18
de Noviembre del 2003
Declaración del
MINREX
Niega el Gobierno de
EE.UU., una vez más, visas a esposas e hija de Gerardo Hernández y
René González
El pasado 20 de junio
del 2003, las compañeras Olga Salanueva Arango y Adriana Pérez
Oconor, esposas de los Héroes de la República de Cuba, René
González Sehwerert y Gerardo Hernández Nordelo, respectivamente, a
través del Ministerio de Relaciones Exteriores, presentaron a las
autoridades norteamericanas sus solicitudes de visas para viajar a
los Estados Unidos de América con el objetivo de visitar a sus
esposos, presos injustamente en cárceles norteamericanas.
Más de cuatro meses
después de solicitadas las visas, a pesar de numerosos reclamos de
respuesta realizados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, las
autoridades de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La
Habana, han informado oficialmente que las visas de ambas han sido
denegadas nuevamente.
El Gobierno
norteamericano, con esta nueva represalia, trata de doblegar el
espíritu revolucionario de nuestros compañeros presos y de sus
esposas, imponiéndoles un castigo adicional que carece de toda
justificación.
Se les niega, una vez
más, el derecho que les asiste de viajar a los Estados Unidos para
visitar a sus esposos. En cada oportunidad que han solicitado
autorización para entrar a territorio norteamericano, el Gobierno
de ese país se las ha negado con lo que violenta no solo el Derecho
Internacional, sino también la propia legislación norteamericana.
Para justificar tal decisión, las autoridades norteamericanas
acuden al ridículo argumento de que las compañeras constituyen una
amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos de América.
Esta decisión de las
autoridades norteamericanas, viola sus obligaciones internacionales
refrendadas en la Declaración sobre la Protección de todas las
personas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes; los principios para la protección de todas las
personas sometidas a privación de libertad; los principios para la
protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de
detención o prisión, y las reglas mínimas para el tratamiento de
los reclusos, entre otros.
La conducta del Gobierno
de los Estados Unidos de América, además de ser una clara
transgresión a las normas internacionales universalmente
reconocidas, constituye también una sistemática y flagrante
violación de los derechos humanos de nuestros compañeros presos y
de sus familiares.
Resulta evidente que
esta decisión refleja el afán de las autoridades norteamericanas
de castigar el ejemplo de heroísmo y patriotismo que representan
nuestros Cinco Héroes Prisioneros del imperio y de complacer así a
sus compinches en el Sur de la Florida.
Durante más de 40 años
los gobiernos de Estados Unidos han organizado y alentado, o
permitido, la realización de numerosas acciones terroristas contra
Cuba, de la que también han sido víctimas ciudadanos de otros
países, incluidos los estadounidenses. Estas acciones no han cesado
y sus responsables actúan con total impunidad. Algunos de ellos se
pasean por las calles de Miami y se expresan en los medios de
comunicación incitando a la realización de tales hechos.
Es el Gobierno de
Estados Unidos, que se proclama líder de la lucha contra el
terrorismo internacional, el que encarcela a cinco compatriotas,
precisamente, por haber penetrado los grupos terroristas que, con la
protección de las autoridades, operan libremente contra Cuba desde
territorio norteamericano, como consta explícitamente en documentos
oficiales desclasificados por Washington y reiterado, además, en el
acta acusatoria del juicio contra los patriotas cubanos; en los
argumentos de la fiscalía, opuesta a considerar el tema del
terrorismo en el proceso; en las declaraciones de testigos que
reconocieron su participación en acciones de ese tipo; y en la
sentencia del tribunal, donde por escrito se hizo constar la
protección de la que disfrutan los terroristas que el Gobierno de
Estados Unidos alienta y protege.
Es también ese Gobierno
el que, a pesar de toda la información que se le ha brindado sobre
estos grupos, no ha tomado medidas para frenar y cortar estas
acciones.
Es ese mismo Gobierno el
que rechaza las propuestas cubanas para suscribir acuerdos de
cooperación en materia de lucha contra el terrorismo, el
narcotráfico y la emigración ilegal.
El Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba demanda de las autoridades
estadounidenses que reconsideren esta arbitraria negativa y, en
cumplimiento de sus obligaciones internacionales y de las propias
leyes norteamericanas, permitan que Olga Salanueva Arango, su
pequeña hija Ivette y Adriana Pérez Oconor, puedan ejercer su
inalienable derecho de visitar a sus esposos y padre injustamente
presos en cárceles de los Estados Unidos.
La Habana, 17 de
noviembre del 2003
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