2 de mayo de 2004
Inauguran sitio dedicado a la hija de René González:
Quiero ver a mi papito
El
caso de cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos y el asesinato
impune de Carlos Muñiz Varela hace 25 años, son ejemplos del falso
compromiso del gobierno de Estados Unidos con la causa del
antiterrorismo, denunciaron este domingo en La Habana.
Al hablar en un encuentro de solidaridad con Cuba, Ricardo
Alarcón, presidente del Parlamento local, dijo que paradójicamente
René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando
González y Antonio Guerrero sufren largas condenas de prisión en
la nación que se autoproclama paladín de la lucha antiterrorista.
En el encuentro fueron presentados los sitios web www.daddy.cu
(en construcción) y www.quieroveramipapito.cu,
inspirados en la menor de las hijas de René González. Ivette, como
se llama la niña, tiene apenas seis años y prácticamente no
conoce a su padre porque éste fue apresado a poco de nacida ella.
La permanente negativa del Departamento de Estado a conceder permiso
de entrada a aquel país a la madre de Ivette, Olga Salanueva, no
sólo impide el reencuentro entre los esposos, sino también frustra
el sueño de la pequeña de conocer a quien ella llama "mi
papito".
Los mencionados sitios web reflejan aspectos de la vida escolar y
social de Ivette e incluye historietas y secciones de educación
ambiental y otros temas de interés infantil. También revela
detalles de la vida de René en su condición de padre.
Ante más de 600 invitados de medio centenar de países que
asistieron a los festejos por el 1 de mayo en la Isla, Alarcón
argumentó que la única misión del grupo consistía en monitorear
a organizaciones del sur de la Florida con un grueso expediente de
actividades terroristas contra Cuba.
Sin embargo, acotó, un parcializado tribunal de Miami ignoró a
conciencia que se trataba de luchadores antiterroristas y los
condenó a penas tan desmesuradas como una doble cadena perpetua y
15 años de prisión (a Gerardo Hernández) y una prisión de por
vida y 15 años (a Antonio Guerrero).
No eran espías ni ponían en peligro la seguridad de los Estados
Unidos, aseveró Alarcón, sino por el contrario intentaban proteger
a su patria del terrorismo e impedir actos como el cometido contra
alguien que hoy estaría en este encuentro de no ser porque fue
víctima de los mismos contra los que luchaban los Cinco.
Seguidamente aclaró que se refería a Carlos Muñiz Varela, un
joven asesinado en Puerto Rico como represalia al trabajo que hacía
a favor de los viajes libres a Cuba y la normalización de las
relaciones entre la Isla y Estados Unidos.
El presidente del Parlamento cubano criticó la desidia del FBI y el
gobierno norteamericano por poner en claro quienes habían sido los
ejecutores intelectuales y materiales del crimen, pese a existir
claras evidencias de la implicación de una llamada Coordinadora de
Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU).
En estos 25 años no han hecho (los Estados Unidos) nada por detener
a los culpables, mientras hace unos días, ante la televisión de
Miami, sin que nadie lo forzara, el connotado terrorista Orlando
Bosh reconoció entre otros crímenes haber sido el jefe de CORU.
Muñiz Varela y los Cinco prueban el falso compromiso de Washington
con la causa del antiterrorismo, pues mientras uno está muerto y
los otros guardan prisión, los verdaderos terroristas andan sueltos
y alardean de sus crímenes en el país que se autoproclama paladín
de la lucha antiterrorista, subrayó Alarcón.
Como parte de su activismo solidario con Cuba, los delegados al
encuentro prometieron continuar exigiendo la liberación de los
Cinco o al menos que se les dispense un trato humanitario y
respetuoso, incluido el derecho de sus familiares a visitarlos.
(Prensa Latina)
Tomado de www.antiterroristas.cu
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