¿NO le resulta extraño que un caso con
tantos ingredientes para una película, un best seller o
informaciones de impacto prácticamente no se conozca en
Estados Unidos? Hay como una orden de silencio en el tema de
Los Cinco, porque saben que no son espías a los que han
atrapado, enjuiciado y condenado a crueles penas.
La reflexión la hace a esta publicación
Roberto González en su doble condición de hermano de René y
abogado. Esa dualidad le permite a este hombre afable, sereno,
que nos recibe en su propio hogar, hacer un acercamiento al
tema de estos cinco jóvenes —porque no sólo habla de su
hermano natural— desde los sentimientos y desde la ley.
René González, Fernando González, Tony
Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández han sido
sometidos a un especialmente cruel tratamiento desde su
arresto: 17 meses en el hueco de Miami antes del juicio;
condenas tan absurdas como dos cadenas perpetuas más quince
años, regresarlos al hueco sin explicaciones, dificultarles
la preparación de las apelaciones y el contacto con los
abogados, e impedirles las visitas de sus familiares.
GI: ¿Usted los ha visitado en la cárcel?
RG: Yo he visitado a René. El contacto
mío con Los Cinco ha sido en la Corte (durante el juicio de
Miami), un contacto visual, no físico. En la prisión he
visitado solamente a René, porque la visita mía es familiar.
GI: ¿Cada qué tiempo pueden ser esas
visitas?
RG: Yo puedo ir a visitarlo en
cualquier momento, porque soy norteamericano, y no tengo
problemas con la visa. Durante todo el proceso estuve en
Miami, en el juicio, en la etapa de preparación tuve bastante
posibilidades de visitarlo, y después de la sentencia lo he
visitado en tres ocasiones. Está en dependencia del trabajo,
de la necesidad de una visita, en la dualidad de hermano y
abogado.
GI: ¿En qué cárcel está ahora?
RG: René está ahora en la cárcel de un pueblecito que se
llama Edgeville, en Carolina del Sur.
GI: ¿Es de máxima seguridad?
RG: No, es de media seguridad. En
máxima seguridad están Gerardo, Tony y Ramón. Fernando y
René están en media.
GI: ¿Podría relatar cómo se desarrolla
la visita a René?
RG: Es una visita realmente normal, no
tiene circunstancias especiales. Esto cuando él está en la
población penal normal, cuando está en el hueco es otra
cosa. Cuando está en el hueco no tienes contacto con el
preso, una malla o cristal por el medio, no puedes tocarlo.
Cuando es normal la hacemos bien, porque el ambiente que
creamos nosotros no es malo. Una de las características de
René es que no te hace sentir que está preso, se siente muy
relajado, muy tranquilo. Los temas de conversación tampoco
son dramáticos ni mucho menos. En la prisión no arreglamos
el mundo. Es como si estuviéramos hablando aquí, de nuestros
problemas, de la vida, de aspiraciones, inquietudes, hacemos
un cuento, o sea igual que se puede hablar aquí, en la casa.
GI: ¿Es una capacidad de abstracción de
René?, y también quisiera saber: ¿Antes se había
manifestado tan cronista como durante el juicio?
