guerrero han sido víctimas
de la presión de los sectores ultraderechistas de Estados Unidos, los cuales quieren con
este caso, fortalecer la guerra económica y política contra Cuba, mas ahora que tienen
un apoyo incondicional de la nueva administración norteamericana. |