El ex coronel del Ejército norteamericano,
quien fue nada menos que el brazo derecho del ex secretario de
Estado Colin Powell, fundamenta su valiente toma de posición,
en gran parte, con su amplio conocimiento de la administración
de George W. Bush.
Wilkerson narra cómo se convenció de la
justeza de la defensa de los cinco cubanos al asistir, el 12
de septiembre pasado, a una conferencia del abogado Leonard
Weinglass en un anfiteatro de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Howard.
"Me quedé asustado con lo que el abogado
Weinglass reveló", comenta quien fue ayudante de Colin Powell
durante 16 años, incluyendo el tiempo que Powell estuvo de
Jefe del Estado Mayor Conjunto y cuando fue Secretario de
Estado. También, entre otras responsabilidades, fue director y
subdirector del Colegio de Guerra del Cuerpo de Marines en
Quantico, Virginia.
Después de recordar detalladamente los hechos
y argumentos expuestos por Weinglass, Wilkerson comenta cómo
el caso "llega al colmo: castigar con cadena perpetua a
hombres que vinieron aquí para determinar cómo y cuándo su
país iba a ser atacado por personas que violan la ley
norteamericana".
"Estos hombres no tenían armas, no planearon
daño físico alguno contra Estados Unidos, y fueron motivados
por la idea de proteger a sus compatriotas de una invasión y
de ataques repetidos por cubanoamericanos viviendo en la
Florida", subraya.
Y añade: "Tenemos que preguntarnos también
cómo puede ser que hemos llegado a constituir un santuario
para presuntos terroristas? ¿Cómo puede ser que los Estados
Unidos de América pudieran ocupar un lugar en nuestra propia
lista de patrocinadores del terrorismo?"
"Si los hechos son como el abogado Weinglass
los reporta, este caso alcanza realmente el fondo del barril.
Tuve mucha dificultad en creerlo pero, yo no tengo nada para
refutar la magnífica presentación del señor Weinglass. Más que
eso, yo me encontré durante cuatro años en la administración
Bush: conozco la profundidad a la cual nuestro gobierno puede
hundirse. Tortura. Mentiras. Falsa inteligencia. Tiranía".
Wilkerson termina invitando a sus lectores a
denunciar el caso ante sus congresistas. "Esto es una parodia
de justicia", concluye señalando las numerosas acciones que,
en este momento, desacreditan a su país. (JGA)