RG: A mí no me sorprende, pero yo
pienso que René, más que capacidad de abstracción lo que
tiene es capacidad de concentración. Es una persona que se
ubica muy bien en lo que está pasando, y es un hombre muy
consciente. Más que abstraerse, él lo que se mete muy en las
cosas, y sabe exactamente lo que está pasando. Lo que tiene
es una situación de tranquilidad, de confianza, tiene muy
bien definidos sus objetivos en la vida, no es que sea
masoquista ni mucho menos, simplemente es un hombre muy
decidido, un tipo muy valiente, y está asumiendo esto con
decisión y valentía, y está claro, sabe las circunstancias,
lo que está pasando a su alrededor, sabe por qué, tiene
mucha conciencia del hecho, mucha conciencia de que él no
tiene ningún problema, de que el problema es otro. El hecho
de que puede hacer una crónica con tanta objetividad siendo
parte, es el valor más grande que tiene. Tanta honestidad en
su relato, narrarlo como si no fuera parte de ese problema, es
concentración. René sabe que el juicio es contra Cuba, que
es un proceso político, y lo narra así, él es una
consecuencia, es sobre quien se va a descargar la decisión
del juez. Sabe que es mucho más grande y como él un día
tomó la decisión y asumió el riesgo, está simplemente
siendo consecuente. Eso le da mucha tranquilidad, lo hace ser
una persona serena, seguro de sí mismo, no se lamenta, como
él dice en el alegato, no tengo ni derecho a pedir clemencia,
no tengo derecho a arrepentirme, he hecho lo que he tenido que
hacer. Su capacidad de escribir la crónica creo tiene que ver
con su vocación por la lectura, siempre ha leído mucho desde
niño. Nunca le había dado por escribir, pero quien ha leído
tanto y tenga una capacidad de analizar un problema, de ser
descriptivo, puede hacer una crónica, y lo hizo sin odios,
sin resentimientos, a pesar de que está viendo a su alrededor
cómo se desarrolla una situación de maldad, pero René es un
hombre muy equilibrado, capaz de evaluar las cosas.
GI: Teniendo en cuenta la violencia en las
cárceles norteamericanas ¿cuál es la situación de René?
RG: Ellos, Los Cinco, no tienen
problemas en ese sentido, y no lo tienen por el tipo de
personas que son. En la prisión de Miami les dio mucha
autoridad ante los presos el haber estado 17 meses en el hueco
y la forma en que salieron. Normalmente la persona que está
en el hueco no sale con equilibrio. Una persona que esté un
mes en el hueco sale afectada de alguna manera. En la prisión
de Miami todo el mundo sabía que había cinco cubanos, se
comentaba. Cuando ellos salen del hueco salen frescos, Los
Cinco salieron muy bien, hicieron sus llamadas a la familia,
se comunicaron bien, enseguida empezaron a integrarse a la
vida de la prisión. La gente en la prisión entendió que
había cinco hombres distintos, que tenían un elemento que
les faltaba a otros presos, y eso les dio mucho respeto.
Después, ellos no son presos conflictivos, cumplen con las
normas de la cárcel, no son sumisos, pero son respetuosos, y
al mismo tiempo son respetados. Ayudan mucho a los presos, por
su nivel cultural, a hacer cartas a un abogado, a la familia,
incluso a resolver algunos de esos problemas interraciales que
se dan en la cárcel, porque ellos no son racistas y pueden
evitar fricciones entre los presos.
GI: ¿Se mantiene que Olga, la esposa de
René, no puede visitarlo?
RG: Sí, a la esposa de René aún no
le dan visa. Sí ha ido su hija mayor, Irmita, que tiene 18
años. Fue el año pasado. Ella no tiene una negativa como su
mamá, a quien tres veces le han negado la visa.
GI: Sus padres también han visitado a
René
RG: Sí, mis padres han hecho dos
visitas, han ido juntos. Ellos necesitan visa y por eso han
ido sólo dos veces. Se solicitó la primera a principios del
año pasado y fueron. Cuando regresaron se solicitó la
segunda y no llegó la respuesta hasta diciembre. Eso hizo que
la visita se corriera hasta febrero de este año. Ese el
problema, no se está prohibiendo la visita, pero están
alargando tanto la entrega de la visa que puedes hacer una
sola al año.
GI: En el aspecto legal, ¿cuál ha sido su
participación?
