El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón
de Quesada, dijo anoche que los Cinco no debieron estar privados de
libertad ni siquiera un segundo, y que lo ocurrido con la
resentencia a tres de ellos (Ramón Labañino, Fernando González y
Antonio Guerrero, este último en octubre pasado) es un argumento
adicional para continuar e intensificar la lucha por la liberación
inmediata de Gerardo y sus cuatro compañeros.
Conocidas las resentencias, que impusieron a Ramón
30 años a cambio de la cadena perpetua que cumplía, y 17 años y
nueve meses a Fernando, que purgaba una sentencia de 19 años,
Alarcón se refirió a que mientras se imponen grandes penas a
nuestros compañeros, terroristas confesos como Luis Posada Carriles
están sueltos porque el gobierno de Estados Unidos sigue violando la
ley y los tratados internacionales.
El presidente Obama tiene la obligación de entregar
a Posada a la justicia para que lo envíen a Venezuela o para
juzgarlo por un tribunal norteamericano por crímenes. No hay otra
acción legal, argumentó el miembro del Buró Político.
En el programa televisivo Mesa Redonda, el
Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular enfatizó en el
hecho de que en el caso de los Cinco, no se imagine el Gobierno
norteamericano —que tiene que reconocer que la presión internacional
crece, que siente ese fuego— que nos va a contentar con reducciones
de prisión a 30 años, que es una vida.
Insistió en que ahora le toca a Obama, "él sabe que
fueron sentenciados injustamente", y afirmó que también conoce que
ni el gobierno de Bush pudo probar el cargo más infame contra
Gerardo.
Recordó que este ha sido un juicio plagado de
irregularidades, desde la acusación inicial hasta la sentencia, y
que el gobierno de Estados Unidos sabe que estos compañeros no
hicieron daño a nadie. No hicieron otra cosa que una contribución a
la paz, la seguridad y la libertad de su pueblo y del norteamericano
también.
Explicó que en el caso de Ramón Labañino la condena
de 30 años de privación de libertad es el mínimo, según las guías de
sentencia que allí se aplican, si hubiera sido culpable de los
delitos que se le imputan.
Expresó, además, que aunque cualquier sanción a
estos hombres es injusta, no deja de ser importante la reducción del
castigo, pues ello debe cambiar las condiciones carcelarias para
ellos.
Destacó que lo más importante es que hoy no
solamente es la Defensa la que dice que el juicio estuvo plagado de
errores, sino que lo reconoce el actual gobierno de EE.UU.
Todo esto se produce dentro de un cuadro injusto,
por cuanto nunca debieron ser sancionados, concluyó.