Pero el cuarto día de julio le regaló una sorpresa:
"Estaba mirando la televisión en mi casa y echaron un sobre por
debajo de la puerta; ¡era una carta de Tony! Me emocioné tanto que
me eché a llorar".
Fechada en abril, decía: "Recibí tus líneas llenas
de hermandad, de espíritu revolucionario y de aliento. Continúo en
la penitenciaría de Florence, en espera de una respuesta a la
solicitud de traslado a una prisión de seguridad mediana. Una vez
más, la espera puede ser prolongada, pero ello jamás mermará la
entrega, la creatividad y el optimismo. Seguiremos todos firmes en
la batalla, con el apoyo creciente de amigos en todo el mundo".
Y compartió con Lisandra unos versos dedicados a su
querido pueblo, donde en las últimas líneas afirma: "Bastión
invicto, roca de la altura/ Largo surco entre las ráfagas labrado/
Independencia sobre la espesura/ Caballo de la paz enamorado/
Revolución de geografía pura/ Patria y humanidad, mi pueblo amado".
Luego de transmitirle un saludo y fuerte abrazo de
los Cinco "para ti, tus familiares y compañeros", Tony concluyó:
"Éxitos en tus tareas con la Patria. ¡Venceremos!".
¿Qué te motivó a escribirle?
Mi maestra Osiria nos había hablado en clases de los
Cinco Héroes, y me impresionó mucho que estuvieran presos en Estados
Unidos por luchar para que los terroristas no le hicieran daño a
nuestro pueblo. Supimos que están en cárceles separadas, que casi
nunca pueden ver a sus hijos, a su familia. Y nos pidió que les
escribiéramos una carta.
¿Por qué a Tony?
He escuchado a mi familia contar historias sobre
Antonio Guerrero. Un primo de mi mamá, Ernesto Ontivero Valls, que
murió en la batalla de Cuito Cuanavale, en Angola, era muy amigo de
él, estudiaron juntos en la Vocacional Lenin y en la Unión
Soviética. También me gustan los poemas y he leído algunos de Tony.
¿Qué le decías en tu carta?
Le escribí contándole de mi escuela y de mi familia,
demostrándole mi hermandad hacia la lucha de él y de sus compañeros.
Que aunque estén lejos, los niños cubanos vamos a estar siempre
junto a ellos. Le deseé mucha suerte, que no desmayara en su lucha,
que continuara siempre firme, que al final saldrán victoriosos en su
batalla por la libertad y la dignidad. Y que ellos van a regresar y
nosotros, los pioneros, los vamos a recibir.
¿Piensas seguir escribiéndole?
¡Claro! Ahora le voy a escribir del acto de fin de
curso, de lo bien que terminé séptimo grado y que en mi aula vamos a
crear un círculo de interés para conocer más sobre todo lo que han
hecho los Cinco Héroes y apoyar su liberación. Mi amiga Ana Carla le
está haciendo unos poemas y se los vamos a mandar.
Y Lisandra decidió multiplicar su alegría. En el
acto de fin de curso de la Escuela Secundaria Básica José María
Heredia, leyó a sus compañeros la carta de Tony. Ese mismo centro de
enseñanza ubicado en el capitalino municipio de Diez de Octubre,
donde Antonio Guerrero Rodríguez, años atrás, estudió séptimo y
octavo grados.