RG: Yo trabajo aquí (en La Habana) en
el Bufete de J y 23 como abogado de lo penal. Entonces se dan
una serie de circunstancias. Soy abogado de lo penal, soy
norteamericano y soy hermano de René. Eso, como es lógico,
me acerca al caso y los abogados norteamericanos empiezan a
establecer relaciones con mi oficina, para todas las
necesidades que tuvieran en Cuba, de buscar evidencias, venir
a investigar sobre el caso, tramitar las visas. Yo realmente
no me puedo considerar un conocedor del derecho
norteamericano, lo que pasa es que un juicio funciona más o
menos en la misma estructura en cuanto a fin. El objetivo es
igual, trabajar con evidencias, demostrar inocencia. El
procedimiento cambia, pero los abogados norteamericanos (en el
caso de René, Philip Horowitz) me reconocen como profesional
y me dan participación. Es lo que he hecho, servirles de
ayuda en el sentido de las necesidades aquí en Cuba, buscar
temas como el terrorismo, las víctimas del terrorismo, las
violaciones del espacio aéreo cubano por parte de Hermanos al
Rescate. Hemos hecho muy buenas relaciones, se ha trabajado
muy bien. Cuando estuve en Miami me dieron participación en
sus reuniones de preparación de la defensa, opinar, aceptan
sugerencias, y ha sido una experiencia haber trabajado el tema
con ellos. Yo le llamo el privilegio de la desgracia.
GI: Roberto, cada abogado y cada uno de Los
Cinco tienen su defensa específica. ¿Hay una defensa común?
RG: Sí, la defensa común es el estado
de necesidad que tiene Cuba de defenderse de las acciones
terroristas, y otro punto de contacto es que a Cuba no le
interesa información de seguridad nacional de Estados Unidos.
Es un tema que tocan todas las defensas. La que se distingue
es la de Gerardo, porque él tiene el cargo de conspiración
para asesinar en el tema de las avionetas, esa acusación no
la tienen los demás. Toca a René desde el punto de vista de
que él estaba infiltrado en Hermanos al Rescate, conoce la
organización perfectamente bien, sabe cómo funciona. En ese
caso no es que las defensas tengan conexión, sino que René
pudo ayudar mucho a la defensa de Gerardo, porque a cada
testigo de Hermanos, René tenía preguntas que hacerle,
enfoques que hacerle, que ayudaban mucho a su abogado, Paul
McKenna. En sentido general, el punto común de la defensa es
la no existencia del delito de espionaje; la no existencia de
Cuba como amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, y
el estado de necesidad, la historia real de actos de
terrorismo contra Cuba. Los abogados trabajaron buscando que
se reconociera que existe el terrorismo y que se reconociera
la necesidad de defenderse. Esa es la gran hipocresía de este
juicio, que una jueza te dice que ciertamente hay actos
terroristas, te reconoce que se pierden vidas de personas
inocentes, y después sanciona al acusado a la máxima pena.
GI: La sentencia añade que René y Tony,
por ser ciudadanos norteamericanos y no poder ser expulsados,
al salir de la cárcel no podrían frecuentar grupos
terroristas. ¿La sentencia dice así, terroristas?
RG: Sí, la sentencia dice textualmente
grupos terroristas y crimen organizado. La defensa de Los
Cinco llevó al terrorista a juicio y lo paró ahí, y el
terrorista dijo que era terrorista. Sí, yo le disparé un
cohete a un hotel en el año 70, ése fue Basulto. Otro dijo,
yo tengo un campamento de entrenamiento en los Everglades, y
tengo una oficina en Flager donde recluto gente; o viene un
oficial del FBI y dice que efectivamente, Frómeta fue
detenido mientras compraba un cohete stinger antiaéreo y una
cantidad de explosivos, con un plan concreto de disparar
contra un hotel. La Fiscal le ofrece como sanción un año de
reclusión domiciliaria. Otro oficial del FBI dice que él
detuvo una embarcación con rumbo a Cuba con gente de Alfa 66,
con fusiles M16 y explosivos, pero los liberó porque le
dijeron que estaban pescando langostas. Eso se manifestó en
el juicio. Las acciones de Basulto con Hermanos al Rescate
lanzando volantes sobre La Habana y una cosa más grave,
interfiriendo las comunicaciones de la aviación civil en
Boyeros y Matanzas. Se metía en la frecuencia de radio,
tiraba mensajes, y eso era muy peligroso para el momento del
despegue y aterrizaje, podía generar un accidente de un
avión con 300 pasajeros. Son delincuentes, le hacen
advertencias, siguen violando la ley y no tienen problema
ninguno con eso. Los abogados le plantean a la jueza que
tengan en cuenta que estos hombres, Los Cinco, ciertamente
violaron una formalidad, no se registraron ante el Fiscal
General como agentes del Gobierno cubano, porque no lo pueden
hacer precisamente por el apoyo que el Gobierno americano le
da a esas acciones, sería ridículo. Los abogados le dicen a
la jueza que el bien jurídico que dañaron es un registro,
una formalidad. La jueza tenía que responder eso: Violaron la
formalidad pero salvaron vidas, que valen más. Han cometido
una falta administrativa, pero deben ser beneficiados por la
ley. La jueza responde, y éstas son sus palabras textuales en
la sentencia de René: Los actos terroristas que se comenten
contra personas inocentes... son nefastos e ilícitos..., pero
no justifican la conducta impropia... Y le impone 15 años de
cárcel por el delito de no registrarse.
