Aquel 12 de diciembre, hace cinco años, fue jueves.
Comenzaban ese día —y hasta el 27 del propio mes— las vistas
de sentencia contra los Cinco en una Corte de Miami. Gerardo
Hernández Nordelo fue el primero en escuchar la irracional
condena: dos cadenas perpetuas más 15 años.
Se consumaba la farsa. Tras seis meses de complejo y
agotador proceso, en el cual se presentaron importantes
testimonios y extensas evidencias, el Jurado, con una rápida e
insultante condena, aplicó la pena máxima a cada acusado sin
tener en cuenta ninguna atenuante, subrayando el carácter
político del pérfido enjuiciamiento.
Fue entonces, en una oportunidad única, cuando se oyeron
las voces de los acusados durante los escasos minutos que les
ofrecieron para pronunciar los alegatos, escritos con estilos
diferentes, pero con el denominador común en la solidez de las
ideas defendidas.
Ahora el movimiento de solidaridad internacional ha
convocado a una nueva jornada mundial por la liberación de los
Cinco, coincidiendo con el quinto aniversario en que fuesen
pronunciados los históricos alegatos y en instantes en que se
perfila un proceso legal cada día más incierto, largo y
complicado, haciendo infinita una causa que desde hace mucho
debió estar resuelta.
El pasado 20 de noviembre la Defensa entregó los resúmenes
suplementarios con argumentos adicionales solicitados por el
tribunal; a partir de ese momento el gobierno cuenta con 30
días para responder.
La nueva jornada convocada del 12 al 27 de diciembre debe
constituir otro motivo para impulsar la lucha por los Cinco,
un punto de partida para no claudicar ni cejar hasta que
Gerardo, Antonio, Fernando, René y Ramón estén de vuelta en
casa.