Mujeres del Mundo: Quiero hablarles de nuestro
Antonio Guerrero Rodríguez.
De niño gordito; a fuerza de voluntad y ejercicios
se convirtió en un esbelto y apuesto joven, amante de la música;
coleccionista de sellos y un apasionado de la poesía.
Talentoso ingeniero decidió poner su vida
incondicionalmente al servicio de la Patria, con el único y noble
propósito de combatir el terrorismo. Pacifista y sensible por
naturaleza se limitó a velar por el "incuestionable derecho de Cuba,
como el de cualquier otro país, a defenderse de quienes intentan
hacer daño a su pueblo". Su arresto y procesamiento obedecen al
valiente intento de detener el terrorismo, al que él mismo
calificara como "un fenómeno inhumano, despiadado y repugnante",
quedando plenamente acreditado que nunca accedió a información
secreta del gobierno norteamericano, requisito indispensable
para que se configure el delito de conspiración a fin de obtener
información relacionada con la defensa nacional de los Estados
Unidos.
Las puertas de la Corte Suprema continúan cerradas
al reclamo de las personas de buena voluntad; entre ellos, 10
premios Nobel, centenares de parlamentarios, numerosas
organizaciones de juristas internacionales y norteamericanos y de
destacadas personalidades políticas y académicas de todo el mundo.
También continúan herméticas ante los sólidos
argumentos técnicos jurídicos expuestos por los abogados de la
defensa; al dolor de los familiares y a la injusta indignación del
pueblo cubano.
Más de diez años de batallar no han sido suficientes
para hacer valer la justicia, un politizado proceso, impregnado de
embustes, mantiene a Antonio Guerrero en cautiverio. Ha sido desoído
el veredicto del panel de 3 jueces de la Corte de Apelaciones del
Onceno Circuito de Atlanta, el cual admitió que "la ola de intensos
sentimientos de la comunidad de Miami y la amplia publicidad antes y
durante el juicio se combinaron con las referencias inapropiadas de
la Fiscalía", y concluyó que en ningún caso había manera razonable
de asegurar un juicio justo, imponiéndose un cambio de sede;
decisión que hizo pública el 9 de agosto del año 2005 ordenando
revocar las condenas y realizar un nuevo juicio. Ante tal
disposición no cabía opción distinta, de conformidad con las más
elementales normas del Derecho Internacional, que la liberación
inmediata de Antonio y sus compañeros, pese a ello continuaron en
prisiones de máxima seguridad.
Antonio ha declarado públicamente su respeto por el
"noble y laborioso pueblo norteamericano", país en el que nació y
donde tuvo una vida austera y sencilla, obteniendo limitados
ingresos económicos a través de su trabajo como ayudante en un
taller de mantenimiento en Cayo Hueso. Era respetado y querido por
sus compañeros de trabajo, por su buen carácter, estado de ánimo
alegre, su disposición a ayudar al necesitado y la calidad como
trabajador, algunos de cuyos rasgos fueron comentados por la propia
prensa estadounidense.
Tony, para los cubanos y el mundo, ha pasado más de
diez años de su vida en cárceles norteamericanas, sometido a un
régimen carcelario de máximo rigor, Antonio Guerrero sufre hoy más
de un año de ilegal retención en celda, bajo tierra, sin ver la luz
del sol, lo que ha mellado su salud, pero no su temple, y lo que es
mejor le ha permitido engolosinarse con la poesía y el dibujo.
Comunicador por naturaleza responde las disímiles cartas de apoyo
que recibe de todas partes del mundo, especialmente las de sus
compatriotas.
La obra plástica de Antonio demuestra su especial
respeto y admiración por el rol de la mujer en las luchas
libertarias de los pueblos. Sus poemas constituyen un canto a la
vida; al amor; la alegría; al optimismo; la modestia; la solidaridad
y esencialmente a la Patria. Hombre de pueblo, sencillo, colmado de
amor por los suyos y a la vez inclaudicable en los principios, este
Héroe ha consagrado su existencia a la obra de la Revolución, en
ella encontró motivos para la ternura y de ella sacó fuerzas para
defenderla de sus enemigos.
Tony continua amando la vida y la libertad por sobre
todas las cosas. Regresaré, ha dicho, entre tanto su voz se alza de
entre los muros y hace temblar la muerte, por más que inútilmente
sus enemigos se empeñen en apagarla, y continúa entregando amor y
regando alegría.
Mirta, su tierna y combativa madre, su amor de
siempre, ha sido víctima de las peores crueldades cada vez que
pretende hacer realidad el anhelado sueño de visitar a su hijo.
¿Qué habrá sentido cuando después de más de un año
de esperar el permiso para abrazarlo, y a pesar de que Tony alertó a
sus carceleros, cuando llegó a la prisión le informaron que su hijo
había sido trasladado para ser sometido a una intervención
quirúrgica y que no podría verlo, ni aún en esas
circunstancias, porque su permiso se limitaba a ese penal?
¿Cual habrá sido su angustia, cuando en otra de las
pocas visitas que ha podido efectuarle, fue testigo presencial de
una tremenda reyerta, que nada tenía que ver con él? Se vio en medio
de un tiroteo y del ruido ensordecedor de las sirenas. Fue evacuada
del penal, sin concluir las pocas horas disponibles para compartir
con Tony, pues como castigo pasarían otra vez a un low down.
Mirta siente que el tiempo corre implacable y se
consuela admirando sus pinturas, tramitando su correspondencia,
releyendo sus cartas y poemas
Sus hijos Tonito y Gabriel, y toda su familia,
sobreviven a su dolorosa ausencia apoyados en la fuerza y optimismo
que él trasmite, y "la confianza en la historia para decidir la
justicia". Especialmente difícil han sido para ellos los años de
separación, y como todos los cubanos se resisten a entender la
bestial condena a un hombre que "toda la vida ha dado ternura".
Solo pedimos que la verdad se abra paso. Antonio es
hoy, para el mundo un símbolo de la resistencia de los cubanos
frente a las agresiones del imperio, es una bandera de dignidad y
decoro, abrazada ya para siempre a la historia por los lazos
entrañables de la vergüenza y el honor.
Antonio Guerrero, paradigma de entereza
revolucionaria, cada día nos demuestra, que si hay una causa que
merece lucharse e ideas que merecen defenderse son las nuestras, y
si hay un proceso que merece vivirse es éste.
Convocamos, una vez más, a las mujeres del mundo a
unirse para apelar por el respeto a los derechos humanos, para que
levanten sus voces ante el muro de silencio, y se sumen a la lucha,
para que hagan suyo el dolor de Mirta y de todas las madres cuyo
único anhelo es abrazar a Tony en suelo patrio, para que compartan y
apoyen el justo reclamo de las mujeres cubanas que exigimos el
regreso de nuestro Guerrero, libre y victorioso.
UNÁMONOS HASTA LA VICTORIA.
22 de junio de 2009.