GI: Viene aquí el sorprendente agregado.
RG: Efectivamente, porque al imponerle
15 años se supone que René, que es norteamericano, a los 12
años tiene derecho a una libertad vigilada por tres años, y
no está obligado a irse. A solicitud del Fiscal Federal, la
jueza tiene que asegurar otro hecho e impone como otra
condición especial de la libertad supervisada: "Se le
prohíbe al acusado asociarse con o visitar lugares
específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos
tales como terroristas, miembros de organizaciones que
propugnan la violencia o figuras del crimen organizado".
Esta es el acta del juicio. No es una interpretación, es lo
que ella escribió. Cuando yo oí esto en la sala me enfrié.
Es una sentencia hecha después del 11 de septiembre. ¿Cómo
es posible que después del 11 de septiembre un juez diga que
efectivamente hay actos terroristas, efectivamente este hombre
los está combatiendo, y que entonces lo sanciones a 15 años
y cuando salga le prohibas que se acerque a los terroristas?
Está diciendo: La vida humana, los inocentes que mueren de
aquí hacia el Sur a mí no me interesan. Y la otra
interpretación es: Yo sé que son terroristas, sé dónde
están, pero déjalos tranquilos, porque son mis terroristas.
Esto técnicamente no tiene explicación ninguna. Por eso
ellos no pueden hacer público esto. Por eso nosotros decimos
que de ser esto conocido por el pueblo norteamericano no lo
entendería. Después del 11 de septiembre ¿cómo vas a
explicar que metes a un hombre preso por combatir al
terrorismo?
GI: ¿Algunos argumentos de las apelaciones
presentadas en Atlanta?
RG: El argumento importante de las
apelaciones es la solicitud de la anulación del juicio por la
violación de la Sexta Enmienda de la Constitución
norteamericana, que establece el derecho a un juicio justo, y
a un jurado imparcial. La clave del sistema es el jurado. Para
lograr esto se tienen que dar dos cosas, que el jurado que
selecciones no tenga una opinión sobre el tema, y la otra
condición es que no tenga temores, que le preocupe su
decisión. El jurado no puede tener opinión previa ni temor,
es la imparcialidad. En el caso de Miami esto no existe, allí
toda la comunidad tiene opiniones en el tema Cuba, y en el de
los agentes cubanos. Cualquier ciudadano común en Miami
tendría temor de declarar inocente a un hombre acusado de ser
agente del Gobierno cubano. Esa es la principal solicitud, que
se anule el juicio y que se disponga uno nuevo en otro lugar.
GI: ¿Qué debe esperarse en los próximos
meses?
RG: La Fiscalía debe responder, dirá
que no, que Miami es un paraíso, y después el Tribunal de
Atlanta debe decidir si Miami es lugar o no para hacer este
juicio. También se van a combatir los cargos de conspirar
para asesinar y el de conspiración para espionaje, y en el
tema del terrorismo, se le va a decir a la Corte de Atlanta
que la jueza aplicó mal la ley, porque está reconociendo el
hecho terrorista y no está beneficiando al acusado que está
combatiendo al terrorismo. Esto nos va a tomar el año
completo. La Fiscalía tiene 60 días para responder, luego la
defensa otro mes, después se debe disponer la celebración de
una vista oral donde se argumente la apelación, y luego la
decisión de los jueces, que no tienen fecha.