Integrantes del equipo de la Defensa de los Cinco
antiterroristas cubanos, prisioneros en cárceles de Estados
Unidos hace casi 11 años, coincidieron en que los esfuerzos
en función de esta causa aún no han concluido y que la lucha
por corregir la injusticia continúa a la par de la batalla
política.
Así lo declararon este domingo durante un intercambio con
la prensa en La Habana, en el que explicaron que en este
minuto se preparan para la resentencia —con fecha preliminar
para el 13 de octubre— de Antonio Guerrero, Ramón Labañino y
Fernando González, para lo cual serán trasladados
próximamente al centro de detención de Miami. De nuevo la
jueza Joan Lenard, tendrá ante sí el caso.
Tom Goldstein, quien lideró el equipo de la defensa ante
la Corte Suprema dijo que pese a que en esa instancia
judicial no se aceptó analizar el caso, se han dado pasos
importantes en el proceso y afirmó: "Somos optimistas", al
destacar también que las condiciones actuales en que se hará
la resentencia de Antonio, Ramón y Fernando no son las
mismas que el 2001, cuando los Cinco fueron arbitraria e
injustamente condenados.
Señaló que la Jueza de Miami ahora tendrá ante sí, además
de los argumentos legales, el largo término que han estado
encarcelados y el sufrimiento tanto para ellos como para sus
familias. Además del reconocimiento de la comunidad
internacional que tiene el caso. "Esta es una cuestión que
la jueza debe confrontar".
Leonard Weinglass, puntualizó que en octubre enfrentarán
en la corte de Miami nuevas reglas de sentencia, diferentes
a las del año 2001. "Bajo estas nuevas reglas pensamos que
las cadenas perpetuas de Antonio y Ramón sean eliminadas".
Los juristas manifestaron su solidaridad con René y
Gerardo por la reiterada negativa del gobierno
estadounidense de otorgarles visas a sus esposas para ir a
visitarlos.
Mientras, Joaquín Méndez enfatizó que la injusticia más
grande que ha ocurrido es la forma en que ha sido tratado
Gerardo.
A propósito de esto, Ricardo Alarcón, presidente de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, señaló que el caso de
Gerardo es el más complicado y "tenemos que hacer todo lo
que se pueda, tenemos que abrirlo con cuanto recurso se
pueda aplicar, tenemos que abrirlo con las manos, con los
dientes, con las uñas, mientras que él no sea liberado igual
que los demás será imposible tener una relación normal con
Estados Unidos", subrayó.